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Las guerras de las calculadoras de carbono de las emisiones aéreas y la dudosa sostenibilidad del turismo en avión

Fuentes: Rebelión

La Organización Internacional de Aviación Civil (OACI), agencia especializada de Naciones Unidas, acaba de poner a disposición en su web una nueva calculadora de carbono (1) que, según asegura en un comunicado de prensa (2), es un ?método universal, neutro y transparente para evaluar las huellas de carbono de un vuelo?. El Presidente del Consejo […]

La Organización Internacional de Aviación Civil (OACI), agencia especializada de Naciones Unidas, acaba de poner a disposición en su web una nueva calculadora de carbono (1) que, según asegura en un comunicado de prensa (2), es un ?método universal, neutro y transparente para evaluar las huellas de carbono de un vuelo?. El Presidente del Consejo de la OACI, Roberto Kobeh González, afirma que esta calculadora ?responde al deseo de muchos viajeros de contar con un método confiable y acreditado para calcular las huellas de carbono de un vuelo y que les permita elegir el programa más apropiado a fin de contrarrestar el impacto de sus vuelos en el cambio climático de acuerdo con la cantidad de CO2 de la que son realmente responsables?. La calculadora cuenta con el beneplácito y el apoyo de la Organización Mundial del Turismo, que la promocionará y promoverá su uso.

No es ésta la única calculadora de carbono que existe. Hasta hoy, una de las más utilizadas ha sido la de ClimateCare (3), recientemente adquirida por JPMorgan Chase, la multinacional de servicios financieros. Esta calculadora se acompaña con una dudosa estrategia consistente en ofrecer la posibilidad de compensar nuestra huella ecológica aérea adquiriendo ?offsets? en proyectos de energías renovables controlados por la propia organización… como si eso permitiese realmente una reducción de la emisión de gases invernadero del medio de transporte utilizado.

El problema es que los resultados de ambas calculadoras presentan diferencias considerables: los cálculos de emisiones de la calculadora de la OACI son aproximadamente la mitad de los de ClimateCare. Así, por ejemplo, para un vuelo de ida Madrid-Montevideo, ClimateCare calcula una emisión de carbono por persona de 1,46 toneladas, mientras que el de la OACI establece 0,75 toneladas o inferior, dependiendo del tipo de avión utilizado.

Alguien se equivoca. Pero la pregunta interesante no es ?quién? (posiblemente los dos), ni siquiera ?cómo? (calculan), sino ?por qué?. Tal vez ayude a explicar el diferente rasero de ambas calculadoras recordar cuál es el objetivo último de las organizaciones que los han creado. Así, la OACI puede tener interés en disminuir y disimular el impacto ecológico del transporte aéreo: al fin de cuentas representa los intereses aéreos, al considerar entre sus objetivos ?el fomento del progreso de la aviación civil internacional (y) el estimulo del desarrollo de rutas aéreas? (4).

Sin embargo, para ClimateCare (y su actual propietario), el negocio parece estar en aumentar las cifras para vender más offsets al ?viajero comprometido? (5).

Replicando la máxima del adelgazamiento que afirma que el único alimento que no engorda es el que no se come, el único viaje en avión que no contamina es el que no se realiza. El debate no se ha de centrar en si el viaje de un turista comporta una emisión de media o de una tonelada de CO2. La media tonelada ya es, de por sí, una barbaridad.

Si queremos que la actividad turística no sea una actividad contaminante, la única solución es la promoción del turismo de proximidad. Pero sobretodo, penalizar el transporte aéreo cargando sobre él sus ?costos invisibles?. No en vano se trata de una de las actividades económicas más subsidiadas mediante diversas estrategias: desde la obtención de subvenciones más o menos disimuladas (como las continuas reducciones de las tasas aereoportuarias), a la absoluta exención de impuestos sobre el combustible de la aviación comercial internacional (medida que se mantiene desde la década de 1940), o la no consideración del transporte aéreo en el Protocolo de Kyoto sobre Cambio Climático (lo que le exime de destinar recursos y esfuerzos a reducir sus emisiones de gases o a comprar cuotas de emisión).

Jordi Gascón
Acció per un Turisme Responsable – ATR

Notas

1) http://www2.icao.int/public/cfmapps/carbonoffset/carbon_calculator.cfm
2) http://www.icao.int/icao/en/nr/2008/pio200803_s.pdf
3) http://www.climatecare.org/
4) Citado de Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Organizaci%C3%B3n_de_Aviaci%C3%B3n_Civil_Internacional
5) Para una interesante crítica de ClimateCare, véase la página Mitos
y Fraudes (http://www.mitosyfraudes.org/Calen4/curroClima.html