Casi sin darnos cuenta, muy poco a poco, se va conduciendo a la ciudadanía de este país a una situación insostenible. El Gobierno del Partido Popular, sin prisa pero sin pausa, está conduciendo a este país al abismo. Con la complicidad de los sectores en la sombra, de la Iglesia, de la Banca, de las […]
Casi sin darnos cuenta, muy poco a poco, se va conduciendo a la ciudadanía de este país a una situación insostenible. El Gobierno del Partido Popular, sin prisa pero sin pausa, está conduciendo a este país al abismo. Con la complicidad de los sectores en la sombra, de la Iglesia, de la Banca, de las grandes empresas transnacionales, de los intereses de las grandes corporaciones, de las grandes fortunas, del poder financiero, de los ricos y poderosos, está desmantelando no sólo el incipiente Estado del Bienestar que habíamos comenzado a disfrutar, sino todos los cimientos de la protección social que se había desplegado hasta su llegada al poder.
El acoso y derribo a la clase trabajadora, a los de abajo, por parte de los poderosos, de la casta oligárquica, del Gobierno y de sus secuaces, las grandes empresas, la CEOE, los partidos que les apoyan, las Instituciones que los mantienen, y sus cómplices internacionales que los alientan, los justifican y los jalean, tales como la Comisión Europea, el FMI, el BCE, la OCDE, etc., nos están llevando a un escenario de caos y de fractura social. Podemos calificarlas como auténticas situaciones de muertes o de asesinatos civiles, de crímenes sociales, que en un intento de recopilación no exhaustiva, presentamos a continuación en el siguiente decálogo:
PRIMER CRIMEN SOCIAL: El primer crimen social lo constituyen los deshaucios en este país, debido a los cuales se vienen dando de un tiempo acá una serie de suicidios de personas, forzados por la desesperación de contemplar cómo se quedan sin su vivienda, sin su negocio, sin su vida. Auténticas situaciones de perversión social, donde el imperio de la Ley representa el imperio del terror y del miedo, de la marginación y de la exclusión social. Esperemos que la fuerza y la presión de la calle, mediante las Plataformas como PAH, Stop Deshaucios, 15-M, y la objeción de conciencia de colectivos como el de la policía y los jueces, unidos al reconocimiento de Bruselas de que nuestra legislación era ilegal y abusiva, vayan cambiando la situación.
SEGUNDO CRIMEN SOCIAL: El segundo crimen social de este país lo constituye el desmantelamiento que se está realizando de la Sanidad Pública, que otrora representara uno de los grandes pilares de nuestro Estado del Bienestar, por el que lucharon desde los tiempos de nuestros abuelos, y que ahora perversos gobernantes quieren aniquilar. Cierres de servicios de urgencia nocturnos, privatización de servicios hospitalarios, privatización de la gestión de hospitales públicos, deudas de dinero público hacia empresas privadas que gestionan hospitales, reducción de personal (médicos, enfermeros, etc.), figuran entre las estrategias en marcha para conseguir el desmantelamiento total de nuestra Sanidad Pública. Todo ello sin contar con algunas dramáticas situaciones de precariedad a las que están llegando algunos Hospitales debido a los indiscriminados y brutales recortes.
TERCER CRIMEN SOCIAL: El tercer crimen social lo hemos reservado para la situación de desprotección, también cada vez mayor, del colectivo de los desempleados. Con suerte, te puede quedar temporalmente un mísero subsidio de 400 euros al mes, que no llega en muchos casos ni siquiera para poder pagar el alquiler o la hipoteca de tu vivienda. No tienen siquiera la decencia de equiparar el mínimo subsidio al SMI, ni de garantizártelo hasta que encuentres trabajo, ni de proporcionarte la gratuidad de los servicios básicos que una familia necesita. Ello unido a que cada día es mayor el número de personas que quedan en la desprotección total, sin ningún tipo de ingreso, al amparo sólo de sus familiares, o de la caridad.
