La lectura de los resultados electorales del 25M es muy distinta según los espacios geopolíticos, pero hay una relación evidente entre ellos. Europa fragmentada El proyecto europeo, tal y como está pergeñado, ha sufrido un serio varapalo. El bajón del bipartidismo (la derecha popular y la social democracia solo alcanzan un 55%) se debe a […]
La lectura de los resultados electorales del 25M es muy distinta según los espacios geopolíticos, pero hay una relación evidente entre ellos.
Europa fragmentada
El proyecto europeo, tal y como está pergeñado, ha sufrido un serio varapalo. El bajón del bipartidismo (la derecha popular y la social democracia solo alcanzan un 55%) se debe a un fuerte descenso de las fuerzas del PP Europeo (pierde 63 escaños, aunque mantiene el liderato) y un descenso significativo, pero desigual según países, de la socialdemocracia (pierde unos 10 escaños)
Suben las izquierdas-izquierdas (Syriza, IU, Podemos…con matices Movimento 5 Stelle) pero también la ultraderecha (Le Pen, PP danés, Amanecer Dorado) y el populismo eurófobo (UKIP en Gran Bretaña) o elitista (Alternativa por Alemania).
Europa se cuartea y tensa. Es el precio de una política europea llena de soberbia de burócratas, con políticas durísimas de ajuste y de transferencia de rentas hacia los capitales financieros, y que han empobrecido a los europeos especialmente del sur.
Ese resultado no permite seguir con el modo de construcción europea en curso. Aunque no se trate del fin del austericidio, es seguro que la CE se lo pensará dos veces para seguir con las cadenas de reformas antisociales que enervan a las izquierdas sociales y alientan los ultranacionalismos a lo Le Pen. Ciertamente, la UE tiene la tentación de tomar el camino del medio y explorar la vía alemana de la gran coalición europea.
El bipartidismo español en la UCI
Si el PP y PSOE suponían en las elecciones europeas de 2009 el 80% de voto, ya no llegan al 50%, habiendo perdido más de 5 millones de votos. Es un maremoto. El modelo de la Segunda Restauración toca a su fin. Ambos partidos pierden de forma parecida -entre 15 y 16 puntos- pero es mucho mayor el fracaso del PSOE -con las excepciones andaluza, extremeña o asturiana- que ha malgastado la oportunidad de hacer oposición seria a la política antisocial de un gobierno impopular. Donde más desciende es en Catalunya (pasa de 36% a 14,2%) y en Euskal Herria (en la CAE pasa de 28 a 14% y en Navarra pierde la mitad de votos pasando a tercera fuerza) lo que quiere decir que decepcionan doblemente a su electorado: en lo social y en lo nacional.
Por un lado se fortalece el espacio a la izquierda del PSOE de forma mucho más importante que lo hacen los partidos escoba (UPyD y Ciudadanos) que también han subido. En efecto aquel espacio (IU, Podemos, ERC, Los Pueblos deciden -Bildu, BNG-, Primavera…) pasan de un 6,2% a casi un 26%. Es un vuelco de grandes consecuencias que probablemente invite a parte de esas formaciones a encarar las elecciones autonómicas de 2015 -en Euskadi en 2016- en claves de coaliciones o de encuentros de geometría variable. Y quizás frene la tentación -aplazada hasta estas elecciones- del Gobierno Rajoy de seguir la senda de las «reformas».
El éxito rotundo de Podemos indica que su presentación en solitario para esta primera ocasión, como candidatura más representativa de los indignados, ha sido un acierto para visibilizarse. Sus raíces en la indignación social y el uso inteligente de la TV para popularizar una propuesta minoritaria normalmente excluida de los media lo explican. IU sube 4 escaños y tiene buenas vibraciones.
Ciertamente en 2009 las fuerzas de centro-derecha y derecha (incluyo a UPyD y Ciudadanos que hacen políticas antinacionalitas neolerrouxistas y habitualmente apoyan al PP) sumaban el 50% del voto con escaño, y la izquierda concentraba un 45%. Pues bien, en 2014 ésta ha obtenido un 49% y las primeras bajan 9 puntos, hasta un 41,1%.
