Poco más de dos meses después de que el movimiento del 15-M se formara espontáneamente para hacer frente a la actual situación económica, política y social, el sábado 23 de julio, las siete marchas organizadas desde todos los puntos cardinales de la península confluyeron en Madrid. La participación desde los Països Catalans se encuadró en […]
Poco más de dos meses después de que el movimiento del 15-M se formara espontáneamente para hacer frente a la actual situación económica, política y social, el sábado 23 de julio, las siete marchas organizadas desde todos los puntos cardinales de la península confluyeron en Madrid.
La participación desde los Països Catalans se encuadró en la ruta Este, que comenzó en Valencia el 19 de junio; y en la ruta Noreste, que partió de Barcelona el 25 de junio. Este semanario pudo seguir la última etapa de la ruta Noreste, que comenzó en la localidad de Torrejón de Ardoz para superar los 22 kilómetros de recorrido que la separaban de la madrileña Puerta del Sol, punto final de la ruta. Torrejón fue también el punto de encuentro de caminantes provenientes de Zaragoza, Teruel y Cuenca, así como de las personas desplazadas en autobuses desde Barcelona y Reus.
Esta última etapa de la marcha se inició con la participación de unas 400 personas, número que fue aumentando al paso por las localidades que formaban la ruta. A la cabeza de la columna, avanzaba el grupo de ciclistas que, días atrás, había emprendido su camino en la Trinitat Vella i Sant Andreu de Palomar. Bajo un sol de justicia, pero con el ánimo contagiado por las bocinas solidarias de los automóviles que se topaban con la marcha, no dejaron de corearse cánticos y consignas a lo largo de una serpiente humana en cuya piel se podían leer pancartas de Martorell, de las Acampadas de Barcelona y de l’Hospitalet, de Castelldefels, de estudiantes de Lleida, del colectivo de trabajadores y trabajadoras indignadas -pidiendo una huelga general- e, incluso, un cartel de Sant Antoni de Vilamajor que informaba los concejales del pueblo se había subido el sueldo más de un 50%.
A media mañana, la marcha pasó por San Fernando y, al medio día, tomó el parque de la localidad de San Blas, lugar en el que la columna fue recibida con una comida popular. Después de comer, se celebró una asamblea en la que se pusieron en común las experiencias del movimiento del 15-M y se creó la pancarta de cabecera con la que la columna entraría en la ciudad de Madrid. El lema escogido fue Banca Pública Transparente.
Bienvenida dignidad
Ya por la tarde, la marcha enfiló de nuevo la carretera hasta alcanzar el barrio madrileño de Ventas y el área de Goya. En este momento, la columna contaba ya con la participación de más de 2000 personas, que protagonizaron una sonora entrada por la Puerta de Alcalá. Seguidamente, se formó una cadena humana frente al edificio del Ayuntamiento de Madrid, mientras dos jóvenes colocaban una larga nariz de Pinocho a la estatua de la Cibeles.
A las 21h la columna Noreste llegaba a la Puerta del Sol sin que, en realidad, pudiera llegar a entrar del todo ya que la plaza se encontraba prácticamente ocupada por las gentes de Madrid que habían salido a la calle a recibir a las marchas. En cada una de los accesos a la plaza había una gran pancarta con el lema «Bienvenida dignidad».
A medida que pudieron entrar en la plaza, las personas participantes de todo el Estado se abrazaron con fuerza y alegría, instante que se vivió como uno de los momentos más emotivos de la aún corta historia del movimiento del 15-M.
Tras acampar en el Paseo del Prado, al día siguiente -domingo 24 de julio- se celebró una gran manifestación que, a las 19h, salió de Atocha para llegar hasta Sol encabezada por el lema No es una crisis, es el sistema. La protesta contó con la participaron de unas 40.000 personas, que dieron un nuevo impulso al movimiento, mientras coreaban consignas tan contundentes como esta: «De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste». Si nada cambia, la próxima gran cita será el 15 de octubre.
Blog del autor: http://alfonsolopezrojo.
Fuente: Semanario Directa, núm. 239, julio de 2011
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