No se puede concebir una celebración del 1º de mayo en el mundo sin que sea revolucionaria e internacionalista y en tal sentido la celebración en Colombia y en particular en Bogotá, no resultó inferior a las expectativas. Al múltiple paisaje de colorido, entretejido con lo lúdico de danzas, banderas, pasacalles, de volantes y periódicos […]
No se puede concebir una celebración del 1º de mayo en el mundo sin que sea revolucionaria e internacionalista y en tal sentido la celebración en Colombia y en particular en Bogotá, no resultó inferior a las expectativas.
Al múltiple paisaje de colorido, entretejido con lo lúdico de danzas, banderas, pasacalles, de volantes y periódicos de organizaciones políticas de izquierda, difusión de las notas de La Internacional y coros de consignas antigubernamentales, antisistema y por reivindicaciones concretas, fluyó la oleada de manifestantes por la carrera séptima de la capital colombiana, en dirección norte a sur, hasta desembocar en la histórica Plaza de Bolívar.
Al observarlos pasar, destaca el sujeto participativo, integrante consiente de esa masa homogénea de protesta. Es el ejemplo concreto de identidad de un pueblo rebelde que ejerce su derecho de protesta, tan diferente al contenido politiquero de las «concentraciones» electoreras, de los partidos oficialistas y de derecha, causantes del genocidio político en Colombia. En esta marcha del 1º de mayo se manifestó la vigencia de la lucha política y social (en el contexto de lucha de clases) y la proyección de la finalización del conflicto interno armado en Colombia.
LA EXIGENCIA POR LAS GARANTÍAS LABORALES
Pese a la aplicación del capitalismo salvaje, privatista, neoliberal, el movimiento obrero y sindical en Colombia no desparece. Si bien es cierto que de veinte millones de trabajadores colombianos del sector privado, tan solo un millón de ellos están sindicalizados; se mantiene la constante del sindicalismo en el sector público, demostrando el efecto del terrorismo de Estado que representan el irrespeto y el temor a la libertad sindical, verdaderas «correas de transmisión» de poder popular. El panorama de las garantías laborales para la clase obrera colombiana es lamentable.
La expedición del decreto 583 del 8 de abril de 2016, con la firma del ministro Luis E. Garzón, legaliza todo tipo de tercerización de cualquier actividad laboral en las empresas públicas o privadas, significando un golpe letal para el sindicalismo colombiano; puesto que sin estabilidad ni definición patronal – por el juego de intermediarios- no hay organización sindical. Eso lo sabía muy bien la ex Clara López cuando permitió el abrazo del oso y sucumbió al suicidio político. Al respecto, valorar y destacar el comportamiento político de la militancia del POLO, sin mención alguna a la treta y jugarreta del binomio Santos-Clara.
Las Consignas de la Manifestación profusamente difundidas y repetidas sin cansancio, fueron producto del trabajo colectivo de organizaciones políticas, populares y sociales, concebidas bajo un espíritu unitario de cara a la explotación capitalista, contra la crisis económica del imperialismo y contra la invasión inversionista extranjera. También contra el Estado de Terratenientes y Gran Burgués, luchando por la tierra para el campesino y sus organizaciones que la trabajan, contra la falsa paz santista, por soluciones efectivas e inmediatas para los desplazados como víctimas de la guerra.
En ese torrente humano guiaban las organizaciones sindicales, el auge del sindicalismo de industria, el asomo de nuevas organizaciones sindicales políticas y de masas, el desfile de los Comités de Victimas del Terrorismo de Estado. En ese entorno, la presencia de la Memoria Histórica, con el grito de permanencia de NICO VIVE!, las fotos de Edwin Ariel López Granados y de Gersón Gallardo Niño, emblemáticas de los miles de desaparecidos, jóvenes estudiantes que nos resistimos a aceptar fueron asesinados y desaparecidos! Y allí, hombro a hombro con los marchantes, la presencia solidaria del Representante Popular a La Cámara ALIRIO URIBE, demostrando- en un ambiente tan radicalizado- la importancia del político de izquierda ante el desprestigio de la casta politiquera del establecimiento.
