Por conocimiento y por el afecto que guardo a ese país, donde viví por varios años, sobre todo en Cataluña, veo que algunas de mis amistades anticipan una Segunda Transición en España. La primera fue entre 1975 y 1978, luego de la muerte del dictador Francisco Franco. Cuatro son las crisis. La primera, la económica, […]
Por conocimiento y por el afecto que guardo a ese país, donde viví por varios años, sobre todo en Cataluña, veo que algunas de mis amistades anticipan una Segunda Transición en España. La primera fue entre 1975 y 1978, luego de la muerte del dictador Francisco Franco.
Cuatro son las crisis. La primera, la económica, agravada por políticas de austeridad contraproducentes. La deuda privada continúa siendo enorme; el Estado ha realizado algunos salvatajes bancarios imprudentes, y ha convertido deudas privadas en deudas públicas. En un círculo vicioso, el Estado y las regiones financian ahora sus déficits, adquiriendo nuevas deudas y pagando altos intereses. La deuda pública pronto alcanzará el 90% del PIB. Hay decenas de miles de desahucios de familias pobres, muchas de ellas ecuatorianas.
La segunda crisis es la ambiental. España no parece haber aprendido de la destrucción de paisajes, de los derroches de agua, de los daños al ambiente causados por un desarrollo desordenado que llevó a la construcción de una excesiva infraestructura y de dos millones de viviendas ahora desocupadas. Al contrario, se promulgó recién una Ley de Costas que legaliza los desmanes producidos y anuncia otros nuevos; aparte de ello, se apoya la minería del carbón, tan nociva para el cambio climático. Existe hoy incluso una polémica en torno a las centrales nucleares, como la de Santa María de Garoña.
La tercera crisis es la de la memoria histórica. El caso Garzón dio la vuelta el mundo. Libros recientes, como el de Paul Preston, El Holocausto Español, han sacado a la luz cómo fue de grande y cruel la matanza provocada por el general Franco, en 1936, en las zonas donde ganó el golpe militar. Las investigaciones descubrieron 130 mil casos de muertes sin ningún tipo de procedimiento judicial, cuyos restos fueron encontrados en grandes fosas comunes; hechos que quisieron borrarse otorgando una amnistía a los franquistas en 1977: una autoamnistía, una ley de punto final que choca contra la conciencia universal. Sin embargo, permanece todavía el insultante y gigantesco monumento al general Franco en el llamado Valle de los Caídos cerca de Madrid.
Y por último, hay una gran novedad en el marco constitucional español. Impulsado por la crisis económica y fiscal, se ha despertado el tema territorial con más fuerza que nunca. En el País Vasco y en Cataluña los partidos nacionalistas tienen o aspiran a tener más del 65% de los escaños en sus parlamentos. Solicitan ya o van a solicitar el derecho a un referéndum de independencia dentro de la Unión Europea, como el que va a tener lugar en Escocia. ¿Tendrá agilidad el Estado español para moverse en dirección confederal, o se separarán Euskadi y Cataluña de España? Dentro de poco tiempo conoceremos su desenlace.
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