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La única «salida» de IU sigue siendo una disyuntiva

Fuentes: Rebelión

Falta menos de un mes para la Asamblea extraordinaria de IU pero el ambiente interno, así como la intervención política no institucional, siguen bajo mínimos. La razón de fondo no es difícil de adivinar. Se dice que los llamazaristas y los frutistas tienen casi «todo el pescado vendido». La ley de hierro que vuelve a […]

Falta menos de un mes para la Asamblea extraordinaria de IU pero el ambiente interno, así como la intervención política no institucional, siguen bajo mínimos. La razón de fondo no es difícil de adivinar. Se dice que los llamazaristas y los frutistas tienen casi «todo el pescado vendido». La ley de hierro que vuelve a atar las que fueron contrapuestas voluntades e intereses no es otra que la subsistencia del «aparato» compartido (cargos, liberaciones, financiación pública) a cualquier precio y costa. Por eso, ante las cada vez más tenues expectativas de salir del aislamiento social y electoral, los actuales dirigentes de IU coinciden en rechazar otra escenografía asamblearia que no sea la del reparto de cromos y caretas, huyendo como la peste de cualquier debate y análisis que vayan más allá de «cómo salvar los muebles», aún cambiando de «casa».

Sin embargo, el problema es muy otro para la militancia sincera de IU (que todavía es bastante) y para todos aquellos que siguen/seguimos constatando la falta de un referente político de los trabajadores y la juventud para intervenir en la lucha de clases, en la realidad concreta y no sólo en las tribunas parlamentarias, de la forma entre testimonial y anecdótica que se viene produciendo. Un referente que podamos utilizar, por ejemplo, para impedir el desmantelamiento en curso de los servicios públicos y de empresas como IZAR, o la destrucción de puestos de trabajo y su sustitución por empleo precario y paro, o la exclusión y criminalización de los inmigrantes, además de muchas otras cuestiones que también tienen como nudo gordiano las políticas de la Unión Europea y sus instituciones y tratados, en particular el Tratado constitucional que se someterá a consulta en España el 20 de febrero próximo, y que persigue el desarbolamiento de los marcos estatales de soberanía, de las conquistas históricas de los trabajadores y los pueblos y de las organizaciones de clase estructuradas en estos marcos.

Hay, por tanto, que preguntarse: ¿cómo construir ese referente político, imprescindible para cambiar la sociedad, para resistir esta ofensiva imperialista y avanzar hacia el socialismo? Más allá de las fáciles palabras, prontas a perjurar que IU, Izquierda Verde o cualquier otro encaje de bolillos (igual que el Partido de la Izquierda Europea) persiguen estos mismos objetivos, la tozuda realidad de los hechos acontecidos durante muchos años y las actuales perspectivas muestran que eso no es así.

IU ha perdido casi dos millones de electores desde que subieron a la coordinación general primero Frutos y luego Llamazares. Esto, por si mismo, indica que ni la renovación cosmética de IU ni una vuelta a los orígenes (como si no hubiera pasado nada desde los años 80), que defienden respectivamente ambos directivos con sus proclamas y eventuales candidatos interpuestos, suponen ninguna alternativa real a la situación interna y externa. Tan sólo conllevan y supondrán continuar apartados de la realidad política existente y seguir dando la espalda a las demandas e intereses de la clase trabajadora.

Tampoco la nueva ideología altermundista de los foros sociales, con la que desde el año 2000 buscan modernizar sus discursos ambas facciones principales de IU (y el PCE), puede ofrecer otra perspectiva y papel dentro del vigente entramado institucional que la mera pose de «activistas turísticos» y de radicales de escaparate. Porque luchar por » otro … posible» y «actuando globalmente pero pensando localmente» lo único que puede garantizar es que todo siga igual.

Como se ha dicho tantas veces, la crisis que viene arrastrando IU y su descomposición política y orgánica, forman parte de una crisis más amplia de las actuales instituciones políticas, de un régimen de monarquía parlamentaria que desde hace más de 25 años viene mostrando rotunda incapacidad para garantizar la democracia y las libertades a los ciudadanos y pueblos del estado.

Por eso mismo, IU no tiene ninguna salida mientras persevere en buscar su «viabilidad» dentro de estas instituciones políticas burguesas, diseñadas y desarrolladas para enmascarar la lucha de clases realmente existente y para garantizar el dominio absoluto del capitalismo y sus burócratas.

El compromiso honesto para cambiar la sociedad, en el caso de la actual organización de IU exige, en cambio y en primer lugar, un compromiso igualmente honesto y radical por reconducir esta fuerza política de colaboración interclasista y horizonte supeditado al devenir del vigente régimen político institucional hacia una organización en ruptura con el mismo. Se trata de reconvertir IU en una fuerza política que, en lugar de mirar permanentemente «hacia arriba» buscando un «huequillo al sol» subvencionado que la actual coyuntura política obstaculiza cada día más, base su propósito y su acción política en encarnar (defender en las instituciones y en la calle) los intereses y demandas de los trabajadores y la juventud.

En definitiva, aunque esto no se planteará en la Asamblea extraordinaria, el futuro de IU sigue planteado en términos de una disyuntiva impuesta por la lucha de clases realmente existente. O bien permanecer fiel a un proyecto de «Izquierdas», reencontrando el sujeto de cambio y construyendo un frente de trabajadores y jovenes por la democracia y las libertades, contra la Europa del capital y la guerra, sus políticas e instituciones. O bien -como apuntan todos los indicios que sucederá – perseverar en el carácter falsamente «unitario» de la colaboración interclasista, mediante sumas y cambalaches de siglas y discursos que sólo conducen a legitimar el vigente régimen y modo de explotación, a desviar la movilización social hacia un callejón sin salida y al aislamiento social.

Juanjo Llorente

Reencuentro Comunista ([email protected])