Es indispensable y urgente construir una Coalición por la Paz, Soberanista y Popular, de amplia base social, que incida de manera positiva sobre los vertiginosos acontecimientos venideros y sepa recoger, también en los próximos comicios europeos, los anhelos de paz y de justicia social que demanda la mayoría social.
El Consejo de la Unión Europea ha decidido que las próximas elecciones al Parlamento Europeo se celebren del 6 al 9 de junio de 2024. En estas elecciones europeas, la ciudadanía de los países de la UE elige mediante sufragio directo a los diputados del Parlamento Europeo, una asamblea parlamentaria pluriestatal.
Los diputados de esta institución representan los intereses de los ciudadanos de la UE a escala europea, aprueban los presupuestos de la UE, controlan su ejecución y eligen al Presidente de la Comisión Europea y a sus comisarios, entre otras tareas parlamentarias. Es previsible que en España la fecha de estos comicios sea la del 9 de junio por ser festivo. Las anteriores elecciones europeas tuvieron lugar en mayo de 2019.
Dadas las características de esta convocatoria electoral, los electores votarán en una única circunscripción electoral en toda España, lo que facilita la posible y deseable elaboración de una sola candidatura mediante una coalición electoral que podría tomar un nombre como el de Coalición por la Paz. [1]
¿Por qué una Coalición por la Paz?
En la actualidad, son múltiples los conflictos bélicos en desarrollo en el mundo. En Europa, la guerra en Ucrania, provocada por los Estados Unidos, la OTAN y la UE contra Rusia. Tuvo su origen en el golpe de estado de 2014 en Ucrania auspiciado por el imperialismo y la posterior y continuada agresión a la población rusófona del Donbas. A esta matanza se une desde el pasado 7 de octubre en el Oriente Medio, el genocidio del pueblo palestino ordenado por el gobierno de Netanyahu que, junto a otras confrontaciones bélicas en Armenia y Azerbaiyán, Yemen, Etiopía, República Democrática del Congo, Siria, países del Sahel y Haití, configuran múltiples contiendas bélicas que amenazan con convertirse en la Tercera Guerra Mundial, con posible empleo de armamento nuclear, en la que millones y millones de seres humanos morirían de manera cruenta.
Todas estas guerras provocan consecuencias que repercuten en toda Europa y en todos los países del mundo: cientos de miles de soldados y multitudes de civiles incluidos numerosos menores de edad mueren, personas inválidas de por vida, destrucción de viviendas y de infraestructuras e instalaciones fabriles, inflación galopante, incremento del paro, pérdida de poder adquisitivo, presupuestos de guerra, deterioro significativo de la sanidad, la educación y del resto de los servicios públicos, subidas de las hipotecas, mayor número de desahucios, graves daños en el medio ambiente, movimientos migratorios incontrolados, supresión de derechos y libertades democráticas y auge del fascismo, entre otras tantas. Muchas de estas secuelas las están sufriendo ya los países de la UE y de manera particular España.
Frente a esta barbarie que no deja de crecer, se suceden en Europa y en todo el mundo amplias movilizaciones populares que reclaman el alto el fuego en Ucrania, Palestina y en todos los escenarios de guerra y rechazan el envío de armas a Ucrania y Oriente Medio. Al mismo tiempo condenan la política imperialista de Estados Unidos y la OTAN, secundada por las instituciones de la Unión Europea y los gobiernos de sus países miembros dirigida contra todos los pueblos que luchan por su independencia, por su soberanía y por su emancipación política, económica y social.
Es hora de construir una alternativa política que recoja toda esta amplia movilización popular en favor de la paz que se sucede, cada vez con más intensidad, en Europa y en todo el mundo. Por tanto, resulta deseable, que en la Unión Europea y en todos o el mayor número posible de países que forman parte de ella, se consiguieran alternativas electorales que pusieran el foco en la necesidad y el reclamo de la paz. Los integrantes de estas listas concentrarían especialmente sus esfuerzos en el rechazo, en sede parlamentaria y también fuera de ella, de la política belicista actual de los dirigentes europeos promovida por el imperialismo y la OTAN; impulsarían la sustitución de los presupuestos de guerra actuales por presupuestos sociales en la UE -y en todos y cada uno de los parlamentos estatales-, se opondrían al envío de armas a Ucrania y a Israel y, en general, a todas las zonas geográficas en las que actualmente se desarrollan conflictos bélicos, y defenderían, además, los derechos y libertades democráticas frente a la amenaza del fascismo, entre otras tantas tareas parlamentarias.
De igual forma esta Coalición por la Paz deberá abanderar políticas antineoliberales posicionándose frente a la Europa de los monopolios, que apoyen actuaciones económicas y sociales en defensa de la mayoría social europea y reclamen a la Unión Europea relaciones económicas y comerciales con todos los países del mundo, con renuncia a la imposición de sanciones a terceros y al uso de la fuerza que conlleva la práctica colonialista.
Europa necesita desligarse de la política suicida del imperialismo, abandonar su actual belicismo y defender el alto el fuego, la apertura de negociaciones y la búsqueda de soluciones concordadas entre todas las partes que hoy se enfrentan en los diferentes campos de batalla.
