Este sindicato (CNT), fuertemente implicado en la defensa de los derechos de los presos políticos, han elaborado este artículo para exponernos la situación actual en las cárceles del Estado Español en un régimen supuestamente «democrático». Artículo 25.2 de la Constitución Española: «las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad están orientades hacia la […]
Este sindicato (CNT), fuertemente implicado en la defensa de los derechos de los presos políticos, han elaborado este artículo para exponernos la situación actual en las cárceles del Estado Español en un régimen supuestamente «democrático».
Artículo 25.2 de la Constitución Española:
«las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad están orientades hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados».
Hace más de 30 años que se plasmó esto en la Constitución Española pero no hay nada más lejos de la realidad. La democracia aún no ha llegado a las prisiones y las mejoras conseguidas desde la muerte de Franco hasta hoy han sido gracias a las luchas organizadas de los presos.
Evolución y lucha en las prisiones
En 1977, un motín en la cárcel Modelo de Barcelona reivindicaba que acabasen las torturas, mejores infraestructuras, comida de calidad, medidas sanitarias, etc… La respuesta, represalias y dispersiones como método de conseguir «paz» dentro de las cárceles. Se creó la COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha), que recogían ropa que no querían otros presos, así como otros bienes, que se repartían entre los internos. Intentaban parar los abusos, palizas y torturas, ayudaban a hacer escritos, recursos y denuncias a los presos, debido al alto nivel de analfabetismo. No había visitas bis a bis, ni teléfono, actividades, ni equipos de tratamiento. Consiguieron mejoras también gracias a abogados y militantes del exterior, aun con esas la COPEL a principio de los ochenta desapareció debido a la represión ejercida a sus miembros. En el 1982, en una huelga de hambre colectiva, pedían la reforma del código penal. 1800 presos la secundaron, y acabó después del asesinato de un preso que formaba parte del comité. A raíz de estas luchas los presos consiguieron una reforma del código penal, desaparecieron los uniformes militares de los carceleros, la entrada de personal sanitario, jornadas intensivas en los talleres, autorización del bis a bis, etc…
En 1984 las competencias pasan a la Generalitat de Cataluña, pero las huelgas de hambre y las luchas de los presos continúan. En 1990 se forma el CIRE (Centre de iniciativas para la reinserción), que se encarga de los talleres en las cárceles catalanas, convertiéndose de esta manera en una herramienta de la gran industria carcelaria actual, de la cual también forman parte los equipos de tratamiento, que nutren de mano de obra barata al multimillonario negocio que es el CIRE. En la actualidad siguen habiendo luchas por los abusos, alta mortalidad, presos con enfermedades terminales, condiciones de vida precarias y cadenas perpetuas encubiertas, como la del compañero Amadeu Casellas y muchos otros presos.
La democracia todavía no ha entrado en las prisiones
Una de las situaciones que más llama la atención de nuestro sistema penitenciario es que esté incumpliendo la ley. Y esto por dos motivos: la masificación y las torturas.
En cuanto a la masificación, nuestro sistema penal ha hecho de la prisión la respuesta habitual al fenómeno de la delincuencia, en contra de les recomendaciones de Naciones Unidas y del Consejo de Europa, que abocan por la reducción de la privación de libertad, apostando por medidas alternativas. A esta tendencia de nuestro sistema se ha sumado un endurecimiento progresivo de los diferentes códigos penales. El resultado son prisiones cada vez más superpobladas, muy por encima de la media de los países europeos de nuestro entorno. Actualmente se está viviendo el mayor aumento de presos de la historia de la «democracia». Pero la respuesta es más de lo mismo: más prisiones para el periodo 2006-2012, un plan que a duras penas conseguirá absorber el crecimiento del número de internos, y que no podrá asumir la legalidad dictada per la «Ley Orgánica General Penitenciaria» según la cual ha de haber una persona presa per celda. La tasa de ocupación de muchas de nuestras prisiones supera el 200%, y España, con 157 presos per cada 100.000 habitantes, es la nº 1 de toda Europa, superando a paises como China o Argentina.
