En unos comicios vistos como el primer referendo de la administración Trump, el resultado de las elecciones de medio término en Florida arroja señales sobre el impacto de la nueva política de Washington hacia La Habana, en el estado con mayor presencia de cubanos en Estados Unidos. Una lectura preliminar indica que la línea dura […]
En unos comicios vistos como el primer referendo de la administración Trump, el resultado de las elecciones de medio término en Florida arroja señales sobre el impacto de la nueva política de Washington hacia La Habana, en el estado con mayor presencia de cubanos en Estados Unidos.
Una lectura preliminar indica que la línea dura contra Cuba sufrió su primera gran derrota, ya que dos de los tres candidatos republicanos de origen cubano se quedaron sin un asiento en la Cámara baja.
El congresista de origen cubano y férreo opositor a cualquier acercamiento con La Habana, Carlos Curbelo, fracasó en sus aspiraciones de reelegirse por el distrito 26 de la Florida frente a la demócrata Debbie Mucarsel-Powell, una latina con raíces ecuatorianas.
Mientras tanto, la apretada carrera por el distrito 27, que desde finales de los 80 había estado representado por la ultraderechista republicana Ileana Ros-Lehtinen, quedó en manos demócratas. Donna Shalala, quien trabajó como jefa del Departamento de Salud y Servicios Humanos bajo el expresidente Bill Clinton, logró vencer a su rival republicana María Elvira Salazar, periodista de origen cubano que saltó a la arena política con una agenda contraria al acercamiento con La Habana y cercana algunas de las políticas más radicales del presidente Trump.
Los cubanoamericanos se quedan a partir de ahora solo con el puesto de Mario Díaz-Balart en el distrito 25, donde la demócrata Mary Barzee Flores alcanzó el 40 % de los sufragios.
«Parece que el enfoque agresivo contra Cuba ya no hace ganar votos a los republicanos», escribió en su cuenta en la red social twitter el director general de Estados Unidos de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío.
«Con clara expresiones electorales, en derrotas de dos candidatos republicanos de origen cubano, se consolida la tendencia de la mayoría emigrados cubanos en Estados Unidos que favorecen candidatos que toman distancia de la línea dura política contra Cuba», añadió por su parte la subdirectora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Johana Tablada.
«Es interesante comprobar una vez más que la mayoría de los condados donde viven los cubanos en la Florida votó mayoritariamente demócrata y que perdieron candidatos que tuvieron un discurso en contra de las relaciones con Cuba y favor del endurecimiento de la política como Curbelo y Maria Elvira«, añadió Tablada en la red social Facebook.
«Hace años Cuba viene diciendo que es mentira que se garantiza el respaldo del voto cubano o aún peor que se gana la Florida con un discurso en contra de las relaciones con Cuba», precisó la diplomática cubana. «Es un mito y hoy se demuestra un poquito más».
La propia administración republicana se encargó de convertir los comicios en Florida en una especie de plebiscito sobre su enfoque agresivo contra Cuba. El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, viajó a Miami a comienzos de noviembre para anunciar nuevas medidas de recrudecimiento del bloqueo, en una clara apelación al sector del electorado que se opone a cualquier acercamiento entre los dos países.
Pero la escalada retórica de Bolton a nombre del presidente Trump, inspirada sobre todo en las ideas del senador Marco Rubio, no parece haber conseguido el efecto esperado por la Casa Blanca.
«Con la victoria de Shalala y el gran giro en la Florida, supongo que el intento de infundir temor con la «troika de tiranías» no funcionó», señaló en twitter el exasesor de Barack Obama y uno de los artífices de la apertura con Cuba, Ben Rhodes, en referencia al discurso de Bolton en Miami, centrado en ataques contra Cuba, Venezuela y Nicaragua.
«Bolton hizo en las vísperas de la elección una apuesta por un plebiscito entre los cubanos de Miami y los latinos del sur de la Florida sobre la postura de Trump con Cuba y Venezuela», dijo el analista Arturo López-Levy. «Pero, los asientos perdidos dicen que no hay cierre de filas con Trump en su política contra Cuba, y que el electorado estaría interesado en un rumbo menos contencioso».
«El hecho más importante de estas elecciones con respecto a Cuba es que dos de los voceros de la política de hostilidad que pretendieron representar a la comunidad cubano-americana van a ser reemplazados por legisladores que por necesidad o vocación tendrán una actitud menos intransigente en el tema de las relaciones con la isla«, añadió.
«A ver con qué cara vuelve Marco Rubio a explicarle al presidente Trump que la política de endurecimiento del bloqueo y las medidas y sanciones contra Cuba le ayuda a ganar votos en la Florida», apuntó Tablada al respecto en su cuenta de Twitter.
«La verdad es que la mayoría de los cubanos que viven en la Florida y en todo Estados Unidos apoyan la mejoría de las relaciones, el levantamiento del bloqueo, un proceso de normalización y un retorno al funcionamiento normal de las embajadas», añadió la diplomática cubana en Facebook.
Ric Herrero, quien se dedica a cabildear a favor del fin del bloqueo en Estados Unidos, dijo a Cubadebate que las derrotas de Salazar y Curbelo no se debieron exclusivamente a su retórica de línea dura.
«Lo que yo diría es que esa retórica no hizo nada para persuadir a nuevos votantes fuera de su base republicana tradicional, que es minoritaria en cada uno de sus distritos», apuntó Herrero.
El académico cubano Carlos Alzugaray, por su parte, dijo a Cubadebate que «no hay duda que el sector más derechista de la emigración cubana en la Florida, partidario de una política agresiva contra Cuba, perdió dos importantes puntales. Eran tres congresistas y ahora queda uno».
«Quizás no tenga repercusiones inmediatas en la política de la administración Trump hacia Cuba, pero puede calificarse como un resultado lógico de los cambios demográficos ocurridos entre los cubanos que residen en el sur de la Florida, que hoy se identifican más como emigrantes que cono exilados políticos», agregó Alzugaray.
Existe una tendencia clara respecto a que los cubanoamericanos más jóvenes, de segunda y tercera generación, tienen actitudes más liberales sobre la política hacia Cuba, así como otros temas, desde la salud hasta la educación.
«Hay malas y buenas noticias», indicó a Cubadebate Dalia González, especialista del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (Cehseu).
«Los cubanoamericanos, que son los que más se han opuesto en el Congreso al acercamiento, perdieron dos puestos en el Capitolio, pero ganaron uno nuevo: Anthony González, por Ohio, que aunque no es de Florida tiene vínculos estrechos con Marco Rubio», apuntó la académica, que se ha especializado en el estudio de la comunidad cubanoamericana en los Estados Unidos.
«También se mantiene Mario Díaz-Balart. Además, Donna Shalala, la que venció a María Elvira, también tuvo pronunciamientos agresivos contra Cuba durante la campaña», añadió González.
«En Florida ganó el candidato republicano al puesto de gobernador, que no solo es republicano sino de la línea de Trump, quien estuvo allí para hacer campaña», dijo. «Al parecer le funcionó, porque los republicanos también ganaron en el Senado. Ahora van a tener los dos senadores de ese partido: Marco Rubio y Rick Scott».
«El gobernador electo, Ron De Santis, escogió como compañera de fórmula a la cubanoamericana Jeanette Núñez«, indicó la especialista cubana, «quien se convierte así en la primera mujer cubanoamericana en ocupar ese puesto«.
Los especialistas coinciden en que la hegemonía republicana de Miami, una de las maquinarias más poderosas dentro del voto latino, ha quedado malherida, pero aún es pronto para prever su impacto real en la política hacia Cuba.