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Las crisis de Izquierda Unida

Fuentes: Rebelión

Este artículo se escribe desde la responsabilidad de quien ostenta un cargo importante en la federación y asume, por tanto, buena parte de la responsabilidad en las derrotas. Forma parte del informe presentado a la Presidencia Regional de IU Extremadura La situación actual de Izquierda Unida:Los resultados electorales obtenidos por IU en las elecciones europeas […]

Este artículo se escribe desde la responsabilidad de quien ostenta un cargo importante en la federación y asume, por tanto, buena parte de la responsabilidad en las derrotas. Forma parte del informe presentado a la Presidencia Regional de IU Extremadura

La situación actual de Izquierda Unida:

Los resultados electorales obtenidos por IU en las elecciones europeas del 13 de junio colocan a nuestra formación política en un momento difícil. Esta situación, que ya no es excepcional, es decir, que la pérdida progresiva de apoyo social es una constante que se repite desde las elecciones municipales y autonómicas de 1999, nos demanda a convocar a la militancia a un amplio debate interno en el cual reflexionemos sobre las políticas que debe desarrollar Izquierda Unida para recuperar un espacio propio.

Son varias las voces que han intervenido sobre el momento actual, algunos centran su análisis en los mecanismos que nos permitan recuperar el voto perdido: pero, con cual programa, qué medios, qué mensajes. Si el único objetivo es recuperar voto, la opción puede ser simple: adaptémonos a la sociedad, o dicho de otra forma, al modelo de sociedad que diseñan los grandes medios de comunicación (que, no lo olvidemos, son empresas con intereses de clases específicos).

Hay quienes plantean acercarnos al porcentaje obtenido por el PCE en los primeros momentos de la transición: entre un 15 y un 20% de los sufragios. Ese es el electorado potencial de IU. El momento elegido por quienes establecen ese paralelismo no es ni casual ni bienintencionado: se relega, se borra de la memoria el otro gran momento de la izquierda transformadora, la etapa de Julio Anguita, que llegó a los 2.900.000 votantes con un programa claro, radical y definido. Un momento donde, en función de las líneas maestras que nos definían, no dudamos en defender unos valores de izquierdas que nos enfrentó al PSOE en el gobierno e incluso a los sindicatos mayoritarios. El Programa era el elemento laico en la relación con la sociedad y sus expresiones políticas. Las continuas menciones al PCE de la transición esconden una cierta nostalgia por el eurocomunismo y su fuerta carga de «responsabilidad institucional» y adaptabilidad a lo políticamente correcto.

Mi posición quiere ser clara: hay que abrir un amplio debate interno, pero partiendo del hecho de la necesidad y urgencia de construir una izquierda alternativa, ligada a los movimientos anticapitalistas, al movimiento obrero y las necesidades concretas de las gentes en la búsqueda de soluciones, autónoma en sus decisiones y que apueste decididamente por un cambio real en las políticas económicas, sociales y en los valores hegemónicos de esta sociedad.

Y ello porque el capitalismo ha elevado los niveles de precariedad y exclusión social a un límite insoportable, la barbarie que se ha instalado requiere urgentemente un cambio radical en esta sociedad, es urgente y necesario construir otro mundo, lo que no implica que eso sea posible.

– Situación actual:

a. Plena Hegemonía del Neoliberalismo y sus valores: competitividad, individualismo, consumismo. El Sistema es dominante cuando los hombres asumen los presupuestos del Sistema. b. Desaparición del imaginario colectivo de la idea de revolución, asumiendo que no hay alternativa posible al modelo de desarrollo capitalismo: el fin de la historia asumido por el conjunto de las poblaciones c. Extensión de la GUERRA como instrumento de política internacional. El New York Times lo explicitaba en un editorial escribiendo: para que Mac-Donald se habrá paso, previamente tiene que intervenir el puño de Mac Douglas (el mayor fabricante de armas deEEUU) d. Sociedad basada en la precariedad absoluta: precariedad laboral en las sociedades del norte, precariedad de vida en el sur. Bonger, en su artículo «Los extraños de la Era del Consumidor» explicaba como la presencia de miles de excluidos – inmigrantes, pobres. – actuaba como regulación social impidiendo a los precarios rebelarse contra su situación: el fantasma de la exclusión siempre amenazante, la alternativa a quien no aceptase un contrato precario. El Sistema ya no sólo necesita una bolsa de trabajadores en reserva, sino también una bolsa de excluidos que presentar a una sociedad consumista. e. Derrota, en los últimos 10 años, de las expresiones políticas del movimiento obrero: partidos de masas, incluido el socialista y sindicatos. Hoy estamos ante fuerzas políticas electorales, pero no de masas. Y debemos decir que la derrota no es sólo la desaparición electoral de una fuerza política o sindical anticapitalista, sino también que éstas asuman los presupuestos básicos del sistema, renunciando a la voluntad real de alternativa o aceptando la «irrevocabilidad y eternidad» del capitalismo (no hay alternativa posible). f. Pero también nacen nuevas formas de lucha: el movimiento antiglobalización, el Foro Social Mundial y el Foro Social Europeo, sin las cuales las movilizaciones internacionales de la guerra hubieran sido impensables. El 15 de febrero, que nosotros simplificamos atribuyéndoselo a la cadena ser o al grupo prisa no hubiera sido posible sin la convocatoria social que nació en el Foro Social Europeo reunido en Génova. Sin este movimiento el Partido Popular seguiría en el gobierno.

– Situación de Izquierda Unida:

a. Desorientación en sus políticas: de izquierda a derecha, mensajes confusos y ambiguos. b. Política de alianzas indefinida. Nuestra entrada en los gobiernos no ha contribuido, en buena medida, a cambiar los ejes de la aplicación de las políticas del sistema, ni hemos contribuido a generar conciencia social, ante al contrario, afirmamos las instituciones y las políticas al uso. Del partido de oposición y gobierno en expresión de los comunistas italianos, derivamos al partido de gobierno retocado o maquillado con políticas sociales, asumiendo comportamientos en las instituciones que poco o nada tienen que ver con nuestras alternativas institucionales, ¿Somos un referente de la democracia participativa?. c. Cansancio de la militancia. El peligro no son los militantes que deciden crear nuevos partidos, sino los que abandonan la lucha y se recluyen en casa.

El 14 de marzo, IU obtuvo tres diputados en el Congreso de los Diputados, más dos pertenecientes a Iniciativa Per Catalunya. El 13 de junio, perdimos más de la mitad de los votos, obteniendo un eurodiputado más otro perteneciente a ICV y que en consecuencia se integra en el Grupo Parlamentario de los Verdes Europeos.

El 14 de marzo, a pesar de la elevada participación ciudadana, no se creció en votos y en estas elecciones europeas de junio más de la mitad del electorado que votó el 14 de marzo a nuestra formación se ha quedado en casa. Este fracaso electoral se suma al vivido en 1999, cuando entonces perdimos más de un millón de votos. En estas elecciones, no hemos llegado ni al 5% de los votos del electorado.

RECUPERAR LA INICIATIVA POLÍTICA: UNA IZQUIERDA AUTÓNOMA Y ALTERNATIVA

Izquierda Unida nació con voluntad de alternativa, dicho de otra forma: desde la oposición a las políticas neoliberales, nacíamos en 1986 con un PROGRAMA para el cambio basado en tres principios:

1. Sociedad del Pleno Empleo y el Bienestar. 2. Políticas para la paz: no a la OTAN 3. Reforma Democrática

Decíamos que la sociedad neoliberal era incapaz de asegurar el Pleno Empleo, la paz o el desarrollo de un estado democrático y de derecho. Expliquemos esto último: no era sólo el clima de corrupción de los gobiernos socialistas del momento; sencillamente, el neoliberalismo, el capitalismo, sólo puede aceptar una democracia que se limite a permitir al ciudadano elegir cada cuatro años a los gestores políticos pero en ningún caso decidir sobre criterios y modelos económicos: la actual Constitución Europea santifica ese principio: la economía no es objeto de deliberación pública y cualquier gobierno está obligado a legislar sobre la tenaza de la competitividad y el libre mercado elevados a leyes constitucionales.