Por otro lado, el PSOE tendrá que meter el turbo de su reconversión desde su congreso extra de julio y ya sin el tapón Rubalcaba. En otro caso en las próximas elecciones las facturas podrían encarecerse aún más y tendrá que acercarse, con modestia, a otras izquierdas en algunas comunidades.
Catalunya afianza el espacio soberanista y de izquierda
El gran éxito de ERC, el mantenimiento de CIU -aunque deja de ser coyunturalmente la primera fuerza- y el buen resultado de ICV, afianzan el espacio soberanista. Los resultados de 2009 (54,8% de votos para fuerzas no soberanistas frente al 37,7% de CIU, ERC y ICV) podían tener una interpretación ambigua, dado que en la época el PSC se declaraba catalanista. Ahora que se ha distanciado de ese campo en lo político, los datos son rotundos: el 55,8% del espectro es partidario del derecho a decidir, y solo el 30,36 % está en contra.
Pero además Catalunya se orienta hacia la izquierda. Del empate a 41% en 2009, se ha pasado a una izquierda (incluido PSC) con un 48,2% frente al 38% de derecha y centro.
Estos resultados animan a continuar con el calendario favorable a la consulta pero también avisan a Mas de que se acabó la política de recortes.
Euskal herria más soberanista y más de izquierdas
Es indudable el éxito de Bildu que además de lograr un parlamentario recorta la hegemonía del PNV en la CAE. Bildu se convierte en primera fuerza en Hegoalde y en Araba -y a 72 papeletas del PP en Gasteiz-. Certifica también su primera posición en Gipuzkoa y Donostia -la gestión no le pasa factura- y es segunda fuerza en Navarra y Bizkaia. Ausente en las elecciones 2009, es una irrupción potente.
El PNV mantiene votos en la CAE y baja solo un punto, lo que es un buen resultado para quien también gobierna y obtuvo su porcentaje de 2009 en ausencia de un competidor y, por lo tanto, pudo atraer un variado voto nacionalista. Su escaso voto en Navarra (2,5%) muestra su dependencia del paraguas de Uxue Barcos.
En cambio, no tienen paliativos los descalabros del PSE -pierde 14 puntos y un 48% de votos que no ayudan a la candidatura de López a la Secretaría del PSOE- y del PSN -pierde la mitad-. Por su parte el descenso del PP en la CAE y en Navarra (más del 30%) es muy importante.
La irrupción de Podemos hasta convertirse en quinta fuerza ha sido una sorpresa interesante. Ocupa parte del espacio que las disensiones de Ezker Batua dejaron libre, al mismo tiempo que les pinza un pico al PSE, a Bildu y a la abstención radical, a modo de aviso que conecta con una parte del voto joven. Por su parte IU-EKI sube 3,7 puntos hasta un importante 5,5%. A Maneiro no le ha ido mal con su 3,2%.
Haciendo una lectura transversal puede comprobarse que el voto formalmente de izquierda en la CAE sube. De suponer 29,6% en 2009 (sin Bildu en cartel) pasa ahora al 50% sumando Bildu, PSE, Podemos y IU, mientras que las otras opciones pasan de un 46 a un 40%.
En lo que se refiere al voto favorable al derecho a decidir se dispara. Sube de un 31,8% a un 63,4%, mientras el voto contrario desciende de un 44 al 24%.
En Navarra las fuerzas nacionalistas (22%) y no nacionalistas a la izquierda del PSN (casi 19%) suponen un 41% que no queda lejos del 44% obtenido por el PP, PSN y UPyD. Hace pensar a futuro en cómo desbancar a UPN y en encontrar un cauce razonable para que la vieja Navarra pueda decidir lo que quiere ser de mayor.
En suma, renacen las esperanzas para el derecho de decisión y para acabar con las políticas de austeridad.
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