Los alcaldes socialistas de La Rioja deberán cambiar el nombre de las calles de sus municipios que aún conservan denominaciones referentes al franquismo. El último Congreso Federal del PSOE, celebrado hace un mes en Madrid, incluyó una resolución relativa «a la recuperación y difusión de la memoria histórica socialista». La ponencia socialista se plantea un […]
Los alcaldes socialistas de La Rioja deberán cambiar el nombre de las calles de sus municipios que aún conservan denominaciones referentes al franquismo. El último Congreso Federal del PSOE, celebrado hace un mes en Madrid, incluyó una resolución relativa «a la recuperación y difusión de la memoria histórica socialista». La ponencia socialista se plantea un objetivo claro: «Perfeccionar el conocimiento de nuestra aportación política, recobrar algunos trazos de nuestra memoria no suficientemente desvelados, reparar moralmente a tantos de nuestros compañeros que sufrieron persecución y muerte, y, en ese caso, recuperarlos para sus deudos en un lugar digno en el que se les pueda expresar el reconocimiento moral y la justicia que merecen». De esta manera, el PSOE desea homenajear «a todos cuantos nos acompañaron luchando honesta y heroicamente por mantener la legalidad constitucional durante la Guerra Civil».
En la práctica, la resolución del PSOE obligará al cambio de nombre de las calles y plazas que recuerdan el franquismo. En La Rioja, en cualquier caso, las variaciones serán mínimas, por dos razones. Por un lado, en la gran mayoría de las localidades gobierna el PP (que no tiene la intención, al menos por el momento, de cambiar estos nombres). Por otro, los pueblos y ciudades en los que el PSOE ha gobernado a lo largo de las últimas legislaturas han ido cambiando paulatinamente la nomenclatura municipal, y ya apenas quedan resquicios de la dictadura en el callejero.
La excepción
Entre los pueblos grandes de La Rioja, Baños de Río Tobía constituye la excepción más relevante. Por primera vez en la democracia, un alcalde socialista, Jesús Clemente García, rige los destinos del municipio desde las últimas elecciones locales. En Baños, la arteria principal figura en los mapas como Calvo Sotelo, en recuerdo del político derechista asesinado en 1936, una de las causas esgrimidas por Franco para justificar el levantamiento militar. «La verdad es que muchos vecinos no saben ni siquiera que se llama Calvo Sotelo, porque para todos es ‘la carretera'», explica García.
Aunque no figura entre sus prioridades, el alcalde de Baños sí se plantea cambiar la denominación «sin estridencias». «Buscaremos algo consensuado entre todos los concejales y entre los ciudadanos», apunta el alcalde, que ya ha perfilado en su cabeza el calendario y el procedimiento de actuación. «Crearemos, para después de San Mateo, una comisión que estudie el cambio de nombre. Después, se abrirá el debate y encontraremos un nombre que satisfaga a todo el mundo». Hace unos años, el pueblo cambió «sin ningún problema» el nombre de la Plaza del General Franco por Plaza del Ayuntamiento. «Al final -resume el primer edil- en el siglo XXI, la cuestión se limita a cambiar un par de placas».