CUARTO CRIMEN SOCIAL: El terrorismo empresarial, ejercido al amparo de este ilegítimo Gobierno, es el cuarto crimen social que se comete masivamente contra la clase trabajadora. A diario saltan a la palestra nuevos casos de despidos masivos, de cierres de grandes empresas, de ERE’s de empresas públicas y privadas, que dejan en la calle a miles y miles de trabajadores. 3.500 trabajadores en Orizonia, 500 en Roca, 950 en TeleMadrid, 3.100 en Iberia, y un infinito etcétera se suceden diariamente engordando las listas de desempleados, así como los beneficios de los tiránicos dirigentes de esas mismas empresas. Al final del decálogo insistiremos más en este punto.
QUINTO CRIMEN SOCIAL: La desprotección al colectivo de las personas dependientes constituye el quinto crimen social. En efecto, con una Ley de la Dependencia a la que se deja sin recursos, unido al exigente objetivo del cumplimiento del déficit público que se exige a las Administraciones, asfixia las dotaciones económicas y presupuestarias ligadas al reconocimiento y a la vida mínimamente digna de estas personas, lo cual está provocando, junto al pago de sus propios medicamentos, que este colectivo sea uno de los que más esté sufriendo las consecuencias de este criminal Gobierno.
SEXTO CRIMEN SOCIAL: Como una variante o modalidad del segundo crimen social, tenemos las situaciones de desamparo, marginación y desprotección que se están realizando a los inmigrantes, en lo que tiene que ver con su cobertura sanitaria. Primero les dejaron sin derecho gratuito a la Sanidad, quedando únicamente la posibilidad de que pudieran acudir a los Servicios de Urgencia. Pero ya se están denunciando muchos casos en los cuales tampoco se atiende en urgencias, o bien se envían facturas abusivas intentando que los inmigrantes ilegales paguen por los servicios médicos llevados a cabo. Partos, sesiones de rehabilitación, atención de urgencia, etc., pasan gravosa factura a posteriori a los inmigrantes que acuden a los Centros de Salud.
SÉPTIMO CRIMEN SOCIAL: El crimen social séptimo lo hemos reservado para el caso de la estafa por las participaciones preferentes. En efecto, y por eso lo catalogamos de crimen social, no se trata de que un accionista pierda miles de euros en su empresa, sino que a personas que habían invertido sus ahorros, muchas de ellas personas mayores, sin conocimientos financieros, y muchas de ellas invirtiendo todos los ahorros de su vida, se vean ahora en la situación de que van a tener que renunciar a que su Banco les devuelva dicho dinero, suponiendo auténticos casos de drama humano y familiar. Ni Bruselas, ni por supuesto este cruel e inhumano Gobierno, son capaces de ofrecer una respuesta satisfactoria ante tanto ejercicio de robo, engaño, abuso y estafa colectiva.
OCTAVO CRIMEN SOCIAL: En octavo lugar, tenemos el crimen social que representa el conjunto de la población española que ya se encuentra en situación límite, es decir, en exclusión social, en los umbrales o dentro de la situación de pobreza, con un porcentaje que va creciendo que se sitúa en pobreza severa o extrema, es decir, en situación de indigencia. Ni qué decir tiene que esto es consecuencia directa de los otros crímenes sociales, pues se comienza con salarios precarios, se continúa en situación de paro, y se finaliza en situación de máxima precariedad, lo que lleva a la población afectada a no poder hacer frente al pago de los servicios para cubrir sus necesidades básicas, y por último, a la pérdida de su vivienda. Se han disparado los servicios que prestan los Bancos de Alimentos, los albergues públicos y de las distintas ONG’s, así como la asistencia social que prestan algunas plataformas. Este crimen social se ceba también y fundamentalmente con la infancia, afectando ya a más de 2 millones de niños/as pobres en nuestro país.
