Ciudades de Estados Unidos, Gran Bretaña y otras en el Estado español como Madrid, Barcelona, Valencia, Burgos, León, Sevilla o Lanzarote se han unido en una campaña global contra el fondo de inversión Blackstone, uno de los principales del mundo, por vulnerar el derecho a la vivienda. El 17 de marzo y el 11 de […]
Ciudades de Estados Unidos, Gran Bretaña y otras en el Estado español como Madrid, Barcelona, Valencia, Burgos, León, Sevilla o Lanzarote se han unido en una campaña global contra el fondo de inversión Blackstone, uno de los principales del mundo, por vulnerar el derecho a la vivienda. El 17 de marzo y el 11 de febrero la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) ha promovido estas acciones de denuncia frente a las oficinas del «fondo buitre», o de las entidades financieras a las que éste ha adquirido la cartera de hipotecas calificadas de «dudoso cobro», como Catalunya Banc.
La venta de las «plataformas» que gestionaban las hipotecas «tóxicas» de las entidades financieras ha sido una constante en los últimos años. De este modo los bancos han pretendido aliviar sus balances, lo que en la práctica ha supuesto un reclamo para los grandes fondos de capital-riesgo. En el verano de 2014 BlackstoneGroup adquirió las cerca de 40.000 hipotecas «dudosas» de Catalunya Banc por 3.600 millones de euros, cifra que implica un notable descuento sobre su valor inicial. El Ayuntamiento de Madrid vendió asimismo, con una importante rebaja, 1.860 pisos de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo a este fondo-riesgo por 128,5 millones de euros. El negocio de Blackstone parece bien encarrilado, a juzgar por los beneficios de sus accionistas. Según informa Cinco Días, el fundador del «fondo buitre», Stephen Schwarzman, ganó el pasado año 513,1 millones de euros en concepto de dividendos, salarios y retornos en inversiones de Blackstone. El fondo riesgo continúa, por lo demás, su vertiginosa carrera. Acaba de adquirir una de los mayores edificios de oficinas del mundo, la Torre Willis de Chicago, por 1.227 millones de euros.
Catalunya Caixa, surgida de la fusión de Caixa Catalunya con las cajas de ahorro de Tarragona y Manresa, se convirtió en Catalunya Banc como consecuencia de los procesos de fusión y reestructuración del sistema financiero español. En 2011 el «rescate» de la entidad por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) costó en torno a 12.000 millones de euros al erario. La actuación de los gestores de Catalunya Caixa ha desatado una fuerte polémica. De hecho, el expresidente de la entidad y exvicepresidente del gobierno, Narcís Serra, el exdirector de Caixa Catalunya, Adolf Todó, y más de 30 miembros del Consejo de Administración, están actualmente procesados por los sueldos, retribuciones e indemnizaciones que cobraron al frente de la entidad. La actuación de los directivos, la operativa de las cajas rescatadas y las dinámicas de los fondos de capital riesgo contrastan con la experiencia de los ciudadanos afectados.
Así lo demuestra el testimonio de Mari Carmen Calvo, activista de la PAH y coordinadora del grupo de afectados de Catalunya Caixa en Valencia. Esta mujer jubilada es avalista de su hijo, en paro, que firmó un préstamo con la entidad financiera. La pelea es por su caso particular y también por el colectivo. No llegó a un acuerdo con el banco en el acto de conciliación, ha reclamado cláusulas «abusivas» en el préstamo hipotecario (las conocidas «cláusulas suelo») y ha pedido al banco la dación en pago. La activista contesta a las preguntas de los periodistas en la puerta de la sucursal de Catalunya Caixa, en el centro de Valencia, donde se han concentrado unos 150 activistas de la PAH.
-¿Qué relación habéis tenido con el fondo de inversión y cuál ha sido su respuesta?
No hemos tenido ningún contacto con Blackstone desde que compró la cartera de viviendas de Catalunya Caixa. Sabemos que este «fondo buitre» ha aterrizado en Valencia, aunque no cuente con una sede física. Las concentraciones en Madrid y Barcelona sí que se han realizado frente a la sede de Blackstone, en las oficinas de la entidad. Catalunya Caixa y Blackstone nos han propuesto la firma de unos «acuerdos de espera» hasta el 15 de mayo, por los que te permiten seguir en tu casa sin pagar la cuota hasta esa fecha. Sin embargo, te has de comprometer a no denunciarles ni proceder contra ellos.
