En septiembre de 2015 tres personas residentes en Lakabe decidieron crear una editorial para publicar libros. En apariencia, nada extraordinario más allá del arrojo que supone en estos tiempos lanzarse a una empresa tan al borde del precipicio como la edición de material impreso. Pero bajo el asfalto estaba la playa, recordemos, y tras el […]
En septiembre de 2015 tres personas residentes en Lakabe decidieron crear una editorial para publicar libros. En apariencia, nada extraordinario más allá del arrojo que supone en estos tiempos lanzarse a una empresa tan al borde del precipicio como la edición de material impreso. Pero bajo el asfalto estaba la playa, recordemos, y tras el nombre de (H)uts Editorial, un proyecto fascinante y único.
Lo es por las coordenadas en las que Arkaitz León, Inés Muñoz y Verónica Reza han materializado su propuesta, que en abril ha dado a luz los dos primeros retoños, y también por las intenciones con las que lo han hecho. Su salto al vacío -huts significa vacío en euskera- es con red. Una muy especial.
(H)uts es la editorial del pueblo ocupado de Lakabe, en el municipio de Valle de Arce, en la merindad navarra de Sangüesa. Con la publicación de los primeros títulos –La poesía de los árboles, una antología de poemas sobre los bosques cribada por Ignacio Abella e ilustrada por Leticia Ruifernández; y Un pueblo perdido, novela de género fantástico con la que el propio Arkaitz León aborda en clave de fantasía la gestión de los recursos naturales por parte de grandes corporaciones-, el trío impulsor del proyecto ha conseguido poner negro sobre blanco un inspirador propósito divulgativo. Soñar es posible, y hacerlo realidad también.
«Nos juntamos tres amantes de los libros y pensamos que editar libros desde una ecoaldea ocupada podía ser tan buena idea como hacer pan ecológico. A través de estos bellos objetos se pueden transmitir saberes necesarios, se puede mostrar la ecología y la construcción de alternativas al sistema… Se puede soñar», comenta León a Diagonal.
El autor del segundo libro publicado por (H)uts remarca el hecho diferencial de la editorial, su gestación en el seno de una experiencia comunitaria y rural en el Pirineo navarro. «Podría existir una editorial así en otro lugar, pero es ésta la peculiaridad y originalidad de (H)uts: que nace en Lakabe, que nace desde Lakabe con toda la experiencia de este proyecto colectivo. Eso es un bonito sostén e ilusión».
La comuna del bosque
Lakabe se ocupó el 21 de marzo de 1980. El pueblo había quedado abandonado en los años sesenta y había sido comprado por el Gobierno de Navarra para plantar pino y venderlo a empresas papeleras.
«Sólo quedaba una casa en pie que tuviera tejado. El resto eran ruinas, y la maleza había invadido las calles», recuerda León, quien vive en Lakabe desde 1995, cuando tenía diez años. Dentro del municipio del Valle de Arce, Lakabe es uno de los siete concejos, una entidad administrativa que permite una relativa autonomía y capacidad de gestión del territorio. «El pueblo y los campos pertenecen al Gobierno de Navarra. Sin embargo, todo el terreno de monte es comunal, y éste lo maneja el Concejo, o sea, la Asamblea de Lakabe. En la práctica somos nosotros quienes administramos tanto campos como el pueblo como el monte», explica León.
En el censo actual del pueblo figuran unos 40 nombres, de los que tres aguantan desde el primer momento de la ocupación. El día a día de Lakabe -«muy diverso»- transcurre entre el cuidado de los animales, las huertas, la gestión del bosque para obtener leña y ahora también se ha colado la literatura.
«Vivir en Lakabe supone una vida comunitaria, con una filosofía de vida de cuidar el entorno y de autogestionarnos las necesidades -alimentación, salud, energía…- en la medida de lo posible. Es también un bonito lugar de experimentación de lo colectivo, de lo que supone tomar las decisiones en grupo, compartir los recursos y la economía, y explorarnos dentro de un círculo», señala León.
