Muchas gracias querida Patricia: Quisiera expresar mi reconocimiento a México y a tu eficaz presidencia que nos ha traído hasta este punto. Comprendo que el cansancio de todos los que estamos en esta sala, y entiendo incluso su entusiasmo. Yo creo que esta conferencia ha marcado un agudo contraste con el fracaso de Copenhague en […]
Muchas gracias querida Patricia:
Quisiera expresar mi reconocimiento a México y a tu eficaz presidencia que nos ha traído hasta este punto.
Comprendo que el cansancio de todos los que estamos en esta sala, y entiendo incluso su entusiasmo.
Yo creo que esta conferencia ha marcado un agudo contraste con el fracaso de Copenhague en términos de participación universal de procedimientos democráticos y transparentes.
Desde Copenhague ha pasado un año de presiones indebidas, de imposición política, de presión financiera por parte de un grupo de países para tratar de legitimar aquel no acuerdo, aquel desacuerdo, que se tradujo en un triste documento en aquella noche larga, más larga que esta, de Copanhague.
Ha quedado claro después en documentos secretos que se han revelado en estos días, que ha habido un grado de conspiración entre algunas potencias, para, en las propias palabras del documento, marginar, neutralizar o coaptar a algunos países entre los que se menciona a Cuba, y se menciona también a Venezuela y a Bolivia.
En la América Latina y el Caribe, el Estado Plurinacional de Bolivia ejerce un liderazgo fundamental, y representa para nosotros la reivindicación de los pueblos originarios, de las culturas originarias de América.
El presidente Evo Morales es un líder aymara, líder de los movimientos sociales.
Un presidente electo democráticamente, que ha tratado de ser expulsado del gobierno por medios antidemocráticos, a quien a veces la derecha lo ataca, con prepotencia y racismo.
Aprendemos de las culturas originarias, lo que pienso que es un valor universal hoy, que es la necesidad de alcanzar el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Entiendo también que los pueblos deben ser escuchados en este recinto y lamento que frecuentemente en estas cumbres haya poca participación popular.
Considero que las organizaciones no gubernamentales, los movimientos sociales deben tener parte en estos procesos.
Y que toda decisión trascendental, como es la que nos ocupa hoy, debiera ser consultada a los pueblos, porque estamos hablando de la supervivencia de la especie humana, ni más ni menos, estamos hablando de la sobrevivencia del ser humano.
La delegación de Bolivia habla aquí a nombre de los pueblos de nuestra América y merece consideración y reconocimiento en la opinión de Cuba.
Nosotros los cubanos nos sentimos insatisfechos con los documentos presentados, lo voy a argumentar a partir de tres elementos que considero esenciales:
El primero, porque no recoge metas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, claras ni suficientes, y sabemos que los cursos de discusión que han ocurrido en esta conferencia llevarían en el peor de los casos a un aumento de las emisiones de los países desarrollados con base en 1990 del 6 por ciento para el 2020, o en el mejor de los casos, a una reducción de solo el 16 por ciento, lo cual implicaría incrementos de temperatura superiores a 2,5 grados hasta 5 grados.
Hablando de temperaturas promedio, en este planeta hay hoy más de mil 20 millones de hambrientos, Estados insulares en riesgo.
¿Qué ocurriría en el plantea si se produce una subida de temperatura como la que se ha descrito y sobre la que hay evidencias científicas incuestionables? Considero que es un tema de extrema urgencia y de profunda preocupación que los documentos no satisfacen y que deberíamos tratar de recoger en futuros procesos, fórmulas adecuadas y emergentes, incluso antes de llegar a la conferencia siguiente en Durban.
En segundo lugar, a mí me parece que es clave en este proceso el acuerdo de que va a haber un segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto, y mi delegación interpreta que lo que se refleja en estos documentos es un claro compromiso de que vamos a ir a ese segundo período del Protocolo de Kyoto.
Soy realista, comprendo que esta noche no podremos establecer cantidades ni compromisos específicos nacionales, pero que sí estamos confirmando en esta reunión el principio de responsabilidades compartidas pero diferenciadas, y de capacidad de los Estados, y que ha habido aquí acuerdos de que vamos a un segundo período de compromisos de Kyoto.
Y en tercer lugar me provoca preocupación la manera en que se abordan los aportes o los fondos financieros, me recuerdan las cifras aquella noche insólita de Copenhague, el lenguaje de los documentos me recuerda aquella ambigüedad y noto con preocupación que cuando se habla de 100 mil millones, se habla de un esfuerzo de movilización, que cuando se habla de 30 mil millones se habla de una aproximación a esa cifra, y no he visto aquí ningún compromiso concreto sobre el origen de esos fondos.
Entiendo yo, interpreto, que lo que dicen los documentos que ha aportado su presidencia, es que hay un compromiso de los gobiernos, de los países desarrollados, de aportar estas cifras.
Sobre la base de estos criterios, señora presidenta, quisiera hacer primero un llamado a respetar el consenso, y a escuchar los planteamientos de la delegación de Bolivia, y quisiera respaldar también la propuesta de la delegación venezolana, apoyada también por Arabia Saudita, de que los grupos de trabajo correspondientes tomen decisión sobre estos documentos, antes de hacerlo, es decir, directamente, en este plenario.
Le reitero otra vez señora presidenta mi reconocimiento por la contribución de México y la tuya propia, Patricia. Muchas Gracias.