Recomiendo:
0

Las asambleas de parados y precarios plantan cara al desempleo en Asturias

Fuentes: La Marea

Asturias, con más de 98.000 personas en paro, es una de las comunidades autónomas en la que la tasa de desempleo no ha dejado de ser elevada en los últimos años. Pero también es cierto que ha sido y sigue siendo una región que destaca por su movimiento obrero, sobre todo en sectores como el […]

Asturias, con más de 98.000 personas en paro, es una de las comunidades autónomas en la que la tasa de desempleo no ha dejado de ser elevada en los últimos años. Pero también es cierto que ha sido y sigue siendo una región que destaca por su movimiento obrero, sobre todo en sectores como el naval, el minero o el de la siderurgia. Como muestra de ello destaca la reciente victoria de la Asamblea de Trabajadores de Tenneco ante la multinacional, consiguiendo la reapertura de la empresa en Gijón y manteniendo a toda su plantilla.

Pero la movilización de los trabajadores es muy distinta a la de aquellos que carecen de empleo. La falta de un lugar de encuentro como es la fábrica, el ver la pérdida del trabajo como un fracaso personal y la individualización del problema son algunos de los factores que han hecho fracasar otros intentos de organización de los parados. A sabiendas de estas dificultades, grupos de personas sin empleo o con trabajos mal pagados se reúnen en el Principado en las llamadas Asambleas de Parados y Precarios. Ya existen en Gijón, Oviedo, Avilés y en Siero-Noreña. Sus reuniones y acciones, como los huertos ecológicos, las despensas populares o la apertura de un centro social, son la prueba del movimiento que pueden adquirir estos colectivos.

Los inicios de las Asambleas

La idea de organizar a los parados en Asturias viene de años atrás. El germen de las asambleas se encuentra en un documento fechado en octubre de 2011 y leído en el VI Congreso de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI). En este se hace un análisis de la situación económica del momento y se dan razones por las que es importante organizar a los parados, a los jóvenes desempleados, a los padres y madres de estos, etc. El colectivo que iba a surgir de aquel plan tenía previsto llamarse Ciudadanos Ante la Crisis y los Parados.

Tras su presentación en 2012 y con un nuevo nombre, la iniciativa tomó impulso gracias a la dedicación de una persona: Juan Manuel Martínez Morala. Este sindicalista, conocido en toda Asturias por sus años de militancia en la Corriente Sindical de Izquierda, se hizo «célebre» sobre todo en las combativas protestas contra el cierre del astillero Naval Gijón. Por ellas fue condenado a prisión en 2007 junto a su compañero Cándido González Carnero, inspirando con sus acciones a Fernando León de Aranoa a la hora de rodar Los lunes al sol. Estos dos dirigentes de la CSI se convirtieron en un símbolo del sindicalismo de calle y tras 19 días de prisión siguieron luchando por las mismas causas.

Morala, con más de 50 años de edad, sigue dedicando horas a las Asambleas de Parados que él contribuyó a constituir. Coordina la de Gijón, la primera de Asturias desde hace 2 años, y ayudó a formar la de Jóvenes Parados y Precarios en esta ciudad, ahora independiente. Comenta, de camino a un acto informativo en el barrio gijonés de El Llano, que desde el principio «organizar a los parados y movilizarlos era nuestro objetivo. Hay gente que está preocupada por las personas que no tienen empleo y les facilitan alimentos, les dan ayuda… en definitiva: caridad. Creemos que los bancos de alimentos son necesarios, pero no la solución. Aunque los tenemos en nuestras asambleas, nosotros los acompañamos con proyectos como los huertos ecológicos, la asistencia jurídica o movilizaciones».

Cada jueves, la Asamblea de Gijón se reúne en la Casa Sindical y trata los avances de la semana, organiza próximas acciones e intenta echar una mano a aquellos que solicitan ayudas sociales de la Administración. Pero uno de los principales objetivos de estas asambleas es la constitución de proyectos cooperativistas. El que funciona desde el principio es el cultivo de huertos ecológicos. Uno de ellos, situado en la parroquia gijonesa de Vega, ya cosecha y vende guisantes, fresas, lechugas, calabacines, tomates y otras frutas y hortalizas. Trabajan en esta tres personas, pero aspiran a aumentar el número de tierras, animales y personal, si la iniciativa prospera.

Aunque las asambleas hayan surgido en Gijón y estén relacionadas con la Corriente Sindical de Izquierda (las reuniones en cada ciudad acostumbran a celebrarse en el local del sindicato), las del resto de ciudades asturianas funcionan con independencia entre sí. Iván, de la Asamblea de Oviedo, afirma que «aunque utilicemos un nombre y un logotipo similares somos bastante autónomos. Aun así, una vez al mes solemos hacer un encuentro entre todas las asambleas.»

