Los beneficios hasta el mes de junio de Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa y EDP sumaron 4.225 millones de euros, tan solo un 1,65% menos que el año anterior, y esto en plena crisis que azota a los consumidores. Este es el contexto en el que se presentó la reforma eléctrica del Gobierno, destinada a […]
Los beneficios hasta el mes de junio de Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa y EDP sumaron 4.225 millones de euros, tan solo un 1,65% menos que el año anterior, y esto en plena crisis que azota a los consumidores. Este es el contexto en el que se presentó la reforma eléctrica del Gobierno, destinada a terminar con el déficit de tarifa -dinero que debe el Estado a las eléctricas-, y que supondrá un importante ataque a la economía de los consumidores.
Poner en la misma balanza a los consumidores que a las grandes empresas es un juego tramposo. Por eso, cuando se pretende vender que la reforma eléctrica paliará el déficit de tarifa con el esfuerzo equilibrado de consumidores, Estado y empresas, se están escamoteando aristas de la realidad. Son los consumidores los que más caro van a pagar el pato.
Para empezar… ¿Quién ha generado ese déficit eléctrico del que tanto se habla? El déficit tarifario es la diferencia entre los ingresos que las empresas eléctricas perciben por los pagos de los consumidores y los costes que la administración les reconoce. Estos costes regulados son inferiores a los costes reales de producir la energía, por lo que durante más de una década se ha ido generando una deuda del Estado con las empresas que no se corresponde a criterios económicos, sino políticos.
Las empresas se han beneficiado de ello, mientras que los consumidores han visto como la luz en España se ponía por las nubes, siendo uno de los países europeos donde más cara cuesta la electricidad. Así, durante 2012, las principales empresas eléctricas españolas casi doblaron el margen de beneficio de sus equivalentes europeas, con un 6,8% de media frente al 2,62% de las europeas. Por su parte, los consumidores españoles vieron como la luz acumuló una subida del 70% desde el inicio de la crisis, y España se situó en el podio de los países con la tarifa eléctrica más cara de Europa.
Es necesario poner en contexto esta situación, ya que durante este periodo los consumidores han sido objeto de abusos por parte de las entidades financieras: participaciones preferentes, cláusulas suelo, altas comisiones… Un cóctel que, unido a la crisis, ha dejado su economía muy maltrecha. La banca también tiene su responsabilidad en el sector eléctrico.
Afán recaudatorio
La reforma eléctrica ya ha supuesto una subida de la luz del 3,2% en agosto, y deja la puerta abierta a constantes e importantes incrementos para los consumidores, puesto que su único afán es recaudar dinero para paliar el déficit de tarifa. El Ministerio de Industria, a la hora de ponerla en marcha, solo ha dialogado con las grandes eléctricas, dejando fuera de las reuniones a los consumidores. Las empresas ya han protestado por la reforma, ya que aseguran que esta mermará sus beneficios, pero está claro que los verdaderamente perjudicados una vez más serán los consumidores.
Fuente: http://laeconomiadelosconsumidores.adicae.net/index.php?articulo=1652