La otra ilegalidad de nuestro sistema penitenciario son los maltratos y las torturas. Existen muechas entidades que han de velar por el cumplimiento de derechos fundamentales de las personas, com el de no estar sometidos a ninguna tortura o trato cruel, inhumano o degradante. Aunque el gobierno español ha ratificado la Convención contra la Tortura o Mecanismos de Prevención de estas prácticas delante de la ONU, la realidad es que sólo son papel mojado. En la práctica, la impunidad de los carceleros es evidente, e instituciones como el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo Europeo o el Observatorio Penal de la Universidad de Barcelona tienen el acceso vetado a las prisiones. Como comenta nuestro compañero Amadeu Casellas, sólo se permite la entrada a ciertos periodistas con el guión preparado. Pero los muertos son difíciles de esconder. Entre el año 2000 y 2007, se han producido en España 529 muertos bajo custodia, entre suicidios, enfermos terminales, o sobredosis que tienen que ver con el tráfico de drogas dentro de las prisiones y al mismo tiempo la resistencia de los sindicatos de carceleros a permitir las medidas sanitarias e higiénicas para evitar la transmisión de enfermedades infecciosas (en especial el VIH/SIDA). Una de las diferencias del sistema penitenciario catalán es que la situación es aún peor en cuanto a torturas. Según informes del 2005 «en las prisiones catalanas se utilizan en exceso y de manera inapropiada los medios de coacción». Los últimos datos en relación al 2006 muestran como en Cataluña se han producido más casos de tortura (62) y se han tramitado más denuncias (144) que en cualquier otra comunidad. ¿Los motivos? La masificación, la impunidad de los carceleros, el incomplimiento de las propias leyes, que ni fiscalías ni jueces consideran las denuncias por torturas como prioritarias… Pero existe también otro motivo. Y es que en el momento que se consigue que un carcelero sea acusado y condenado por maltratos y torturas, es inmediatamente protegido per los compañeros e incluso por la propia institución penitenciaria, llegando a plantearse hasta promociones y/o condecoraciones. Es el caso, por ejemplo, de Manuel Allué, relacionado con la ultraderecha española, condenado con sentencia firme por torturas a presos, que fue condecorado con una medalla en acto público delante del gobierno catalán, instituciones penitenciarias y del sindicato al que pertenece: UGT.
La gran industria carcelaria: CIRE (Centro de Iniciativas para la REinserción)
Les deslocalizaciones buscan principalmente reducir costes para aumentar beneficios. A alguien muy espabilado, se le ocurrió que lo podía hacer sin marchar a ningún sitio. ¿Cómo? Utilizando presos; lo que pasa dentro no sale fuera, tienen recortados sus derechos sindicales y sobretodo, es mano de obra barata, muy barata. La jugada perfecta del buen capitalista. Donde ellos dicen reinserción, en realidad es explotación, y cuan dicen ayuda al preso, quieren decir llenarse los bolsillos. Y las galeras vuelven al mar. Esto es C.I.R.E., una empresa pública que depende del Departamento de Justicia. Un negocio muy fructífero que nació el año 1989 y monopoliza todo el trabajo en las cárceles. En la lista de miembros de su consejo asesor nos encontramos con PIMEC, el Consejo General de Cámaras de Cataluña, Fomento de Trabajo Nacional, FEPIME y como no podría ser de otra manera, las agencias de viajes CCOO y UGT.
El CIRE tiene dos líneas de actuación: el «made in CIRE» que son productos que denominan como «una línea de fabricación propia» y la de empresa intermediaria. Si alguna empresa necesita productos low cost se pone en contacto con el CIRE y este pondrá a los presos a producir. ¿Y quién se lleva los beneficios de todas estas operaciones y ventas? Seguro que la antigua directora, Marta Ferrussola (esposa de Jordi Pujol) o la actual jefa de nuevos proyectos, la hija de Juan Antonio Samaranch, salen mucho más beneficiadas que los presos. Hacer trabajos mecánicos y el trabajo en cadena no aportan ningún aprendizaje.
Paradójicamente con el cambio del código penal del 95, donde sacaron la mayoría de los beneficios para trabajos (com era por ejemplo, la reducción de dos dias de condena por día trabajado), hacen aumentar sospechósamente la población carcelaria. Y con cada nuevo código penal se van endureciendo las penas, se crean nuevos delitos, se alarga la estancia máxima en la prisión, etc., consiguiendo los niveles de masificación actuales, la cual cosa provoca que se froten las manos en la sede del CIRE, mientras controlan las obras de las nuevas prisiones con talleres cada vez más grandes.
Se podría hablar del fracaso de la reinserción de las cárceles por parte del CIRE, pero es un planteamiento erróneo, ya que lo importante no es la reinserción sino el abuso sin control sobre los presos y los beneficios económicos. La historia de la reinserción es de cara a un público que no está interesado en lo que pasa dentro de las prisiones, con la imagen transmitida de que si están privados de libertad alguna cosa deben haber hecho, cuando la realidad es que la mayoría de presos están por delitos contra la propiedad privada o bien son sectores marginales sin recursos económicos. Se puede afirmar, pues, que las prisiones son un gran negocio y que igual que la sanidad y la educación están en trámites hacia una privatización que de via libre al máximo rendimiento económico y detrimiento público.
Pero no todo es malo y la lucha y la conciencia se despierta por toda Europa. El pasado diciembre se iniciaron movilizaciones a nivel europeo contra la existencia de cadenas perpetuas encubiertas. En Italia los presos hacen huelga de hambre rotativa contra l’ergastolo, en Grecia más de 7.000 presos se encuentran también en huelga de hambre protestando por las condiciones higiénicas, la masificación, etc. En Alemania, más de 550 presos se declararon en huelga de hambre, siendo la primera huelga colectiva que se hace en el país. En España se ha secundado esta movilización europea con diferentes acciones reivindicativas. Próximamente CIRE, el C.P. Quatre Camins y Servicios Penitenciarios tendrán que hacer frente a denuncias sobre las irregularidades que sufren algunos presos que están en los talleres del CIRE y que ni siquiera están dados de alta en la seguridad social. Las mejoras más elementales en las condiciones de los centros penitenciarios, en el 2009, continúan dependiendo de lucha de los presos y de la solidaridad que encuentren en el exterior.