NOVENO CRIMEN SOCIAL: En el puesto nueve se sitúan el conjunto de acciones que se realizan desde el poder para reprimir y criminalizar todas las movilizaciones ciudadanas que protestan ante todos los crímenes anteriores, así como las Asociaciones y Plataformas que apoyan a dichos sectores ciudadanos afectados por los mismos. Desde multas indiscriminadas por participar en manifestaciones o sólo por ocupar la vía pública, pasando por golpes, amenazas, disparos de objetos contundentes, porrazos, balas de goma (que ya han causado gravísimas lesiones a algunas personas), represión policial, detenciones injustificadas, mantenimiento de la situación de prisión preventiva más allá de los límites razonables, etc., forman el mosaico de las acciones que los grupos de antidisturbios (que ni siquiera van bien identificados) ejecutan contra la población que se manifiesta, amparados desde el poder y los despóticos mandos de este Gobierno.
DÉCIMO CRIMEN SOCIAL: Para el décimo lugar hemos dejado el crimen social más aberrante, que es el que se comete con los inmigrantes, desde las deportaciones masivas, hasta el internamiento en los CIE, en una situación deplorable y que rayaría en el desamparo más absoluto de los Derechos Humanos, hasta auténticas aberraciones cometidas por las autoridades, como el atropello de pateras por parte de embarcaciones patrulleras de la Guardia Civil, como la que ocurrió hace pocos días cerca de las costas de Tenerife. Es de todo punto intolerable que un Gobierno mínimamente sensible y que se las da de legal y de democrático, someta a personas extranjeras a tan vil vasallaje, con un total desprecio hacia sus vidas. Acciones de este tipo sólo pueden ser tildadas de criminales.
A todo ello hay que unir el hecho de que España, con instrumentos perversos como la última Reforma Laboral, se haya convertido en un paraíso para el poder y la corrupción empresarial. No es una opinión sólo nuestra, sino que así lo constata un reciente informe editado por la Administración norteamericana. La CEOE y sus parásitos, esa casta empresarial que cuenta entre sus filas con personas tan modélicas como Díaz Ferrán o Arturo Fernández, o su actual presidente Joan Rosell, llevan tiempo acusando a los parados por no aceptar trabajos, porque o bien se les paga menos que con la prestación o bien no les sale a cuenta considerando el desplazamiento, el sueldo u otros factores.
Se criminaliza también a los desempleados, porque «tienen lo que se merecen», por no esforzarse lo bastante en encontar un esclavizante empleo. A Laponia deberíamos irnos si hace falta, nos dicen los mismos que se benefician de las amnistías fiscales, la desesperación y el miedo a la pobreza. Es el negocio redondo: si te cuesta encontrar empleo, cuando finalmente lo encuentras, si lo consigues, debes olvidarte de tus derechos, porque simplemente, «es lo que hay», como le gusta afirmar al indecente Presidente de los empresarios de este país.
Hasta aquí el decálogo recogido, pero seguro que se me olvidan muchos otros, que mis lectores serán capaces de recordar y señalar. ¿Hasta cuándo tanta injusticia y crimen social? ¿Hasta cuándo vamos a quedarnos con los brazos cruzados, contemplando cómo se derrama tanta sangre, cómo se encadena tanta gente, cómo se organizan tantas huelgas de hambre, o tantos encierros para defender la dignidad del pueblo? ¿Hasta cuándo tanta impunidad e ilegitimidad de un Gobierno? ¿Hasta cuándo tanto desprecio a la ciudadanía de este país? ¿Hasta cuándo tanta tiranía institucional? No debemos perder ni un minuto más en reorganizar y emprender nuevas mareas humanas, ciudadanas, de indignación, de rebeldía, de desobediencia civil, para enfrentarnos a este despótico sistema y a este Gobierno criminal, y no abandonar las calles hasta hacerlo caer. ¡¡BASTA YA DE TANTO SUFRIMIENTO SOCIAL, DE TANTA PODREDUMBRE INSTITUCIONAL, DE TANTA MISERIA CIUDADANA!!
Blog del autor: http://rafaelsilva.over-blog.es/
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