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Entrevista a Mario Isea Bohórquez, embajador de la República de Venezuela en España

«Les molesta que dejemos de ser el patio trasero de los Estados Unidos»

Fuentes: Rebelión

En un acto organizado por la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí y la Fundación de Investigaciones Marxistas del País Valencià, el embajador de la República de Venezuela en España, Mario Isea Bohórquez, ha señalado que Venezuela es hoy una de las piezas claves de la geopolítica mundial. «Les molesta que dejemos de […]

En un acto organizado por la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí y la Fundación de Investigaciones Marxistas del País Valencià, el embajador de la República de Venezuela en España, Mario Isea Bohórquez, ha señalado que Venezuela es hoy una de las piezas claves de la geopolítica mundial. «Les molesta que dejemos de ser el patio trasero de los Estados Unidos, apostemos por la integración regional y denunciemos las estrategias golpistas», ha aseverado el diplomático. Embajador en el estado español desde noviembre de 2013, Mario Isea Bohórquez fue profesor de la Universidad de Zulia, miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), desde su fundación en 2007, y diputado en la Asamblea Nacional por esta formación entre 2006 y 2011. En esa época, desde la Comisión Permanente de Energía y Minas, participó en el desmontaje del modelo de «apertura» petrolera, lo que implicó el rescate del crudo para la soberanía nacional. Recientemente ha tenido que lidiar con las embestidas de Estados Unidos (declaración en marzo de Venezuela como «amenaza para la seguridad nacional») y la ingerencia del expresidente español, Felipe González. Con la presencia del embajador, se ha constituido la Plataforma Bolivariana del País Valencià «Hugo Chávez».

-En abril de 2002 se produjo un golpe de estado contra Chávez, frustrado por la movilización popular. En febrero de 2015 el gobierno de Venezuela denunció otra intentona, la «Operación Jericó», también abortada. ¿Existe actualmente una estrategia abiertamente golpista para liquidar el proceso bolivariano?

Es una estrategia que no ha cesado. Obviamente los operadores contra el gobierno democrático de Venezuela no han logrado su propósito por la vía electoral. No pudieron derrotar a Chávez en las elecciones, ni en el referéndum revocatorio de 2004. En abril de 2002 depusieron al presidente Chávez durante 48 horas. Sabotearon la industria petrolera, pero el pueblo resistió con conciencia y restituyó el apoyo a Chávez reeligiéndolo en 2006 y 2012. Lo que se inició en 2002 ha continuado. Todo indica que hay una desesperación por parte de los poderes fácticos del imperialismo, que notan a los operadores de la oposición venezolana divididos, sin proyecto y sin que sean capaces de convencer al pueblo venezolano. Hoy, además, la guerra económica se expresa en factores como el contrabando de extracción de alimentos o la manipulación con el problema cambiario, para tratar de crear un clima de zozobra y desestabilización.

-¿Se esconde Estados Unidos detrás de estas maniobras?

Sin ninguna duda. La confesión más clara de esto es la confesión de Obama, que salta a la palestra para tomar la decisión, unilateral, de calificar a Venezuela como una «amenaza» para justificar sanciones. Cada vez que se ha tomado una medida de esas características, la cosa ha terminado en bombardeos e invasiones. Pasó con Nicaragua, veamos el espejo de Iraq, de Afganistán, lo que ocurrió en Libia…Tenemos que advertir que la amenaza más grande que pueda tener un pueblo encima, es la acción unilateral del gobierno norteamericano. Pero nosotros no somos una «amenaza». Un país tan pequeño como Venezuela, ¿cómo va a amenazar a una potencia nuclear, que tiene bases militares por todo el planeta? Amenazados estamos nosotros…

-¿A qué claves responde esta declaración, con carácter de «emergencia nacional», de Venezuela como amenaza «inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior» de Estados Unidos (marzo de 2015), acompañada de sanciones a siete funcionarios (varios de ellos militares)? El presidente Maduro ha señalado el interés por los hidrocarburos…

La reserva petrolífera venezolana en la franja del Orinoco representa aproximadamente el 24% de las reservas probadas del planeta. No es casual que Repsol, que tiene una fuerte inversión en petróleo y gas en Venezuela, afirmara en su rendición de cuentas a los accionistas el año pasado, que el acceso a reservas probadas había aumentado un 225%. En los últimos años han incrementado asimismo las reservas probadas de gas «libre» (antes en Venezuela sólo había gas «asociado»). Se deben considerar, por otro lado, los recursos hídricos y la biodiversidad en la zona amazónica.

-Otro posible factor que se apunta es el interés de Estados Unidos por romper los procesos de integración en América Latina…

Les molesta que nosotros dejemos de ser el «patio trasero» de Estados Unidos, y reivindiquemos el derecho a formar un bloque «nuestro», americano, de integración con otros principios: la solidaridad y la cooperación. Donde se fortalezca el ALBA con una herramienta como Petrocaribe, que rompe con el concepto tradicional de «seguridad energética». Aquí no se trata ya de la seguridad energética de las potencias. Nosotros sostenemos que todos los países tienen derecho a la energía para su desarrollo. Contra lo que se dice, Petrocaribe no regala petróleo. Nosotros no se lo regalamos a Cuba, ni a República Dominicana, ni a Haití ni a nadie. Les facturamos el petróleo, la mitad a precio de mercado y la otra mitad a crédito (con un lapso prolongado y una tasa de interés baja). Estos pagos, además, se pueden compensar con bienes y servicios, alimentos, medicinas, insumos para la construcción, bienes de capital para la industria… Así se ha estado haciendo, pero es un modelo que no gusta al imperialismo.