-¿Qué se os responde cuando os dirigís a las sucursales de Catalunya Caixa?
Nos dicen que, o firmamos el «pacto de no agresión» hasta el 15 de mayo, o nada. Cuando los afectados vamos al banco a preguntar, nos repiten que han «elevado» la documentación; o en otros casos que nuestra solicitud no ha sido admitida.
-¿Habéis observado un cambio en la actitud del banco desde que Blackstone comprara la mayor parte de la cartera hipotecaria? ¿Cómo ha sido el trato a los afectados?
Antes del cierre de oficinas (ahora sólo quedan cuatro en Valencia), las respuestas eran en general muy bruscas, de mala educación por parte de los directores de sucursal. Han llegado a tirarnos a la calle o tenernos cuatro horas esperando, para decirnos después que la documentación estaba en Barcelona; entonces, al comprobar que no desistíamos, nos entregaban los papeles, que efectivamente tenían ellos. En una reunión con un director de sucursal, me llegó a decir que no quería perder el tiempo conmigo, y que a la próxima pasara por ventanilla, que allí me atenderían. Todo eso de forma muy grosera. La mayoría del grupo de afectados (37) de Catalunya Caixa en PAH-Valencia hemos recibido un trato similar.
-Los grupos de afectados de la PAH se coordinan en el ámbito autonómico y estatal, según la entidad financiera con la que mantengan el litigio. En el caso de Caixa Catalunya, ¿qué elementos comunes pueden señalarse?
Hay una manera de operar que es general. Dejar pasar el tiempo, que cada tres meses tengas que entregar otra vez los papeles. Te dicen que han «elevado» la documentación a las instancias correspondientes, pero luego nadie sabe nada. Además, al cerrar sucursales se perdió mucha documentación de los afectados (vida laboral, certificados de empadronamiento, de desempleo…). Forma parte de una estrategia. Debido a esas pérdidas, muchos hemos tenido que empezar de nuevo con los trámites. Y el problema no es únicamente que la documentación «caduque» cada tres meses, sino que en algunos casos (por ejemplo los papeles del registro de la propiedad), hay que pagar de nuevo.
-¿Continúa el banco con la estrategia de haber «perdido» los papeles?
Ahora mismo no, porque intentamos entregarlos en mano. Sabemos que llegan. Y esperamos la respuesta. También han aceptado alguna dación en pago (ayer conseguimos una), pero a lo que no acceden es al alquiler social. Nuestra propuesta más importante consiste en que con las nuevas tasaciones que hacen los bancos, a menos del 50% del valor al que el piso se tasó en su día, el propietario pueda quedarse en la vivienda con una cuota asumible. Es decir, renegociar el préstamo. Pero desde el año pasado nos dan largas.
-¿Habéis constatado abusos en los préstamos?
Sí, muchas cláusulas «abusivas». Cláusulas «suelo» (mínimo fijo a pagar en la cuota de la hipoteca), u otras sobre el tiempo de demora en los pagos… Delante del notario no tienes apenas tiempo para informarte antes de suscribir la hipoteca. Actualmente para los papeles de la dación en pago o las nuevas escrituras, hemos reclamado (y conseguido, el grupo de afectados) tener los papeles dos días antes de la firma. Un afectado pidió hace poco la documentación para la dación en pago, y el banco se la facilitó para que firmara. De momento todavía no lo ha hecho, porque no lo vemos claro…
-Dilaciones, «pérdidas», «espera» hasta el 15 de mayo, hostilidad de los directores de sucursal… ¿Responde ello a un plan global por parte de Catalunya Caixa y Blackstone?
Es una estrategia de desgaste. Diario. Llevamos así desde noviembre. Se trata, además, de una estrategia que se repite con los diferentes «fondos buitres». Todos han hecho lo mismo. La idea es «quemar» a la gente, que renuncie a reclamar los derechos y, mientras, que los plazos corran… Y no hay que olvidar la problemática global. En 2014, según el INE, se han iniciado 70.078 ejecuciones hipotecarias sobre vivienda (34.680 en vivienda habitual), un 7,4% más que en 2013. Esto significa que 34.680 familias viven con la espada de Damocles del desahucio.
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