Desde hace 126 años el barrio de pescadores de Valencia lucha contra los planes urbanísticos que pretenden crear un gran avenida, lo que supondría la demolición de cientos de casas de enorme valor histórico. Cabanyal es un histórico poblado marítimo, antaño habitado por pescadores, con un peculiar estilo arquitectónico basado en mosaicos cerámicos. El trazado […]
Desde hace 126 años el barrio de pescadores de Valencia lucha contra los planes urbanísticos que pretenden crear un gran avenida, lo que supondría la demolición de cientos de casas de enorme valor histórico.
Cabanyal es un histórico poblado marítimo, antaño habitado por pescadores, con un peculiar estilo arquitectónico basado en mosaicos cerámicos. El trazado de sus calles, su valiosa arquitectura popular y sus costumbres arraigadas merecen especial protección según algunas de las mayores entidades de protección del patrimonio cultural, como la World Monuments Fund, que sitúa Cabanyal en la lista roja de patrimonio histórico que debe ser salvado. Algo parecido a lo que motivó al Ministerio del Cultura a declarar que el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) era un claro ejemplo de expolio y debería pararse. Después de más de 12 años de lucha legal y en las calles los vecinos respiraron aliviados.
Cuando parecía que el conflicto estaba terminado Rita Barberá vuelve a al ataque en su plan del Cabanyal. El pasado 25 de julio el Ayuntamiento Valenciano aprobó sólo con los votos del PP una modificación que le permitiría retomar el PEPRI para destruir Cabanyal. Desde la Asociación de Vecinos de Cabanyal-Canyamelar entienden este nuevo movimiento desde una óptica electoralista. Según Vicent Gallar, de la AAVV «esto supondría un balón de oxígeno» de cara a su electorado. El plan del Cabanyal ha sido una de los puntos principales del PP, y a pesar de lo que esperaban, con el Gobierno central del PP tampoco han conseguido llevarlo a cabo. «Es un tema ya personal para Rita Barberá» denuncia Maribel Domenech desde la Plataforma Salvem el Cabanyal.
«Es un plan al que se le ha pasado el arroz», comenta Maribel. Un proyecto basado en los planes originales del arquitecto valenciano Messeguer de finales del XIX que pretendía conectar Valencia con el mar, pasando a través de los poblados marítimos como Cabanyal, que entonces no pertenecía a Valencia. «Ahora en el siglo XXI a ningún arquitecto se el pasaría por la cabeza hacer un plano sin pensar en como afecta a los habitantes», declara Maribel, «Cabanyal es un patrimonio histórico, pero patrimonio habitado». En cuanto al plan de unir la ciudad con el mar hay un pequeño detalle: Valencia ya es una ciudad marítima, y tiene ya cinco grandes avenidas que lo conectan con la costa, con lo que los vecinos no comprenden la urgencia del Ayuntamiento por llevar a cabo este plan. Desde la Plataforma de Salvem el Cabanyal ven claro este empecinamiento: es un pelotazo urbanístico similar a los que han llevado a cabo el PP en toda la costa valenciana. Pero a diferencia de los otros casos, la resistencia barrial ha conseguido pararlo.
Pero esta resistencia les está pasando factura según denuncia Maribel: «Han seguido el manual del especulador: degradando el patrimonio que debían proteger para así justificar su intervención». Tampoco están concediendo licencias para asfixiar a los pequeños comerciantes. «No entienden el valor del Cabanyal, somos una comunidad, nuestro patrimonio es material e inmaterial. Si abren esa avenida será como cuando partes una naranja: dejará de ser una naranja», señala Maribel. Y así lo han demostrado todo estos años, desde el arte y la cultura. Por eso crearon protestas artísticas de incidencia internacional, como «Portes Obertas», que se lleva celebrando más de 18 años. Durante esos días las casas de los vecinos se abren a los curiosos, y se interviene en el espacio para luchar contra la especulación. Festivales de teatro como Cabanyal Intim, o webseries de zombies gentrificadores. Todo sirve en esta larga lucha para crear comunidad para resistir contra las políticas especuladoras de Rita Barberá.
Porque el nuevo proyecto aunque afecta a menos edificios sigue afectando a un número importante de edificios protegidos. Vicent Gallar echa cuentas. «Si tomamos los datos objetivos del anterior plan calificado como expolio es casi lo mismo. Antes afectaba a 2527 edificios, de los cuales 774 estaban declarados BIC (Bien de Interés Cultural). Ahora de esos protegidos se derriban 637, eso sin contar el entorno, que también está protegido.» Pero no son sólo los edificios, porque como bien señalan desde la asociación de vecinos son más de 1.600 familias las que se verían afectadas de manera directa. Vicent desgrana con orgullo todos las batallas legales que han llevado a cabo durante estos 17 años, y el apoyo institucional externo que han conseguido. «Si no fuera por todo este apoyo nos habrían comido ya», declara Vicent.
Desde la Plataforma Salvem el Cabanyal y la Asociación de vecinos señalan que harán lo que han hecho hasta ahora: resistir. Aunque hayan puesto el periodo de alegaciones en agosto, saben que serán capaces de volver a presentar miles de alegaciones al nuevo plan, como han hecho todos estos años. «Si cuando la gente no usaba masivamente internet conseguimos 10.000 alegaciones ahora conseguiremos muchas más», señala esperanzado Vincent.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/movimientos/23664-la-ultima-batalla-del-cabanyal.html