El Gobierno, con el aval de todos los partidos del Parlamento, han presentado el envío de tropas españolas como un acción «noble y solidaria», por decirlo en palabras del general Sanz Roldán. La intervención de «paz, bajo el paraguas de la ONU» se hará con 1100 soldados del Ejército español que costarán cerca de 700.000 […]
El Gobierno, con el aval de todos los partidos del Parlamento, han presentado el envío de tropas españolas como un acción «noble y solidaria», por decirlo en palabras del general Sanz Roldán. La intervención de «paz, bajo el paraguas de la ONU» se hará con 1100 soldados del Ejército español que costarán cerca de 700.000 euros diarios.
Pero el Gobierno, y los que avalan el envío de tropas, callan o mienten sobre el papel real de Naciones Unidas en el área como cómplice directa del sionismo. En 1978 Israel ocupó, a sangre y fuego, parte del Líbano. El Consejo de Seguridad de la ONU, mediante la resolución 425, aprobó crear una Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL), compuesta por 5000 cascos azules, cuyo mandato incluía garantizar la retirada de los soldados israelíes del territorio libanés. Israel nunca se retiró. Más aún, creó una «zona de seguridad» y constituyó su propia milicia libanesa: el Ejército del Sur del Líbano (ESL). Las tropas del FINUL permanecieron en Líbano hasta el día de hoy, «observando» la ocupación y las atrocidades de la milicia pro-sionista.
El 6 de junio de 1982, 60.000 soldados israelíes invadieron de nuevo Líbano. Se hicieron con el control de Beirut, que fue sitiada y bombardeada durante dos meses, hasta que las fuerzas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) aceptaron salir de la ciudad. Entre las «proezas» sionistas y de sus aliados de las milicias fascistas de la Falange libanesa, quedaron para la historia las matanzas de palestinos en los campamentos de Sabra y Chatila. Todo ello, por supuesto, ante las tropas «protectoras» y «neutrales» de la ONU.
El pasado 12 de Julio, de nuevo las tropas Israelíes invadieron Líbano con el dramático resultado conocido de estos 33 días de guerra abierta. Y lo hicieron pasando por delante de las narices de la «protectora» y «neutral» Fuerza de «interposición» de Naciones Unidas, la FINUL. Miles de manifestantes asaltaron la sede de la ONU en Beirut y en otros lugares de los países árabes y de Medio Oriente. ¡Tienen toda la razón! porque la ONU no son fuerzas de paz sino tropas de ocupación y la resolución 1701, que refuerza la FUNIL con el envío de nuevas tropas, no va a otra cosa que a intentar completar la tarea que los sionistas no fueron capaces de conseguir: desarmar a las milicias libanesas, en espacial a Hizbolá, que encabezan la resistencia al imperialismo y a su enclave militar en Oriente Medio, el sionista estado de Israel. Por eso la batalla contra el envío de tropas es la única batalla de verdad de apoyo a la justa lucha de los pueblos libanés y palestino y a su heroica resistencia.
* A Luchar por el Socialismo es una publicación mensual del PRT-Izquierda Revolucionaria.