-¿Cómo se explica el hostigamiento creciente de Estados Unidos a Venezuela, mientras se aplica una política de cierta distensión respecto a Cuba?

Los poderes fácticos norteamericanos, y sobre todo el aparato industrial-militar, tratan de arreglar su crisis capitalista fomentando guerras, lo que dinamiza el aparato productivo de una manera atroz. Además, siempre tratan de resolver sus problemas internos generando conflictos en otros lugares. Cuba es un pretexto. De momento, han decidido levantar un bloqueo que era ya rechazado por gran parte de la humanidad, pero tratarán de torcer el brazo al pueblo cubano por otra vía. Lo cierto es que para compensar a la ultraderecha norteamericana por este aparente «ablandamiento» de Obama, inciden sobre Venezuela. Matan así dos pájaros de una pedrada. Se equilibran electoralmente y estimulan la desestabilización en Venezuela, promoviendo la impunidad de los terroristas que han intentado salidas inconstitucionales para derrocar a Maduro.

-¿Qué opinas de la última maniobra del expresidente del Gobierno español, Felipe González, quien ha anunciado que va a ocuparse de la defensa de los políticos opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma?

Es una posición política que tiene explicación. Simplemente recomendaría que se revise la hemeroteca de los periódicos españoles sobre el personaje. Con independencia de ello, ningún demócrata (si lo es de verdad) tiene derecho a promover la impunidad cuando estamos en juicio de políticos que han fomentado el terrorismo. Uno de ellos, Antonio Ledezma, no está privado de libertad por ser alcalde ni opositor, sino por su intervención en un complot para derrocar al presidente Maduro. En cuanto a Leopoldo López, está enjuiciado por llamar a la violencia pública, la destrucción de bienes públicos y el terrorismo callejero para derribar al gobierno.

-¿Te sorprende la toma de partido tan poco sutil por parte de González?

Lo importante no es una persona que de pronto quiera montar un espectáculo, e incluso un club de expresidentes que de repente se erijan en jueces. Recuerdo que al principio de esta campaña contra Venezuela se difundieron fotos trucadas. Muchas de las fotografías eran de la represión en Chile, contra estudiantes que pedían educación pública gratuita. Se publicaban en las redes sociales como si fueran de represión contra estudiantes en Venezuela. De toda esa «guerra de calle», que fomentaron Leopoldo López, Ledezma y María Corina Machado, sólo hay dos estudiantes presos. Pero lo que se dice, en un constructo mediático falso, es que hay una represión brutal frente a los estudiantes. Y eso que allí hubo paramilitares, mercenarios, quemas y sabotajes bajo la directriz de un grupo minoritario de políticos, que no tienen mayoría siquiera en la oposición.

-«Maduro se lanza contra González por su defensa de los presos políticos» (El País); «Maduro redobla el hostigamiento» (El Mundo); «La Venezuela de Maduro: asesinatos, impunidad y detención arbitraria de disidentes» (ABC); «Venezuela, país para no imitar» (La Razón). Los medios españoles ofrecen una visión uniforme de Venezuela. Sobre el panorama mediático, transmiten la idea de «cierre de medios», «acoso» y «censura» (términos extraídos de El País). ¿Tiene acceso la oposición a los medios?

La oposición venezolana se expresa libremente en los medios de mayor circulación impresa, en las televisoras de mayor audiencia y su opinión siempre está presente. No hay ninguna censura ni limitación de la libertad de prensa. A veces insultan al presidente. Ha habido editores como Rafael Poleo, que han pedido que Chávez terminara colgado como Mussolini. Aquí un medio le llamó al presidente «macaco». Hay que superar la visión eurocéntrica que nos mira como un mundo «atrasado» y sin derecho a superarse.

-¿Qué rol desempeña la burguesía nacional? ¿Se prolonga la «guerra económica»?

El aparato de distribución comercial, de alimentos y otros bienes básicos no está en manos del estado. Hay, aproximadamente, un 15% de redes comerciales bajo control estatal. Además, no todos los propietarios son saboteadores, pero es verdad que son muchos los que se prestan. El presidente Maduro ha denunciado esta guerra económica de contrabando-extracción y acaparamiento-ocultación de mercancías. Es un combate feroz. Ahora bien, es mentira que el pueblo venezolano se esté muriendo de hambre. El suministro de alimentos supera la demanda. En determinados momentos, se observa la escasez de algunos artículos por el contrabando y el acaparamiento, lo que fomenta las compras «nerviosas». Igual que cuando se insinúa: «Mañana tumbarán al gobierno». Esto forma parte de la «Operación Jericó» y todo lo demás…

-¿Puede establecerse un paralelismo con el Chile de la Unidad Popular?

