Llegó la hora a España, el Jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero compareció ante el Congreso de los Diputados para anunciar un paquete de ajuste, al estilo neoliberal, que incluye la reducción en un 5% del sueldo de los funcionarios en 2010, y la congelación del monto de las pensiones para el año […]
Llegó la hora a España, el Jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero compareció ante el Congreso de los Diputados para anunciar un paquete de ajuste, al estilo neoliberal, que incluye la reducción en un 5% del sueldo de los funcionarios en 2010, y la congelación del monto de las pensiones para el año 2011.
El paquete de medidas ordenado por Rodríguez Zapatero es similar al aprobado recientemente en Grecia. A pesar de que el gobierno español y las autoridades europeas han negado insistentemente que la crisis griega se esté repitiendo en otros países europeos, las medidas adoptadas en España parecen indicar lo contrario.
El ajuste ordenado por el Gobierno español cumple con las clásicas recomendaciones del Fondo Monetario Internacional. Junto al Banco Central Europeo, el FMI se hizo responsable de «salvar» a Grecia con un monto mil millonario en créditos.
El escenario económico y social de España es crítico. El desempleo supera el 20%, más de 4 millones de desocupados, sin embargo, según las autoridades europeas, ya Madrid salió técnicamente del proceso de recesión. Pero las medidas de ajuste podrían continuar y lastimar severamente el nivel de vida de los trabajadores españoles.
El estado español dejará de invertir durante el 2011 unos 6.000 millones de euros. En julio de este año, la ya elevada tasa del IVA podría incrementarse. El plan de ajustes apunta directamente a la reducción del gasto social.
Mientras el gobierno echaba encima de los trabajadores el peso de la crisis, Zapatero anunciaba como consuelo que los miembros del Gobierno reducirían sus salarios en 15%. Pero para nada mencionó medidas de austeridad para los verdaderos responsables de la crisis: la estructura burguesa especuladora. El Jefe de Gobierno admitió, entre líneas, que las medidas eran una orden inevitable de la Unión Europea, pero no mencionó las ayudas multimillonarias otorgadas a la banca.
La derecha española, agrupada detrás del Partido Popular, criticó las medidas, pero no por solidaridad con los trabajadores y por sensibilidad social, sino por no haber aplicado antes el paquete de ajustes.
Luego de Grecia, vino España, ¿quién será el próximo?
rCR