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Efectos devastadores de un modelo productivo basado en los monocultivos a gran escala

La vertiginosa expansión de la palma africana

Fuentes: Rel-UITA

El avance exponencial del cultivo de palma africana a nivel mundial está generando graves problemas, que afectan tanto las poblaciones y las comunidades como la diversidad biológica del planeta. El intercambio de experiencias y la búsqueda de caminos y estrategias comunes caracterizaron la Conferencia Mundial del Sector Palma Africana, organizada por la UITA el pasado […]

El avance exponencial del cultivo de palma africana a nivel mundial está generando graves problemas, que afectan tanto las poblaciones y las comunidades como la diversidad biológica del planeta. El intercambio de experiencias y la búsqueda de caminos y estrategias comunes caracterizaron la Conferencia Mundial del Sector Palma Africana, organizada por la UITA el pasado 12 y 13 de marzo en Bogotá.

La producción mundial de aceite de palma ha venido incrementándose rápidamente en las últimas décadas, pasando de 2 millones de toneladas métricas en 1960 a casi 60 millones en el ciclo 2013 – 2014. El Banco Mundial estima que dicha cantidad podría duplicarse en 2020.

De acuerdo con la FAO, Asia constituye la principal fuente de aceite de palma debido a que Indonesia y Malasia controlan casi el 83 por ciento de la producción mundial.

En la última década (2000 – 2011), Asia registró un crecimiento de producción del 126 por ciento, las Américas del 95 por ciento, el Caribe del 70 por ciento, mientras que África aumentó casi de la mitad su producción de aceite de palma (43 por ciento).

Colombia encabeza la producción latinoamericana, seguida por Honduras, Ecuador, Brasil, Guatemala y Costa Rica.

Estos seis países representan el 90 por ciento de la producción total de la región. En 2012, Colombia fue el quinto mayor productor mundial de aceite de palma, en tanto que Honduras fue el noveno.

India, China y la Unión Europea son los tres principales importadores y representan casi el 51 por ciento del total de las importaciones a nivel mundial.

Actualmente, el 80 por ciento del uso de aceite de palma en el mundo se asigna a productos comestibles, el 15 por ciento a productos de cuidado personal y el restante 5 por ciento al agrodiesel.

Wilmar, Sime Darby, IOI Corporation, Kuala Lumpur Kepong y Golden Agri son las mayores compañías productoras de aceite de palma en el mundo. Unilever, Nestlé y Danone son las principales usuarias finales de este producto.

Concentración de ganancia Distribución de los impactos sociales y medioambientales

La expansión vertiginosa del monocultivo de palma africana en el mundo está creando serias afectaciones sociales y medioambientales. Jorge Chullén, coordinador del sector Azúcar y Palma Africana de la UITA, compartió con La Rel el análisis y los planes futuros de la Internacional.

-¿Cuál es la situación de la expansión de la palma africana en el mundo?

-La palma africana es un cultivo que se ha expandido de manera exponencial en las últimas décadas, no solamente por la multiplicidad del uso, sino también por la eficiencia que presenta como producto, tanto para el consumo humano, como para uso industrial y la producción de agrodiesel.

A la vez hay un proceso económico muy acelerado, de manera especial en países asiáticos como Indonesia y Malasia, de crear plantaciones gigantescas que aprovechan las condiciones climáticas y económicas, y permiten capturar una porción muy significativa del mercado mundial.

Por otro lado, hay varios países, como Honduras, Guatemala y varios del continente africano, que sufren elevados niveles de pobreza y pobreza extrema, cuyos gobiernos han entrado en la discusión de cómo desarrollarse económicamente.

Ellos ven la expansión de la palma africana como una posible salida, y están dispuestos a brindar ciertas facilidades y a taparse los ojos ante los efectos nefastos que se generan, con tal de presentar este monocultivo como un modelo de desarrollo económico y sostenible, que claro no lo es.

-¿Cuáles son los efectos que se generan?

-Tanto la palma africana como la caña son cultivos que requieren de grandes volúmenes y extensiones para poder ser rentables económicamente.

Esta situación implica una acelerada e incontrolada reestructuración del modelo agrario, que desemboca en la expansión de un modelo de producción basado en los monocultivos a gran escala, generando graves impactos sociales y medioambientales.

La deforestación y destrucción de los bosques, la falta de acceso a la tierra y el desplazamiento forzado de comunidades y poblaciones enteras, la pérdida de soberanía y seguridad alimentaria, así como la grave contaminación por el uso de agrotóxicos, la pérdida acelerada de la biodiversidad y la profundización de los efectos del calentamiento global, son solo algunos de los efectos que estamos viendo.

Asimismo, la penetración de la palma africana está relacionada con la violación generalizada de los derechos humanos, incluyendo los derechos laborales y sindicales.

Contrariamente a lo que dicen los grandes productores palmeros, este cultivo no solo no genera una gran cantidad de puestos de trabajo, sino que fomenta el trabajo precario, tercerizado, sin derechos y con salarios de miseria.

Los casos emblemáticos de Colombia y Honduras, donde hay un involucramiento directo de cuerpos armados, públicos y privados, defendiendo los intereses de los grandes productores de palma, y de África, donde comunidades y poblaciones enteras son desplazadas de sus territorios y hasta pierden su derecho ancestral al uso de la tierra, nos obligan a buscar estrategias compartidas para frenar este fenómeno.

-¿Cuáles van a ser las estrategias?

-La Conferencia Mundial ha contado con la presencia de organizaciones afiliadas y amigas que vienen de casi todos los continentes, y nos abre nuevas perspectivas y nos ofrece auténticas oportunidades.

Hemos identificado muchos aspectos y elementos comunes, y hemos podido intercambiar informaciones, visiones, opiniones y experiencias que van a ser muy valiosas para articular nuestra acción en el futuro.

Fuente: Rel-UITA