«Visto el lío, cuando gobiernes ¿vas a poder deshacer la trama?», le disparan del público a Pablo Iglesias durante la presentación del libro Ibex 35. Una historia herética del poder en España» (Capitán Swing) en Valencia. Mucha gente le dice que el mundo no se cambia desde las instituciones, que el Gobierno no dispone del […]
«Visto el lío, cuando gobiernes ¿vas a poder deshacer la trama?», le disparan del público a Pablo Iglesias durante la presentación del libro Ibex 35. Una historia herética del poder en España» (Capitán Swing) en Valencia. Mucha gente le dice que el mundo no se cambia desde las instituciones, que el Gobierno no dispone del poder real, pero, si es así, «¿por qué se conjuran todos para que no alcancemos el poder ejecutivo?», se pregunta el líder de Podemos en el salón de actos de la Facultad de Filología, repleto de militantes, afines, público en general y muchos periodistas. Todas las cuestiones que le plantean, después de su primera intervención, precipitan en una, ¿Qué hacer? «Pues cosas muy sencillas, seguramente no revolucionarias». Por ejemplo, una reforma fiscal para que paguen impuestos los ricos (aplausos). O un impuesto sobre las transacciones financieras, agrega en un acto organizado por el Frente Cívico-Valencia y el sindicato Acontracorrent, en el que han participado el diputado de Podemos por Córdoba Manolo Monereo, el inspector de Trabajo y profesor de Derecho del Trabajo Héctor Illueca, la senadora de Podemos por Alicante Vicenta Jiménez y el autor del libro Ibex 35» Rubén Juste.
La tasa al tráfico financiero global fue planteada por el diputado de Unidos odemos, Alberto Garzón, el 29 de marzo en un debate en el Congreso. Denunció la especulación actual, «que aterrorizaría a Adam Smith y a David Ricardo». El mnistro de Hacienda, Cristóbal Montoro, le respondió con apelaciones a la izquierda «montaraz» y «comunista». Otra iniciativa sencilla y necesaria, apuntó Iglesias, consistiría en que la Inspección de Hacienda acechara no a las pequeñas empresas sino a las grandes compañías. Se apoyó, para ello, en las cifras que periódicamente recuerda el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa: 33 de 35 empresas del IBEX cuentan con filiales en paraísos fiscales, ratio que encabezan el Banco Santander y el BBVA. También resultaría factible una política de transición energética (las grandes eléctricas alcanzaron unos beneficios en 2015 que rondaban los 5.000 millones de euros, mientras más de 650.000 hogares fueron objeto de cortes de luz).
Cerrar la posibilidad a las «puertas giratorias» no debería implicar mayores dificultades. La nómina de prebostes de la alta política que prolongan sus carreras en los consejos de administración resulta bien conocida. Pablo Iglesias recuerda los casos notorios de José María Aznar, Felipe González o Elena Salgado, pero centra su atención en el ejemplo de Jordi Sevilla. En una reciente entrevista publicada por El Mundo, este miembro del Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado además de exministro de Administraciones Públicas en el Gobierno de Zapatero (2004-2007), afirmó: «Yo no viví las presiones del poder económico que dice Pedro Sánchez». Se da la circunstancia que Jordi Sevilla es vicepresidente del Área de Contexto Económico de la firma Llorente & Cuenca, consultora de comunicación que trabaja para el BBVA en el litigio de las cláusulas suelo. Iglesias continúa con la ristra de propuestas: que la Seguridad Social cubra a los autónomos, un sistema de defensa integral a escala europea («somos europeístas, pero no de una Europa sometida al capital alemán») y una banca pública, «necesaria frente a los abusos de los bancos privados». Tal vez sea un paso en el camino la fusión entre Bankia (con un 66 % de participación pública) y el banco Mare Nostrum (fruto de la unificación de Caja Murcia, Caja Granada y Sa Nostra), que cuenta con un porcentaje similar de capital público.
