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Venezuela

Las mujeres ganan compromiso y protagonismo en la actividad comunitaria

Fuentes: IPS

En Venezuela «hay un enamoramiento de la mujer con la actividad comunitaria, de mayor compromiso y protagonismo, y por eso en las asambleas hay una gran participación femenina», dijo a IPS Alba Rojas, portavoz en un consejo comunal de Tacagua, en la vía de la capital al vecino litoral caribeño. «Más de 60 por ciento […]

En Venezuela «hay un enamoramiento de la mujer con la actividad comunitaria, de mayor compromiso y protagonismo, y por eso en las asambleas hay una gran participación femenina», dijo a IPS Alba Rojas, portavoz en un consejo comunal de Tacagua, en la vía de la capital al vecino litoral caribeño.

«Más de 60 por ciento de los consejos comunales son dirigidos por mujeres», explicó a IPS María León, titular del recién creado Ministerio de la Mujer y la Igualdad de Género. «Ya no estamos más confinadas a las tareas domésticas, ganamos el derecho a participar y hablar en la tribuna, como en la Revolución Francesa», añadió.

En Venezuela se han constituido más de 10.000 consejos comunales, con hasta 200 familias cada uno, según cifras ofrecidas por diversas autoridades. Muchas comunidades también organizan «mesas técnicas» de agua, salud, energía o comunicaciones, según los requerimientos de cada vecindario.

El peso de la mujer se potencia porque «aquí no se hace nada que no sea aprobado por los ciudadanos en asamblea. Es parte de la transformación que impulsamos, que la gente se apropie de sus proyectos, de sus procesos», comentó Rojas.

El consejo opera en una pequeña sede, a la vez oficina, biblioteca, sala de reuniones y aula de computación, en una de las tantas viviendas informalmente construidas en el sector Tacagua, una amalgama de barriadas marginales cruzadas por calles desordenadas y empinadas sobre las ásperas colinas que por 20 kilómetros bajan desde Caracas hasta el mar Caribe.

En el sector viven 6.000 personas y lo marca la quebrada Tacagua, un río de aguas servidas a cielo abierto, que desciende desde otras barriadas del oeste caraqueño. Lo domina una colina donde se hacen terrazas y galpones para albergar la primera comuna del área metropolitana, Gual y España, apellidos de dos precursores de la independencia de los españoles.

Rojas anima una «mesa técnica de telecomunicaciones», que gestiona con la corporación estatal de telefonía básica la instalación del servicio en toda Tacagua. Los consejos manejan pequeños expendios de alimentos y escuelas. En total, el gobierno dice haber entregado a proyectos comunales unos 3.000 millones de dólares en tres años.

Los cinco consejos que componen la pionera comuna Gual y España proyectan «una cría de gallinas y conejos, y su sala de matanza, siembras de tomates y pimentones, y una bloquera (alfarería)», dijo Rojas, «porque queremos que las comunidades sean productivas por sí mismas y no dependan de ninguna institución».

«Avanzamos por ensayo y error, y tenemos nuestros ‘atajaperros’ (encontronazos) con la burocracia, porque la comunidad va más rápido que las instituciones», sentenció.

En Venezuela, con una población en torno a 28 millones de personas, algo más de la mitad mujeres, éstas han asumido tradicionalmente la tarea de hacer más habitables los cinturones de barrios marginales que circundan Caracas y otras ciudades, mediante diferentes formas de organización, cuya nueva expresión son los consejos comunales.

MÁS CARGOS Y MÁS MUJERES

Las instituciones aumentaron en Venezuela con la Constitución de 1999, que reemplazó la de 1961 y sumó dos poderes a los tres tradicionales del Estado: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y Moral, subdividido éste en la Fiscalía General, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo.

A la cabeza de cinco de esas siete instituciones se encuentran mujeres, que presiden la unicameral Asamblea Nacional (dominada por el oficialismo tras el retiro de la oposición en los comicios de 2005), el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General.

En la Asamblea hay 128 hombres y 29 mujeres (17 por ciento), aunque varias ocuparon el escaño como suplentes de varones que fueron a otros destinos. El Poder Electoral estableció desde 2005 una paridad total de género en candidaturas a cuerpos deliberantes, pero los varones han ocupado las posiciones con mayor opción de victoria.