Corresponde valorar el alto contenido de la protesta contra la privatización a ultranza manejada por el bloque de poder oligárquico en Colombia.
La creatividad popular escenificó la imagen del paso religioso de Santos y en su ante faz la de Uribe Vélez, como una identidad de intereses antipopulares como lo que son: Caras de la misma moneda. Los artistas callejeros flagelándose con intenso alarido de «mea culpa» por haber votado por Santos. El repudio generalizado contra la histriónica figura del alcalde Peñalosa, reclamándole la exigencia de las garantías laborales; impugnando contra la venta de la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB). Que es patrimonio de los bogotanos y bogotanas desde hace 132 años; desenmascarando que sí no produjere y rentara pues nadie la «compraba». Todo ello respaldado con la presencia de cerca de mil trabajadores de la ETB marchando con coraje y por la dignidad soberana del ente público. Al redactar estas líneas (martes 3 de mayo) dos multitudinarias manifestaciones de la Asociación de Educadores del Distrito (ADE), paralizan el normal tránsito en las calles de la Capital de la República, contra la insistencia del neoliberal Peñalosa en que se urbanice la reserva humedal Thomas van der Hammen y la entrega de la ETB al voraz capital privado.
En un país, como Colombia, en que la dictadura mediática impide la difusión del clamor reivindicativo de las amplias masas populares, solo en medios alternativos de opinión se puede mencionar el sinnúmero de vertientes de opinión y de bloques de organizaciones populares y revolucionarias. Entre algunas de ellas, presentes en esta jornada del 1º de mayo de 2016, se encontraban: Comité Pro Federación Independiente de Bogotá. Desplazados. Movimiento Estudiantil Rebelde y Popular (MERYP). Distribuidores del Semanario Revolución Obrera. E24 Bogotá. Comité de Lucha Popular de Bogotá. Recicladores Populares de Bogotá. Escuela Sindical María Cano. Unión Patriótica Bases en Rebelión. Unidad Paz y Democracia (UPD). Movimiento Por La Constituyente Popular (MCP). Movimiento Ecosocialista de Colombia. Partido Socialista de Los Trabajadores (PST). Colectivo Anticapitalista Universidad del Tolima. Asoquimbo. Sinaltrainal. Red de Lucha Contra el Hambre y la Pobreza. Jóvenes Coordinadores Antifascistas. Marcha Patriótica. Polo Democrático Alternativo (POLO).
«¡Ante la muerte y la explotación, somos la chispa de la revolución!»
Sin posar de conclusivo el panorama de las luchas populares en Colombia despunta con claridad. La importancia de un Frente Amplio, Popular y de Masas, va acorde con el desarrollo de las negociaciones con las Insurgencias en Colombia. No puede darse una conclusión a la terminación total del conflicto armado en Colombia sin la inclusión de todas las insurgencias (FARC-ep. ELN y EPL en el nororiente colombiano). Ese incontable número de organizaciones populares, sindicales, estudiantiles, gremiales, sociales, requiere de un Frente Político que garantice continuidad a las formas activas de organizaciones de masas favorables a la profundización de las luchas sociales y a la cualificación del movimiento de masas, tanto en lo participativo comunal como en las calles. Es el movimiento popular mediante sus múltiples versiones organizativas el que ha de apropiarse de los temas de negociaciones con las guerrillas insurgentes. Aquí no se trata de cambios, ni de adecuaciones de marcos jurídicos o legales, cómo de profundas transformaciones sociales y políticas. La estructuración de un Frente Amplio y Democrático, en miras a que el Estado retome la función social y deje de pagar las crisis cíclicas capitalistas; en contra del capital privacionista y en beneficio de la economía de masas, que desmonte y revoque el parlamentarismo de unidad frente nacionalista y antipatriótico.
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