Como es habitual España vuelve a batir el récord de exportaciones de material de defensa, en 2017 estas exportaciones alcanzaron el máximo histórico de 4.347 millones de euros un 7,3% más que el año anterior. Tal como destaca Pere Ortega, investigador y presidente del Centro Delàs de Estudios por la Paz, «lo más preocupante es […]
Como es habitual España vuelve a batir el récord de exportaciones de material de defensa, en 2017 estas exportaciones alcanzaron el máximo histórico de 4.347 millones de euros un 7,3% más que el año anterior. Tal como destaca Pere Ortega, investigador y presidente del Centro Delàs de Estudios por la Paz, «lo más preocupante es el gran volumen de autorizaciones a la exportación, en 2017 el gobierno autorizó exportaciones por valor de 21.085 millones de euros, un 280% más que el año anterior». Teniendo en cuenta que en 2017 solamente se exportó el 21% del material autorizado, podemos saber que la mayoría de armas todavía no han sido exportadas, por lo que cabe prever que los próximos años seguiremos anunciando máximos históricos de exportaciones de material de defensa.
Desde Oriente Medio han sido adquiridas armas españolas por valor de 452 millones de euros, el 10% del total de las exportaciones. Además, el gobierno ha autorizado exportaciones a esta región por valor de 687 millones de euros. Los compradores más destacados han sido Arabia Saudita (270,2 millones), Omán (72,8 millones), Emiratos Árabes Unidos (52,9 millones), Iraq (33,3 millones), Egipto (12,67 millones) y Catar (8,1 millones).
Por lo que respecta a las municiones, España ha exportado a Arabia Saudita por valor de 90,12 millones de euros, a Iraq 33,31 millones, a Emiratos Árabes Unidos 27,38 millones y a catar 7,73 millones de euros. El Gobierno español en el informe «Estadísticas españolas de exportación de material de defensa, de otro material y de productos y tecnologías de doble uso 2017», afirma que las licencias de exportación de municiones a Arabia saudita han sido «acompañadas de certificados de último destino, con cláusulas estrictas de no reexportación y uso fuera de su territorio». Tica Font, investigadora del Centro Delàs de Estudios por la Paz, afirma que «debe ser que en años anteriores el gobierno no requería dichas certificaciones, ya que municiones españolas como el lanza cohetes C90-CR adquiridos por Arabia Saudí o las granadas Alhambra adquiridas por Bahréin, han sido identificadas en territorio yemení; o si requería dichas certificaciones nunca ha comprobado la veracidad de uso de dichas exportaciones».
Estas exportaciones pueden considerarse ilegales si nos atenemos a la propia legislación española y europea sobre comercio de armas. Recordemos que Arabia Saudí, junto a Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Egipto y Jordania participan de la coalición que combate en Yemen a favor de las fuerza gubernamentales de al-Hadi, participa dando apoyo a una bando en la guerra de Yemen.
Por otra parte cabe destacar las exportaciones españolas a Asia, donde han sido exportadas armas por valor de 389 millones de euros, el 9% del total. Entre ellas cabe destacar Malasia que ha adquirido material militar por valor de 170,6 millones de euros, Kazajstán por valor de 54,6 millones, Tailandia por valor de 52,8 millones, Bangladés por valor de 30,2 millones, Paquistán 27,6 millones, Corea del Sur 16,9 millones, Indonesia 14,9 millones o Filipinas 12 millones.
El eje económico y de conflictividad geopolítica se ha trasladado a Asia, el lanzamiento de misiles por parte de Corea del Norte y su programa nuclear o las actuaciones estratégico-militares chinas han provocado un aumento de la percepción de amenazas en la región. Desde hace algunos años el presupuesto de defensa chino está aumentando espectacularmente, el gobierno está modernizando su equipamiento y su arsenal militar, con lo que la política militar china está provocando una especie de carrera de armamento en países vecinos. De hecho en los últimos años India, Japón o Filipinas están incrementando de manera sustantiva su presupuesto de defensa y sus adquisiciones en armamento moderno. Resulta evidente que la industria militar española con el apoyo del Gobierno español intenta beneficiarse de esta situación, aunque ello suponga incrementar la tensión y el potencial desenlace de un conflicto armado.
Finalmente, este año se ve corroborada la política activa del Gobierno español fomentando las exportaciones de material de defensa de la industria española, política que se la ha llamado «política de internacionalización de la industria de defensa», que se pone de manifiesto en la baja denegación de exportaciones. En 2017 solo fueron denegadas cuatro solicitudes de exportación, una a China (sistemas de clasificación acústica valorada en 540.000 €) alegando el criterio 1 de la Posición Común, otra a Myanmar (20 pistolas de tiro deportivo para las FFAA) por estar embargado por la UE y dos licencias de exportación a Israel (diez cañones de rifle y 17 direcciones de tiro de carro de combate valorado en 1,9 millones de €) alegando criterio 4, situación regional, de la Posición Común.
Es probable que todas estas armas exportadas y las que se compraron en años anteriores por varios países de Oriente Medio estén siendo utilizadas en los bombardeos a ciudades kurdas, sirias, iraquís o yemenitas, del mismo modo que existe la posibilidad de que la utilización de estas armas sea la que haya provocado la salida masiva de ciudadanos hacia otros emplazamientos, incluida la actual crisis humanitaria de refugiados. Según destaca Jordi Calvo, investigador y coordinador del Centro Delàs, «es por ello que el control de las exportaciones de armas no es un reto simplemente jurídico, no es suficiente con comprobar hasta qué punto se ha cumplido o no la ley que regula dichas exportaciones. El reto principal es político y humanitario. Es decir, no es en ningún modo aceptable que las armas españolas sean utilizadas como una herramienta de política exterior y aún más si ello supone provocar violencia y daños irreversibles sobre la vida de millones de personas».