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No se trata de regular la explotación que supone la prostitución, sino de abolirla

Legalizar la esclavitud

Fuentes: Rebelión

Resulta profundamente desorientador e indignante que se esté defendiendo la legalización y regulación de la esclavitud desde medios de comunicación ligados al mundo sindical, ligados a mi sindicato, ligados a las Comisiones Obreras. Primeramente en la revista Trabajadora y posteriormente en Día a Día, el boletín digital diario de Comfía, se publica una carta de […]


Resulta profundamente desorientador e indignante que se esté defendiendo la legalización y regulación de la esclavitud desde medios de comunicación ligados al mundo sindical, ligados a mi sindicato, ligados a las Comisiones Obreras.

Primeramente en la revista Trabajadora y posteriormente en Día a Día, el boletín digital diario de Comfía, se publica una carta de Belén Morales. En ella, esta compañera, que firma como «lectora» pero es adjunta de la Secretaría de la Mujer de CC.OO., defiende la legalización del proxenetismo y la trata de mujeres y niñas [Ver texto de la carta al final de este mismo artículo].

Para ella, las mujeres prostituidas son trabajadoras del sexo (sic) y no victimas de un delito y sus proxenetas son por lo tanto empresarios respetables, en vez de delincuentes sin escrúpulos. Por cierto Belén, las niñas y niños prostituidos ¿también son trabajadores del sexo?

Pero con esto solo habremos cambiado el lenguaje, utilizando los mismos eufemismos que las mafias de la prostitución. Con ello no acaban ni la falta de recursos económicos, sociales y personales, ni las palizas y violaciones en grupo, ni las epidemias que son el pan nuestro de cada día de las mujeres prostituidas.

Desde el mundo sindical, desde la izquierda, desde el amor al ser humano, siempre hemos defendido no sólo al trabajador sino al más débil, exigiendo los cambios necesarios, económicos, sociales y políticos, sin eufemismos ni disfraces, puesto que no se trata de regular la explotación, sino de abolirla.

Por supuesto que nuestro deber como sindicalistas, mientras no podamos transformar la sociedad, es conseguir mejoras para los trabajadores, pero la realidad, demostrada por los ejemplos de Alemania, Australia u Holanda es que las regulaciones (eufemismo para legalizar el proxenetismo) no hacen más que expandir la prostitución (legal e ilegal) y empeorar la situación de las mujeres y niñas prostituidas, eso sí maximizando los beneficios de las mafias legalizadas, que es de lo que se trata.

Bien distinta es la situación en Suecia, donde se persigue a proxenetas y prostituidores y se ayuda a las víctimas de esta forma de violencia de género. No sólo se ha reducido la prostitución sino que los cambios de actitud se notan en las propias relaciones de género en los hogares y centros de trabajo.

Hay alguna falacia en particular que he oído y leído en más ocasiones y que es usada sin ninguna vergüenza aquí parte de Belén Morales, al parecer las prostitutas «eligen» hacer uso de su sexualidad y «la sociedad» no está dispuesta a permitírselo.

Esta frase encierra dos falacias, que la prostitución se elige y que no está permitida sino reprimida.

¿Conoce usted alguien que haya elegido ser prostituta? ¿Conoce muchas hijas de banqueros que sean prostitutas? ¿Y de magistrados del Tribunal Supremo? ¿De diputados? ¿Tal vez la hija de algún dirigente de CC.OO. ha «elegido» ser prostituta? ¿Quién acabará con mayor probabilidad en manos de las mafias, las hijas de los que «deslocalizan» las empresas o las hijas de los despedidos? ¿Las migrantes o las duquesas?

Digamos las cosas como son, a la prostitución se llega fruto de una situación social desesperada, cuando no a través del engaño y la coerción. Quizás se pueda alegar un puñado de excepciones que no hacen sino confirmar la regla.

Por otro lado, es innegable que la prostitución en España está permitida: existen en nuestro país entre 300.000 y 600.000 mujeres prostituidas, según datos oficiales ¿conoce alguien alguna actividad laboral con mayor número de mujeres empleadas? La respuesta no admite dudas, fuera del hogar, la principal «ocupación» para la mujer en España es la prostitución.

Además, según datos oficiales, uno de cada cuatro varones prostituyó, es decir pagó por sexo, a una o más mujeres, sólo en 2003. Habría que sumar los que lo hicieron en 2006, en 2005, en 2002, en 2001…

No resulta difícil darse cuenta de que la mayoría de los hombres españoles han «hecho uso» de esta actividad y esto no es ajeno a la consideración de la mujer como un ser inferior, cuya dignidad es sólo una cuestión de precio.

Luego no se puede decir que exista represión, al contrario, existe permisividad; como con la siniestralidad laboral, como con el trabajo sin contrato, como con tantas cosas, que siempre benefician a una minoría y perjudican a amplias mayorías.