En la asamblea de la capital asturiana se reúnen los miércoles y ofrecen servicio jurídico sin coste, disponen de un banco de alimentos y destacan por sus denuncias de la precariedad laboral que realizan en los mismos centros de trabajo. «Organizamos también un comedor gratuito en el que nos reunimos distintos grupos para establecer relaciones y organizar otras acciones sociales», comenta Usca, una de las chicas más comprometidas del colectivo. Pero con el desalojo del Centro Social La Madreña, donde lo habían ubicado, han tenido que suspender este comedor.

A menudo se cree que sólo pasan por dificultades aquellos que están desocupados y la atención se centra en los parados. Por ello, las asambleas no quieren desatender otro de los problemas laborales más preocupantes en la actualidad: el precariado. En la Asamblea conjunta de Siero y Noreña, la última en constituirse, es algo que ven con cierta alarma. Mario cuenta que en ambos concejos «encontramos que cada vez hay más desempleo y más necesidad de prestaciones sociales, pero la cobertura social no deja de bajar. También vemos con mucha preocupación que la gente que encuentra un empleo es de muy baja calidad. Son personas que trabajan pero que aun así están cerca del umbral de la pobreza. Eso es lo más preocupante».

Sin embargo, hay ocasiones en que son más las ideas y propuestas que los asistentes a las reuniones. «Tendría que haber mucha más gente», sostiene David, de la Asamblea de Oviedo y trabajador en los huertos de este concejo. «Somos pocos para los parados y precarios que hay».

La dificultad de movilizar a los parados

Y es que el número de asistentes a las asambleas semanales no suele pasar de las 20 personas en la de Gijón, así como en la de Siero y Noreña. En la de Oviedo acostumbran a ser una decena, en su mayoría jóvenes, y en Avilés las reuniones están suspendidas temporalmente, en beneficio de otras actividades en el sindicato. Pero esta modesta afluencia puede tener su explicación en las dificultades propias de los desempleados para movilizarse.

«El paro se suele vivir casi siempre como un fracaso personal y como algo individual: es tu problema. Tú eres el que no encuentra trabajo, tú eres el que fracasa, el que no se formó bien o el que no se desenvuelve en las entrevistas de trabajo», explica Rubén Vega, profesor de la Universidad de Oviedo especializado en el movimiento obrero en Asturias. Según su visión, la dispersión de los parados como colectivo y el supuesto carácter temporal de su situación laboral hacen que el desempleo se viva como un problema propio. Esto puede causar estragos en la autoestima y lleva al derrotismo y a la indefensión, pero no a la movilización. «Lo que hacen los movimientos de parados es justamente cambiar esa clave: no, esto no es un problema individual, es un problema social y hay que vivirlo de forma colectiva. Y además es un problema político, hay que protestar», sostiene el historiador.

Conocedoras de lo difícil que resulta que los parados o precarios se decidan a asistir a las reuniones, las asambleas realizan acciones de difusión en sus ciudades. Desde los actos informativos, megáfono en mano por los barrios de Gijón, a las recogidas de alimentos a la puerta de supermercados para la despensa popular de la Asamblea de Oviedo, los esfuerzos para hacerse visibles en las ciudades son constantes. Quizás el proyecto más ambicioso es el que está llevando a cabo la Asamblea de Jóvenes Parados y Precarios de Gijón. Están trabajando en un centro social que tienen previsto inaugurar este verano, en un local de dos plantas, con gimnasio en la de arriba, además de contar con biblioteca, banco de alimentos y aula para charlas, entre otros servicios. Pretende ser un espacio de encuentro para cualquier joven asturiano que busque una forma de ocio alternativo y de apoyo, tanto jurídico como personal, relacionado con el desempleo y el trabajo precario. Todo ello de forma gratuita.

A pesar de las dificultades y convencidos de su labor, cada semana continúan reuniéndose las Asambleas de Parados y Precarios de Asturias. Hombres y mujeres, jóvenes en busca de un primer empleo que parece inexistente, junto a otros que están en la edad de jubilarse, si tuviesen trabajo. Ciudadanos que, lejos de resignarse por la situación laboral en la que se encuentran, han elegido luchar por mejorar la suya y la de cuantos puedan. Personas que, a problemas colectivos, buscan también soluciones colectivas.

Fuente: http://www.lamarea.com/2014/06/25/una-alternativa-al-desempleo-las-asambleas-de-parados-y-precarios-en-asturias/