A Allende se le trató de sabotear antes de ganar las elecciones. Se trazó un plan para evitar la victoria, y no pudieron. Luego se planteó que había que hacer «chillar» a la economía chilena, y se desarrolló toda una guerra de desabastecimiento. Recuerdo la «marcha de las ollas vacías» por parte de mujeres de clase media y media-alta. Es, en fin, una receta que se repite y reedita. Incluso hubo manipulaciones para hacer caer el precio del cobre. En nuestro caso, se trata de provocar la caída del precio del petróleo con el «fracking» (y que en muchos casos ni siquiera les resulta rentable, ya que varias petroleras norteamericanas dedicadas a esta práctica han quebrado).

-Las grandes corporaciones mediáticas presentan a la economía venezolana en una situación de colapso, con la inflación desbocada, el control de cambios hecho un desastre y, para rematar, la caída de los precios del crudo. ¿Se ajusta esta fotografía a la realidad?

Venezuela no está en bancarrota. Tenemos reservas internacionales bastante fuertes, a lo que se añade el 24% de las reservas petrolíferas probadas del mundo (además del los recursos gasísticos). Nuestro endeudamiento es inferior al 43% del PIB. Con estas ventajas comparativas, podemos impulsar un proceso creciente de industrialización. Pero asumimos un reto: pagar la «deuda» social. Si el gobierno anuncia en 2015 una inversión de 3.450 millones de dólares para culminar 400.000 viviendas (Misión Vivienda-Venezuela) o subsidios alimentarios, eso ha de tener consecuencias inflacionarias. En el momento en el que pensamos tomar un conjunto de medidas (2014), se desató el «llamado» de Leopoldo López a la desestabilización, al terrorismo de calle y además llegaron las iniciativas de Obama. Lo mismo pasó en 2002. Cuando se produjo el golpe de estado, venía un crecimiento económico sostenido, tras superar la caída de los precios del petróleo (1997 y 1998) con una política pro-OPEP y cambiando el modelo de «apertura» por uno de soberanía petrolera. En 2008-2009 hubo una caída en los precios del petróleo a 30 dólares el barril. Venezuela lo soportó porque hacíamos un uso distinto de las reservas internacionales. Hoy, y a pesar del fracking, el precio en los mercados petroleros irá estabilizándose.

-¿Se utiliza asimismo la inseguridad y la violencia como arma de propaganda?

Es sabido que en América Latina, aunque no solamente, hay problemas importantes de violencia e inseguridad. Vemos también violencia en las calles de Estados Unidos contra los afrodescendientes; en Colombia, países de Centroamérica… ¿Será más violenta Venezuela que Libia o Iraq? No creo que haya comparación posible. Por supuesto que hay en Venezuela problemas de delincuencia, pero en parte es un problema cultural y nuestra revolución es muy joven. Además, se están tomando medidas para combatir la violencia (vivienda, educación…). El escritor e historiador Luis Britto García decía que la percepción de inseguridad y violencia que se proyectaba de Venezuela era, producto de la campaña mediática, el doble que la real.

-Por otra parte, ¿consideras que Venezuela es actualmente un país decisivo en el tablero geopolítico mundial?

Éste país ha pasado a tener una importancia decisiva para quienes se oponen a este capitalismo salvaje. Por el proceso constituyente, las transformaciones, y el modelo de integración que se ha impulsado, expresado en el ALBA, Petrocaribe, UNASUR, CELAC, el fortalecimiento de MERCOSUR. Esto plantea una relación económica y geopolítica que altera el mundo unipolar. Por eso se piensa que Venezuela es un «mal ejemplo». El presidente Chávez manifestó su resistencia al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y promovió el ALBA. A pesar de Estados Unidos, Venezuela es vista como un país democrático por otros muchos pueblos. Entró en el Consejo de Seguridad de la ONU con 181 votos de 183 posibles hace unos meses. Asimismo, nos han apoyado 120 países «no alineados» y la CELAC (donde están todos los países de América salvo Estados Unidos y Canadá).

-Por último, los días 10 y 11 de abril se celebrará la VII Cumbre de las Américas en Panamá, y a finales de 2015 las elecciones a la Asamblea Nacional, ¿con qué expectativas?

Pensamos que en la Cumbre de las Américas, el presidente Obama recibirá un mensaje contundente de que debe cesar el hostigamiento a Venezuela. También se evidenciará que las cosas están cambiando en América Latina; y que el pueblo cubano tiene derecho a darse su propio destino. En cuanto a las elecciones, hubo un sector de la oposición que denunciaba maniobras del gobierno para no realizarlas. El presidente Maduro contestó que las elecciones se celebrarían porque así lo establece la Constitución. Después, extrañamente, algunos sectores planteaban que era mejor retrasarlas. Si fuera cierto que el pueblo rechaza mayoritariamente al gobierno de Maduro, que lo exprese en las urnas. No hay que llamar a quemar las calles, montar barricadas y «guarimbas», una modalidad de violencia mediante la cual se tumban postes de la luz, talan cinco mil árboles, queman autobuses, universidades o ambulatorios de la sanidad pública.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.