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Lo sentimos señor Almeida, pero en Bilbao el pequeño comercio tiene derecho a descansar y conciliar

Fuentes: El Salto [Foto: Comercios de Bilbao (Diego Sanz, Karramarro)]

Al alcalde de Madrid, José Luís Martínez–Almeida le “sorprende muchísimo” encontrarse los domingos “todo cerrado” en Bilbao y vino a sugerir en una entrevista que, en nombre del liberalismo, la libertad y la promoción de la economía y el consumo, los comercios de nuestra ciudad debían abrir también el único día que descansan porque si no la ciudad “no es divertida y no querrán visitarla las y los turistas”.

En la misma línea que Martínez-Almeida se han manifestado varios alcaldes del PNV. Desde el siempre polémico Iñaki Azkuna, que llegó a decir que “los chinos duermen y procrean en sus tiendas. No sé donde mueren, pero son competencia y los comercios de la villa deben espabilar”, hasta el actual alcalde, Juan Mari Aburto, que no entiende por qué “algunos comercios, no todos, no pueden abrir los domingos, como en otras ciudades”.

En ambos casos, el del regidor de Madrid y los primeros ediles de Bilbao, subyace un modelo de ciudad que necesariamente vincula el consumo a la diversión y el ocio. Parece que, si uno no puede comprarse una bufanda, una camiseta, un pantalón, o quemar la tarjeta de crédito en las franquicias de la Gran Vía un domingo, la ciudad se convierte en un espacio aburrido y sin espíritu. En realidad, el espíritu se pierde no cuando los comercios —en su mayoría pequeños negocios— descansan. El espíritu se pierde cuando una política de liberalización de horarios y de usos de espacios, acompañada de un planteamiento de privatización del espacio que es de todas y todos hace que las franquicias campen a sus anchas, con sus políticas comerciales de dumping social, ahogando y abocando a la desaparición del pequeño comercio de la ciudad.

Luego, quienes rigen esta ciudad se llevan las manos a la cabeza cuando un negocio “de los de toda la vida” cierra sus puertas, ahogado por la carestía del alquiler del local (que en muchos casos aumenta por la agresiva política de las franquicias y grandes cadenas) o por la imposibilidad de competir en precios (y pretenden que en horarios) con las grandes cadenas.

Durante estos días han sido muchas las voces que han criticado la defensa que algunas y algunos hemos hecho del cierre del comercio los domingos. Se ha tratado de hacer una comparación asimétrica con la hostelería (que en su mayoría descansa un laborable) o con los servicios públicos, que tienen turnos. Algunas voces incluso han llegado  a hablar de que abriendo los domingos se genera empleo. Todos estos argumentos tienen un cariz marcadamente ideológico. Y es que ya sabemos cuan torcida es, para las clases populares, la mano invisible del mercado de Adam Smith.

En primer lugar, porque al eliminar el domingo se elimina el único día de descanso de la mayoría de las y los comerciantes. En segundo lugar, porque la libranza en domingo permite la conciliación familiar ya que el resto de días de la semana, la mayoría de las personas trabajan y aquellas personas del comercio con hijas e hijos en edad escolar apenas pueden coincidir con sus hijas e hijos.

En tercer lugar, está probado que abrir los domingos no solo no genera empleo, sino que es algo a la mano de unos pocos comercios, curiosamente, las grandes empresas, ya que la realidad es que el pequeño comercio y el comercio familiar no pueden permitirse el asumir contrataciones extraordinarias dado que sus márgenes de beneficio son bastante menores que los de las grandes cadenas.

¿Qué supondría por tanto la apertura generalizada de los comercios de Bilbao los domingos? Un empeoramiento de la calidad de vida de las y los comerciantes, dificultades para la conciliación familiar y, seguramente, una aceleración en la pérdida del tejido comercial familiar, el pequeño comercio de calidad, cercanía, en muchas ocasiones de la economía circular y que genera un empleo de mayor calidad.

Precisamente por eso, en las diversas ocasiones que se ha planteado la apertura del comercio en domingos y festivos (2011, 2015) tanto los sindicatos como, paradójicamente, las asociaciones de comerciantes de Bizkaia han rechazado la apertura generalizada. Con la salvedad de algunos domingos al año, muy vinculados a campañas comerciales concretas.

Y es que frente a los globos sonda que se lanzan desde algunos estamentos políticos, artículos y entrevistas cada cierto tiempo con la intención de promover esa apertura aparentemente “voluntaria” lo que hay que reiterar es que facilitando un día de descanso en el comercio de Bizkaia, lo que se está haciendo es, garantizar el derecho al descanso, la conciliación familiar y defender a los pequeños de los grandes.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/tribuna/lo-sentimos-senor-almeida-pero-en-bilbao-el-pequeno-comercio-tiene-derecho-a-descansar-y-conciliar