También son mujeres un tercio de quienes integran los 24 parlamentos regionales, 60 de las 335 alcaldías, cinco de los 22 ministerios y tres de las 24 gobernaciones de estados, según cifras del Ministerio de la Mujer. Con excepción de las alcaldesas, las cifras son parecidas a las anteriores a 1999.

«En los últimos 10 años hemos tenido un avance inimaginable para cerrar la brecha histórica entre la acción constructora de las mujeres y su papel en la toma de decisiones políticas, sociales y económicas, no sólo en los altos poderes públicos, sino en el poder popular», aseveró la ministra León.

Flor Ríos, de la Comisión de Familia, Mujer y Juventud de la Asamblea, observó a IPS que «aunque la mujer ocupa ahora bastantes cargos y encabeza poderes públicos, todavía está lejos de la paridad y de posiciones relevantes para la administración de fondos y conducción ejecutiva del país».

«Puede haber progresos en organizaciones de base, como consejos comunales, que se benefician del interés y la capacidad de la mujer para participar en la búsqueda de solución a los problemas», dijo a IPS María Guzmán, de la no gubernamental Fundación para los Derechos de la Mujer Latinoamericana.

«Pero la representación en altos cargos no es sinónimo de empoderamiento de género», puntualizó.

CONTRADICCIÓN EN LOS DISCURSOS

«Yo me declaro feminista. ¡Que vivan las mujeres! Como decía Simón Bolívar, la mujer no es igual al hombre, sino que nos supera», repite con frecuencia el presidente Hugo Chávez.

Este mes invitó «a todos los hombres de este país, a que nos declaremos feministas», pues «no habrá liberación de los pueblos sin liberación de la mujer».

Horas después, Chávez descalificó a Cecilia García Arocha, primera mujer elegida rectora de la Universidad Central, la principal del país, por haber criticado al Ministerio de Educación Superior durante una marcha universitaria contra recortes presupuestarios.

«No sé cómo una señora tan irresponsable y embustera es rectora de una universidad», dijo Chávez, en la más reciente frase con la que, según adversarios y organizaciones de mujeres, exhibe el machismo, paternalismo o militarismo que signaría su gobierno.

Analistas y medios críticos recuerdan que el mandatario expone un discurso que contradice sus otras expresiones a favor de las causas de la mujer y la equidad de género, en su presencia ante los micrófonos, a través de los cuales ha hablado más de 3.000 horas.

Por ejemplo, cuando estaba casado con Marisabel Rodríguez, su segunda esposa, le anunció públicamente que «esta noche te doy lo tuyo». Otra vez dijo que la ex secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, requeriría que «le hagan el favor» y ofreció a un alcalde para ello, al argumentar sus discrepancias con Washington.

En otra ocasión anunció que vencería a los opositores en una elección y con ellos «jugaremos al rojo», un soez juego de palabras que evoca la sodomía y es propio de bares para varones.

«El discurso de cualquier líder político, sea de la oposición o del oficialismo, debe tener elementos modélicos. Las formas importan mucho, y más en una sociedad con índices de maltrato doméstico y violencia tan altos y una discriminación de género importante», dijo a IPS Liliana Ortega, de la coalición de organizaciones humanitarias Foro por la Vida.

Hace cinco años eran mujeres el uno por ciento de las víctimas de homicidios y en 2008 fueron seis por ciento, precisó Ortega. «En la TV estatal se burlan de la orientación sexual de la gente, y en sus programas de opinión, las mujeres de oposición a veces son tildadas de amantes o mantenidas de fulano o zutano», deploró.

«Así se reafirman modelos indeseables en una sociedad moderna», afirmó.

Además, opinó Ortega, las mujeres que encabezan actualmente poderes públicos «no han sido contradictoras o independientes sino seguidoras de decisiones del Ejecutivo».

Guzmán abundó que «la mujer es afectada por la división política del país en dos pedazos, y por el discurso oficial, que agregó al machismo y paternalismo del que progresivamente nos alejábamos, el componente del militarismo y el uso de imágenes confrontacionales como guerra, batalla, enemigo, escuadras y cañones».

Pero León sostuvo que «por encima de cualesquiera circunstancias, la revolución que lidera el presidente Chávez ha sido la más esperanzadora en la historia venezolana. Hemos logrado cambios institucionales, como tener un Banco de la Mujer, y las políticas públicas hacia la mujer tienen, por primera vez, una fuerte interlocución en las bases».