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Libro de texto español equipara las descargas de archivos con la piratería de barcos

Fuentes: alt1040

n alguna ocasión escuché a Richard Stallman decir en una conferencia que la piratería está mal, porque robar y hundir barcos es incorrecto. En efecto, la piratería se refiere al asalto contra naves; aunque desgraciadamente, el término se ha extendido para denominar así a las infracciones de copyright, especialmente en el ámbito digital. Quienes no […]

n alguna ocasión escuché a Richard Stallman decir en una conferencia que la piratería está mal, porque robar y hundir barcos es incorrecto. En efecto, la piratería se refiere al asalto contra naves; aunque desgraciadamente, el término se ha extendido para denominar así a las infracciones de copyright, especialmente en el ámbito digital. Quienes no concordamos con esta acepción, procuramos que se entiendan los matices entre las diferentes actividades, pues al meter todo en el mismo saco, sólo se contribuye a criminalizar acciones como las descargas, el intercambio de archivos o el uso de redes p2p.

Entender estas diferencias entre un robo físico (como la piratería marítima) y la reproducción de bienes digitales es crucial para dilucidar nuevos modelos económicos en la industria. Por supuesto, los defensores del copyright no piensan cambiar su modus operandi, y por el contrario, han optado por reducir el debate a una cuestión de buenos (según, ellos) y malos (nosotros, los que compartimos, copiamos y distribuimos). Polarizar no permite que se entiendan los matices y traza un límite artificial entre lo (presuntamente) correcto y lo que no lo es. El pensamiento lleva a una retórica similar a la de la guerra: o estás con uno o con los otros.

Por esa razón es vergonzoso -tal como lo describe Enrique Dans en su blog– que los libros de texto aprovechen la coyuntura para intentar equiparar las descargas con la piratería convencional. En un esfuerzo burdo, este libro de cuarto de primaria de Editorial Anaya hace la comparación:

Busca el significado de las palabras pirata y piratear en el diccionario. Debate con tus compañeros acerca de las acciones de los piratas en la actualidad: secuestros de barcos o de aviones, robo de obras de arte (música, cine…), de datos personales por Internet… ¿Qué piensas de aquellos que piratean la música o el cine? ¿Te gustaría que piratearan un trabajo tuyo?

Adoctrinamiento puro. No encuentro otra forma de describirlo. Las editoriales (especialmente las de libros de textos) suelen ser defensores del modelo de copyright, muchas veces introduciendo cambios de paginado en las ediciones sólo para vender el ejemplar más reciente -y dejando «obsoleto» el anterior-. El esfuerzo es tosco y ordinario: meter todo en un cajón de lo indeseable, creando relaciones inexistentes entre un delito como el secuestro de un barco con el «robo de obras»; y de paso, asociarlo con la sustracción de información personal. Infame.

Donde ponen el dedo en la llaga es al preguntar «¿te gustaría que te piratearan un trabajo tuyo?», mostrando la verdadera naturaleza de su «reflexión». ¿Qué esperamos que responda el niño, si se le equipara a compartir con robar? El chico probablemente pensará que no -basado, también, en una idea inculcada de propiedad privada-. Peor: pensará que está cometiendo algo ilícito cuando, en realidad, sólo está creando copias de un bien sin retirarle el beneficio a su dueño. Que si baja una canción, le está «robando» al músico; si mira una cinta en la web, le «roba» al director. Y obviamente, que si alguien hace lo mismo con algo suyo, le está «quitando».

Lo hemos dicho millones de veces: copiar no es robar. Sin embargo, forzar estas relaciones a través de metáforas y alegorías (como que son piratas tanto los que bajan archivos como los que asaltan barcos), crea un significado social que puede legitimar la persecución. Mejor, en lugar de tratar de perpetuar modelos arcaicos con ejercicios de primaria, enseñen este video:

Copying Is Not Theft – Official Version

Fuente: http://alt1040.com/2012/10/descargas-pirateria