Tras el reflujo de la extrema derecha en las recientes elecciones holandesas, continúa la amenaza. Encuestas recientes señalan a Marine Le Pen como ganadora, en la primera vuelta, de los comicios presidenciales del próximo 23 de abril. Podría llegar al 25 % de los votos. «Mientras Le Pen representa en Francia la crítica a lo existente, aquí hay una fuerza democrática que defiende a los de abajo y dice que el problema no son los inmigrantes, sino una minoría de sinvergüenzas», valora Pablo Iglesias. ¿Este programa de «mínimos» representa la revolución? El líder de Podemos lo niega otra vez, pero aun así, «tienen miedo de que lleguemos al Gobierno, porque se les va a terminar el chollo». Toma la palabra en la presentación del libro una persona mayor, escéptica, que pregunta por el precedente de Tsipras, las expectativas frustradas y los riesgos de que a Podemos le ocurra otro tanto. Iglesias le responde que Grecia es un protectorado, actualmente con escasa capacidad de decisión, mientras que España se sitúa como cuarta economía de la Eurozona. Además, ¿por qué nunca se habla del modelo portugués? En el país vecino la socialdemocracia transita por caminos diferentes a los del PSOE, hasta el punto de explorar la acción de gobierno junto a comunistas y trotskistas. Pablo Iglesias se lamenta de que en el Congreso se mire mucho más lejos: «Siempre nos hablan de países que están a 7.000 kilómetros de distancia».
En el recuerdo de los asistentes Casandra Vera, la joven de 21 años a quien unas horas antes la Audiencia Nacional condenó a un año de prisión por una serie de tuits, 13, relacionados con la muerte del expresidente del Gobierno franquista Luis Carrero Blanco. La activista vertió los comentarios en las redes sociales entre 2013 y 2016. La condena implica además la inhabilitación para acceder a cargos públicos y, según hizo público la joven, la posibilidad de becas. «Quieren afrontar el fenómeno terrorista persiguiendo a tuiteros, pero ni el PP ni el PSOE dicen nada -para terminar con las redes terroristas- del control de los paraísos fiscales y el fin del secreto bancario». Tal vez la utilización forzada y hasta el extremo del Código Penal obedezca a una menguante capacidad de persuasión. Además se producen casos de notorio doble rasero, apunta Pablo Iglesias. «Jiménez Losantos afirmó que cuando veía a alguien de Podemos le atacaban las ganas de coger una pistola y dispararnos»; el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, no se quedó atrás en el enunciado de disparates, al relacionar la búsqueda de los familiares asesinados por el franquismo con el interés por las subvenciones. En relación con estos ejemplos, el secretario general de Podemos defiende la coherencia: «No quiere que se juzgue ni se condene a nadie en la Audiencia Nacional por decir estupideces».
La línea discursiva de Iglesias apunta a que mientras los expresidentes Felipe González, Aznar y Rodríguez Zapatero sí contaban con un «modelo de país» (aunque fuera el del ingreso en la CEE-desindustrialización o el de la «burbuja» inmobiliaria), el PP y el PSOE actuales no saben cómo actuar en los próximos cinco años. «Rajoy ha reforzado las dinámicas de recorte y de venderlo todo». La dependencia económica llega hasta tal punto que cerca de un 40 % de la bolsa española se encuentra en manos de inversores extranjeros: fondos estadounidenses como Blackrock, Vanguard, Fidelity o Capital Group y fondos soberanos como los de Noruega, Catar o Singapur. La oquedad y el desnortamiento del PP y el PSOE se percibe en el día a día de la vida política nacional. Ahí queda la fotografía de Felipe González, Rodríguez Zapatero, Pérez Rubalcaba y Alfonso Guerra escoltando a la flamante candidata Susana Díaz. «Han entregado la investidura y el Gobierno al PP», recuerda Pablo Iglesias.
Otras veces se recurre a las bondades de la Unión Europea. Pero incluso el papa Francisco advirtió a los mandatarios -en medio del ringorrango por las celebraciones del 60 aniversario en Roma- del riesgo de muerte que corre una Europa sin ideales. En el Parlamento español el debate se centra durante los últimos días en los modales y el decoro (el diario El País dedicó a la cuestión una página el pasado domingo, titulada «El decoro del Congreso»). Al estilo y las formas apeló la vicepresidenta Sáenz de Santamaría cuando la portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero, le planteó ocho preguntas parlamentarias sobre filtraciones a determinados medios de comunicación de escuchas realizadas por el antiguo CESID. «Algunos confunden el decoro con llevar un reloj de oro y un buen traje», critica Pablo Iglesias. Sin embargo no lo relacionan con personajes como el extesorero y senador Bárcenas o con el exministro de Industria, José Manuel Soria, quien tuvo que dimitir tras aparecer su nombre en los «Papeles de Panamá» y tener participaciones en sociedades familiares radicadas en Panamá y Jersey. «Nuestra hipótesis es que en España hoy existe un Gobierno fuerte -Rajoy con el apoyo del PSOE y Ciudadanos-, pero un régimen político débil, porque las instituciones están parasitadas». Por la trama. Después de la ovación, una mujer pide perdón desde el fondo de la sala, sólo para decir: «Enhorabuena».
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