También cae Belén en otra contradicción, oscilando entre dos extremos, en la mitad de los párrafos afirma que hay que regular la prostitución porque es una elección libre, en la otra mitad afirma que se trata de una salida para las que no tienen alternativas «serias» (sic). O lo uno o lo otro. Si no hay alternativas no hay elección.

¿Quizás sería mejor construir alternativas y acabar con la explotación criminal de quién es más débil, de quién no tiene alternativas? No, para la señora Morales es mejor emplear eufemismos, llamar elección a la falta de alternativas, legalizar el proxenetismo y que se mueva el dinero, que es lo importante.

Imaginemos que empiezan a aparecer posturas a favor de «regular» el trabajo infantil, porque existe y hay que darle dignidad… ¡Basta de tabúes contra los niños que trabajan! ¡Muchos lo han elegido! Es mejor que esté regulado…¿verdad?

También podemos regular el trabajo sin derechos ni papeles, el acoso sexual, los «castigos físicos», los malos tratos a mujeres y niños, la venta de alimentos cancerígenos o la pornografía infantil; porque se trata de una elección libre de cada cual, y además no hay alternativas serias.

¿Somos un sindicato o somos una sucursal de la patronal, favorables a regular y consentir la explotación incluso en los casos mas denigrantes? ¿Luchamos contra el patriarcado o servimos al patriarcado? Los eufemismos y la permisividad, ¿benefician a las víctimas o a los verdugos?

Deberíamos plantearnos que si alguna secretaría del Sindicato mantiene posiciones contrarias a las de la mayoría de la afiliación y que no son fruto de un debate amplio, quizás es el momento de pensar en la renovación.

* Angel Guillén es Delegado de Comfía – CC.OO. Madrid.


(Texto de la carta de Belén Morales publicada en www.comfia.info)
Nuestras lectoras opinan:

Izquierda y coherencia. Carta abierta a la organización de las fiestas del PCE 2006

Hoy he visto el programa de coloquios y me ha sorprendido que haya uno titulado «Por la abolición de la prostitución», creo que sería mejor uno por la abolición de la pobreza, de la explotación, del hambre, de la miseria, de las desigualdades, de la injusticia…

Desde que era muy pequeña ningún año me he perdido la Fiesta del P.C.E. como lugar de encuentro y disfrute de las personas de izquierdas. Este año ya tengo las entradas y como siempre iremos toda la familia y allí encontraremos un montón de amigos y amigas.

Hoy he visto el programa de coloquios y me ha sorprendido que haya uno titulado «Por la abolición de la prostitución», creo que sería mejor uno por la abolición de la pobreza, de la explotación, del hambre, de la miseria, de las desigualdades, de la injusticia… en fin de todo lo que aleja al mundo de nuestra utopía y de nuestra lucha. Me parecería mejor pedir como hemos hecho siempre el reconocimiento de derechos sociales y laborales para todas las personas que no los tienen entre ellas las que se dedican a la prostitución, las trabajadoras del sexo como demandan ser llamadas.

Creo que no voy a asistir a ese coloquio dada la composición de la mesa, que nada tiene de plural, ni siquiera están las mujeres que representan otras posturas dentro del PCE y de Izquierda Unida, como la propia secretaría de políticas de igualdad, una mesa en la que no hay ni una sola persona reconocida ni autorizada por las trabajadoras del sexo para hablar en su nombre, ni para representarlas, ni para suplantarlas en su lucha por un reconocimiento justo y democrático y en la conquista de sus derechos como mujeres como trabajadoras y como ciudadanas.

Con esta mesa me habéis decepcionado, dando la espalda a las mujeres que más necesitarían que el estado capitalista y burgués deje de oprimirlas, tengamos en cuenta que no han podido ni regularizarse como trabajadoras inmigrantes, que no tienen derechos, que son consideradas como la más débil de las famélicas legiones, pues bueno el PARTIDO cuando va a referirse a ellas es para abolirlas, aún a sabiendas de que no hay alternativas reales y serias para ellas.

De verdad, yo creía que a los que teníamos que «enterrar en el mar» era a otros, ¿por qué no abolir a los presidentes que invaden países, a los banqueros, a los fabricantes de armas y a tantos otros?, ¿sabéis por qué? por que ellos tienen poder, tienen dinero, por supuesto tienen todos los derechos reconocidos y no son generalmente mujeres, que hacen el uso del sexo que estiman oportuno, en esta sociedad patriarcal que no está dispuesta a consentírselo.

Por lo demás un saludo.

Belén Morales

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Por la abolición de la prostitución

[Sábado 16 septiembre, 16:30 h Pabellón La Pipa, Sala C4]

Intervienen: Maite Mola (Sª Mujer PCE), Charo Luque (Coordinadora Área Mujer IU), Elvira Siurana (Partido Feminista), Charo Carracedo (Plataforma de Organizaciones de Mujeres por la Abolición Prostitución), Amanda Meyer (Comité Central de la UJCE)