Hacemos nuestro el inveterado principio republicano que contenía el artículo 6 de la Constitución de la II República Española que señalaba: “España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional.”
El procedimiento para construir una Coalición por la Paz podría consistir, en una primera fase, en un manifiesto o llamamiento suscrito por un grupo reducido de personas, que fuesen valoradas de manera positiva por la ciudadanía, por su honestidad pública y privada, por su competencia intelectual y con un historial biográfico en defensa de los derechos fundamentales en los diferentes ámbitos de la vida social. El manifiesto sería firmado a título personal, con independencia, en su caso, de la opción política organizada anterior o actual de los firmantes y se le daría máxima difusión para recabar, en una segunda etapa, el mayor apoyo social de organizaciones de todo tipo e igualmente por personas a título individual, con el objetivo de configurar una candidatura electoral en defensa de la PAZ en las próximas elecciones al parlamente europeo.
Podría plantearse la conveniencia de elaborar manifiestos en las diferentes comunidades autónomas que recaben la elaboración de uno a nivel estatal con posterioridad.
Al ser las elecciones europeas por circunscripción única, se facilita la elaboración de una sola coalición electoral por la paz en todo el territorio estatal. Deberá construirse en España, y a ser posible en el resto de los países de la UE, en torno a la más amplia movilización en favor de la PAZ, en la defensa de los derechos y libertades democráticas plenas hoy amenazadas por el fascismo en todo el continente europeo y en el apoyo firme, desde dentro y desde fuera de las instituciones, de los intereses inmediatos y más perentorios de la mayoría social europea.
El contenido de este manifiesto podría girar en torno a las siguientes cuestiones:
– Movilización por la Paz como objetivo prioritario de la Coalición por la Paz.
– Retirada de la UE y de sus Estados miembros de la estructura militar de la OTAN. En España se fundamenta en el respeto al resultado del Referéndum consultivo de 1986 que obligaba al ejecutivo a salir del mando militar de la OTAN. Esto significaría que todos los militares destacados fuera de las fronteras de cada uno de los miembros de la UE vuelvan a sus países de origen y el regreso a sus aeropuertos y puertos de los aviones y barcos de guerra y de todo el armamento que haya sido desplazado más allá de sus límites fronterizos, así como atajar el envío de armas al exterior en cada país integrado en la UE.
– Rechazo a los presupuestos de guerra de la UE, de España y de los demás países europeos, así como del traslado de armas a terceros países por conducto comunitario. Promover en Europa la apertura comercial a todos los países del mundo, con renuncia a la aplicación de los mecanismos de sanción actuales en perjuicio de terceros.
– Trabajar para coordinar esta Coalición por la Paz con otras que puedan erigirse entre los diferentes miembros de la Unión Europea, y de esta forma contribuir a la elaboración de una alternativa electoral válida para el conjunto de la UE.
– Reforzamiento y protección eficaz de derechos y libertades democráticas en el seno de la UE con plenas garantías de su ejercicio por la ciudadanía europea y revocación de los obstáculos actuales que impiden su efectividad en el espacio comunitario, como la Ley Mordaza en España. Incorporación a la Constitución de Europa de 2003 de derechos sociales y laborales básicos de obligado respeto por todos los miembros de la Unión Europea.
En España, el desarrollo pleno de los derechos y libertades democráticas y la incorporación al texto constitucional de nuevos derechos sociales y económicos básicos en defensa de los intereses de la mayoría social tropieza con una constitución vigente producto de una transición en la que no solo se legalizó el franquismo, sino que, además, este participó en la elaboración del texto constitucional del 78 y permanece incrustado de manera amplia en múltiples sectores del aparato del estado. De tal situación se deriva la necesidad específica en nuestro país de una ruptura democrática y la apertura de un proceso constituyente republicano.
– Defensa firme desde las instituciones europeas y desde fuera de estas de los intereses más perentorios de la mayoría social que el manifiesto debería identificar y detallar mediante políticas económicas y sociales contrarias al neoliberalismo y a sus monopolios.
– Propugnar la enseñanza y la sanidad públicas.
– Nacionalización de los sectores estratégicos de las economías de los países integrantes de la UE.
– Obligación estatal en la exhumación e identificación de las personas desaparecidas con motivo de los conflictos bélicos producidos en Europa en el siglo XX y retirada de toda la simbología nazi y fascista aún presente, o incluso provocativamente blanqueada y promovida durante las últimas décadas, en los países de la UE.
De aquí a la convocatoria de las legislativas europeas transcurrirá un tiempo durante el cual los acontecimientos que se produzcan resultan ahora imposibles de vaticinar. Pero de lo que no hay la menor duda es que trabajar sin demora por una amplia e intensa movilización por la paz, con máxima transversalidad, es el único modo de oponerse a la descomunal tragedia que la inmensa mayoría debe evitar.
Es indispensable y urgente, por tanto, construir una Coalición por la Paz, Soberanista y Popular, de amplia base social, que incida de manera positiva sobre los vertiginosos acontecimientos venideros y sepa recoger, también en los próximos comicios, los anhelos de paz y de justicia social que demanda la mayoría social europea.
Nota:
[1] Hojas de Debate publicó el pasado día 9 de enero de 2023 un artículo sobre esta temática en relación a las elecciones del pasado 23 de julio
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.