Los ministros de Defensa de ambos países, Carmen Chacón y Juan Manuel Santos, se reunieron a primeros de julio en Madrid para ponerse de acuerdo en cómo colaborar en el envío de tropas a Afganistán. Se trataba de «reforzar» militarmente la base española de Qai-i-Naw situada al noroeste de Afganistán. Ahora, mes y medio más […]
Los ministros de Defensa de ambos países, Carmen Chacón y Juan Manuel Santos, se reunieron a primeros de julio en Madrid para ponerse de acuerdo en cómo colaborar en el envío de tropas a Afganistán. Se trataba de «reforzar» militarmente la base española de Qai-i-Naw situada al noroeste de Afganistán.
Ahora, mes y medio más tarde, el gobierno colombiano acaba de enviar a cien «expertos» para ver cómo poner en marcha la participación en la ocupación militar a la que la Comunidad Internacional denomina ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad)
Conviene recordar que Colombia encabeza la lista de los países con más violaciones de los derechos humanos, el de asesinato de dirigentes sindicales y también la de perceptor de ayuda militar de EEUU. También se podría añadir que Colombia, bajo la tutela y ocupación de EEUU, es el país que más amenaza y desestabiliza Latinoamérica.
Es de suponer que algo tendrá que ver el Gobierno colombiano con la situación en la que se encuentra su país y que la «colaboración» prevista sólo es un paso más en la línea de integrar y de «legalizar» las irregularidades con las que actúa el Gobierno y en las viven, sufren y mueren sus gentes, los colombianos.
Lo que sí parece evidente es que el gobierno de Zapatero no podrá dar una explicación convincente de semejante alianza, ni de las razones para continuar con la ocupación militar. La oposición -si la hubiera realmente- tampoco se la exige.
En todo caso se trata de un programa político-militar de injerencia con intereses geoestratégicos cuya misión inmediata a medio y largo plazo es mantener la ocupación y someter por la fuerza a un país, a Afganistán. La situación empeora cada día y los ocupantes, de los que el ejército español forman parte, son responsables directos de acuerdo con el Derecho Internacional.
El pretexto para el envío de tropas es la lucha contra el narcotráfico, la limpieza de minas y las actividades relacionadas con la ingeniería militar.
Resulta trágico que sea, precisamente, Colombia quien vaya a Afganistán -ni a ninguna parte- a luchar contra el narcotráfico y mucho más a poner en orden nada ni a nadie. Y no menos sorprendente es que se utilicen los mismos pretextos y argumentos que los aplicados en la propia Colombia por las devastadoras fuerzas militares de EEUU.
Mientras la tragedia afgana sigue y se incrementa, la producción y exportación de drogas se multiplica (aunque el dinero de su negocio no aparece), la regresión religiosa y represiva del gobierno títere aumenta: la desolación de la zona es inimaginable. Pero claro, todos «los otros» son insurgentes, talibanes, fundamentalistas y terroristas.
El Gobierno de Zapatero y, ahora, su aliado Uribe, sólo pueden con más de lo mismo aumentar esta tragedia, no saben hacer otra cosa.