– La Comisión Europea presentará en los próximos días un nuevo documento con su clasificación de inversiones sostenibles donde se prevé que se incluyan el gas, las nucleares y la ganadería industrial.
– Ecologistas en Acción rechaza la inclusión de estas industrias porque compromete seriamente alcanzar los compromisos climáticos de la UE.
Está previsto que la Comisión Europea publique a finales de esta semana un documento para decidir el papel que debe jugar la energía nuclear y el gas en la transición ecológica. Se trata del segundo acto delegado de la taxonomía, el nuevo sistema europeo que clasifica las inversiones sostenibles, y del que dependerá que se inviertan miles de millones de euros en esas dos tecnologías o no.
Ecologistas en Acción rechaza esta inclusión. En palabras de Sara Bourehiyi, responsable de la campaña Finanzas sostenibles de Ecologistas en Acción, «esta luz verde al gas y la nuclear va en contra de los objetivos climáticos de la UE, ya que permitirá que miles de millones de euros financien actividad nuclear, nuevas infraestructuras gasísticas o de bioenergía. Algo que no tiene sentido desde el punto de vista climático».
Este documento se ha ido retrasando durante meses por la fuerte oposición de varios Estados miembro, organizaciones ecologistas, del propio grupo de trabajo de expertos de la taxonomía e incluso de grandes gestores de fondos de inversión. Todos ellos se oponen a que se considere la energía nuclear y el gas como energías sostenibles con la excusa de la transición energética. Y aunque la presidenta Úrsula von der Layer ha dejado claro la inclusión de gas y nuclear, la fuerte oposición que ha encontrado hacen que aún se sepa con certeza si se incluirá o no.
La taxonomía de la UE es un sistema de clasificación que establece una lista de actividades económicas medioambientalmente sostenibles según criterios basados en la ciencia. Su objetivo es que haya más inversiones del sector privado dirigidas a actividades que faciliten la transición ecológica y el cumplimiento de las políticas climáticas y ambientales de la Unión.
El primer conjunto de actos delegados de la taxonomía fue aprobado por la Comisión Europea en abril y ratificado por el Consejo el 9 de diciembre de 2021 y ya supuso una decepción para el movimiento ecologista europeo: en ese momento fueron calificados como sostenibles actividades como la tala y la quema de árboles y cultivos para obtener energía, o los coches híbridos que dependen de gasóleo y gasolina.
En el caso del segundo acto delegado sobre las actividades de transición, el debate se encuentra sobre todo en la inclusión del gas y la energía nuclear como sostenibles. En la práctica esto supondría que se podría financiar de aquí a 2050 la construcción de nuevas centrales nucleares e incluso de gas. Dichos sectores podrían obtener la misma etiqueta de sostenibilidad que la construcción de sistemas de paneles solares o turbinas eólicas.
En este contexto, Ecologistas en Acción espera que el Europarlamento y el Consejo de Europa veten este acto delegado y exijan un nuevo documento acorde con la ambición climática que se espera de la UE.
El veto del Consejo requeriría una mayoría de Estados miembro contrarios, pero por el momento hay mucha división. Mientras Francia lidera el grupo pronuclear junto a Bulgaria, Croacia o Polonia, otro grupo compuesto por Alemania, Austria, Dinamarca, Luxemburgo, Portugal y España se muestran contrarios a la inclusión de esta energía como verde.
En palabras de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, «ni el gas ni la energía nuclear deberían estar en una lista que se supone que es para inversiones que promueven la descarbonización sin suponer ningún tipo de amenaza para el medio ambiente». Para la Ministra, «si se incluye todo en la lista de la taxonomía verde acaba por no significar nada en absoluto».
Las organizaciones ecologistas europeas no han dudado en organizar actos para señalar el lavado verde de esta taxonomía. A través del lema Stop Fake Green, en Bruselas se organizó un funeral para la taxonomía. También se instaló un dinosaurio gigante, para señalar el «monstruo» en el que parece que se está convirtiendo la taxonomía.
La voluntad de incluir al gas y las nucleares como inversiones sostenibles ha encontrado incluso la oposición de grandes gestores de fondos de inversión. Principles for Responsible Investment, que agrupa a más a más de 4.600 inversores institucionales, consideran que «incluir el gas o la nuclear en la taxonomía empañaría el interés de los inversores por utilizarla como instrumento para impulsar inversiones sostenibles y generaría un riesgo de greenwashing».
Sara Bourehiyi, portavoz de Ecologistas en Acción, ha concluído: «De aprobarse la inclusión de la energía de gas y nuclear, así como la calificación de agricultura intensiva como actividades sostenibles, cientos de miles de millones de euros, tanto de inversores privados como de dinero público a través de subvenciones europeas y nacionales, serían desviados hacia los combustibles fósiles, agravando aún más la crisis climática».