Desde esta concepción alternativa de la democracia, la ILP por las 35 horas semanales sin reducción salarial buscaba no tanto lograr una mejora concreta en la vida de los trabajadores, sino que éstos asumiesen que la economía debía estar a su servicio y, lo más importante, que democracia es, también, elegir libremente el modelo económico y social.

Las reformas laborales de 1994 y 1996, las guerras de Iraq, Yugoslavía, Kosovo y Afganistán y las continuas reformas constitucionales que han buscado lograr la plena independencia de la economía de la voluntad popular (así, ya tenemos el FMI o el BM como instituciones económicas por excelencia no elegidas por ningún ciudadano o la privatización de todos los sectores públicos, cuyo horizonte era impedir la intervención estatal en el mercado) han culminado dos décadas de intensa actividad legislativa neoliberal practicada por el PSOE y el PP. Los resultados:

– Una sociedad crecientemente precarizada: más del 90de los contratos son precarios. – Una clase trabajadora fragmentada: precarios, inmigrantes con y sin derechos, fijos, fijos mayores de 45 años, autónomos, a tiempo parcial, funcionarios, laborales. – Una sociedad al mismo tiempo consumista, precaria y consumista: la necesidad de trabajar, cualquier trabajo, para consumir. – Una presencia constante de excluidos: ocho millones de pobres, un millon de inmigrantes sin papeles.

Pero es esta realidad la que hace más urgente la necesidad de construir una alternativa que sepa conectar con los nuevos fenómenos y ofrecer soluciones globales, de movilización social y, al mismo tiempo, con contenidos radicales en las propuestas: el Programa para la Alternativa (que lo era en todos los órdenes, alternativa económica, social, de valores, de comportamiento en las instituciones) debe ser reconstruido:

a. Movimiento Obrero: ¿Qué nuevos fenómenos operan en la clase trabajadora? La izquierda ha abandonado el análisis detenido de la situación actual del movimiento obrero y al mismo tiempo no se presenta como referencia política de clase. b. Defensa de la Paz. c. Empleo Público y Sociedad: que concepción del Estado, como interviene la sociedad en la economía. d. Constitución Europea: junto a otros, impulsar plataformas de rechazo a la Constitución Europea, pidiendo el voto en contra en el previsible referéndum. Esto implica: realizar actos, divulgar nuestra posición contrarrestando la simplificación mediática a la que seremos sometidos y trabajar codo a codo con el movimiento antiglobalización. e. Alianzas: proponemos, lejos de configurar nuestras políticas de alianzas como negociaciones a llevar a cabo exclusivamente con el PSOE, que se vayan articulando bloques de acción con colectivos sociales. f. Modelo institucional: debe vertebrarse en torno a dos ideas fundamentales::

– La democracia participativa: desarrollar jornadas, impulsar los presupuestos participados en los municipios donde gobernamos, etc. – Movimiento por la III República: divulgar la necesidad de iniciar un proyecto constituyente en España que culmine en la proclamación de la República sobre las siguientes bases: 1. Derechos Sociales, Laborales y Medioambientales. Las tres generaciones de derechos humanos: políticos, sociales y ecológicos. 2. Reforma Democrática: participativa, control público de la economía, etc. 3. Federalismo. – Pacifismo: salida de la OTAN – Y en último lugar, Jefatura del Estado elegible * Víctor Manuel Casco Ruiz (Coordinador General de IU Extremadura)