Celebran una asamblea semanal en la que se organizan las tareas y se proponen las actividades de trabajo u ocio. En ella se toman las decisiones y participan las personas adultas que viven en Lakabe, una vez confirmado que no están de paso.
El principal ingreso económico del pueblo es la panadería, Lakabeko Okindegia. Casi desde que se ocupó Lakabe, recuerda León, allí se hace pan y repostería ecológica, «primero para autoconsumo y, con el tiempo, se ha ido dando más forma y fuerza a esta actividad para la venta. Ahora hacemos pan dos días por semana y vendemos sobre todo en Iruña y alrededores, y en mercados y ferias puntualmente».
Los modos de hacer en Lakabe durante estos 36 años han marcado su relación con el entorno, con la comunidad del valle de Arce, formada por unas 300 personas. León considera que la vinculación ha ido mejorando con el paso del tiempo: «A día de hoy diría que hay una relación cordial, en la que aún queda una parte de recelo, creo que debido al desconocimiento de lo que es Lakabe por parte de muchas personas, pero también un reconocimiento de la labor realizada aquí y de la vida que aportamos al valle».
¿Entendéis la edición de libros como una parte más del proyecto de transformación social de Lakabe?
Absolutamente. Vemos un enorme potencial de transformación social en los libros. Con las palabras e imágenes contenidas en ellos, la emoción que nos genera la lectura de algunos libros, el impulso que esto nos produce para crear y transformar nuestras realidades. Desde este punto, la idea de (H)uts está íntimamente ligada a la idea del proyecto de Lakabe: desde ambos queremos soñar la utopía, alimentarla y caminar hacia ella. Construirla.
¿Puede ser la literatura una herramienta para el cambio?
La literatura nos genera luz, nos abre puertas y ventanas por dentro y nos da energía para soñar y caminar el cambio. Por esto queremos publicar libros que nos inspiran otros mundos posibles, porque desde (H)uts queremos nutrir esta energía tan necesaria para seguir creando alternativas.
¿Qué línea van a llevar las publicaciones de la editorial?
La línea que seguimos es que los libros que editamos nos inspiren otros mundos posibles. Y aquí, en esta amplitud, entran muchas obras porque nos gusta la idea de publicar un concepto en lugar de publicar un género. Los títulos que publiquemos tienen que entrar en esta idea, contenerla o generarla. Para centrar un poco las publicaciones y que el lector sepa qué tiene entre sus manos, hemos creado colecciones. Una de ‘narrativa crítica’ y una de ‘libro objeto’, por el momento. Cada uno de nuestros dos primeros libros inicia una de estas colecciones, y proyectamos dar cabida también a algo de infantil y al ensayo en futuras colecciones, aunque iremos despacio, tratando de hacer las cosas bien.
¿Por qué licenciáis con Creative Commons?
Queremos que nuestras publicaciones puedan compartirse libremente, para que pueda compartirse lo que generan. La licencia de CC que estamos utilizando autoriza el compartir, pero no la creación de obras derivadas ni la comercialización de la obra. También estuvimos valorando la idea de generar una licencia propia -como hace la gente de La Felguera Editorial- ya que lo que queremos fomentar desde aquí es que si alguien quiere utilizar el contenido de nuestras publicaciones, nos contacte y podamos generar un diálogo sobre este tema.
Finalmente nos hemos decantado por CC porque nos parece más visible y más gráfico; es algo que la gente conoce. Creemos que los precios de nuestros libros serán asequibles y, sobre todo, que será lo que valen.
Necesitamos que los libros se vendan para poder asumir los costes de la editorial y publicar nuevas obras, y también queremos respaldar el trabajo de autores y autoras, pero entendemos que no se puede evitar que alguien copie algo mediante la imposición, sino con el diálogo y aclarando por qué merece la pena comprar los libros.