Cuando los efectos perversos del «mercado» sobrepasan los límites de lo tolerable dando lugar a un aumento de las desigualdades sociales, a un incremento de la pobreza, de las tasas de mortalidad, de suicidios, a incremento del paro y la precariedad laboral, a dejar sin vivienda, sin sanidad y educación pública y gratuita a millones […]
Cuando los efectos perversos del «mercado» sobrepasan los límites de lo tolerable dando lugar a un aumento de las desigualdades sociales, a un incremento de la pobreza, de las tasas de mortalidad, de suicidios, a incremento del paro y la precariedad laboral, a dejar sin vivienda, sin sanidad y educación pública y gratuita a millones de personas, ¡EUREKA», ya tenemos la solución: créense grupos de sabios y por doquier surgen estos grupos de sabios o expertos ¿ «independientes»? que desde unos despachos ultramodernos, última generación, nos interpretan la realidad social y económica a través de informes con estadísticas en tecnicolor por los que perciben ingentes cantidades de eurodólares.
Los eligen los gobiernos pero se autodefinen como independientes ¿de quien les nombra? y ausentes de ideología (de izquierdas claro). En estos grupos de sabios o expertos encontramos a expresidentes de Gobiernos, exministros, exdiputados, exsecretarios generales de la OTAN, ejecutivos de la banca y de las finanzas, profesores y hasta expertos de los sindicatos que los trabajadores no sabemos quien los ha nombrado y qué intereses defienden, como es el caso del representante de CCOO Miguel Ángel García. En estos grupos no encontramos a ningún parado, a ningún indignado, a ningún trabajador con la vida y la vivienda hipotecada, a ningún pensionista, a ningún representante de las mareas verdes, rojas o de otros colores. En el reino de los sabios-expertos nombrados por los gobiernos los saberes profanos del pueblo al que se le aplicarán sus propuestas, no tienen legitimidad. Estos sabios pontifican sobre las «medidas radicales» para salir de la crisis, una crisis que a ellos no les afectará jamás. «Hay que reducir pensiones, agilizar el despido, salvar a sus bancos, reducir los costes salariales…» Nos dicen que para resolver el problema del paro hay que desproteger a los que tienen empleo. Perciben el mundo como un lugar justo donde cada uno consigue lo que se merece. ¿Qué son las personas, los ciudadanos, los trabajadores, los parados, los pensionistas para estos sabios?
Cifras, estadísticas y votos .
Toda catástrofe económica, sanitaria, social, en la que por otra parte han participado algunos de estos sabios, y sobre todo quienes los nombran, necesita su coartada y para eso están los «expertos acreditados». Surge de este modo la nueva casta denominada «el expertizage» que lo impregna todo, incluidas las organizaciones sindicales. Forman parte de Fundaciones y de poderosos lobbys de presión sobre Gobiernos, organismos internacionales (OMS, OMC, BM, FMI…). Son insaciables. Son como Dios, están por todas partes, lo saben todo y lo ven todo. Son sabios. Y todo quedará legitimado en aras del mercado que nos impone la lógica interna del dominante sobre el dominado, del globalizador sobre el globalizado. Han sustituido la democracia participativa por la democracia profesionalizada, convirtiendo al ciudadano en cliente electoral cuya función es votar cada cuatro años entre ofertas casi idénticas. Ahora nos amenazan incluso con un pacto. Mercado libre y sin ningún control, que es el verdadero causante de la crisis. Los saberes, las formas de vida y sufrimiento del parado, del sometido a un ERE, del que tiene la vida y la vivienda hipotecada, del pobre, del pensionista, no es tenida en consideración. Por que están convencidos de que la víctima es la culpable, en este caso los pensionistas por tener una esperanza de vida demasiado larga. Y no se atreven a decir lo que piensan que consiste en acortar esa esperanza de vida. El FMI se atrevió incluso a manifestarlo. Esta nueva casta de expertos «independientes», «apolíticos» es decir, de derechas, alimentan una lectura maniquea de los procesos históricos de la economía y sus crisis, de la que solo hay una solución: la suya. Dejan indemne la naturaleza social y económica, los determinantes sociales del conocimiento y su función mediadora. Es la derivación tecnocrática que da solo a los expertos-sabios la legitimidad para interpretar y decir la verdad. Lo que se pone en cuestión es el conflicto de intereses en momentos en que conceptos como sindicato, clase social, solidaridad han enfermado a fuerza de silenciarlas.
Hasta que se produzca la insurrección de los saberes profanos, de los saberes sometidos y descualificados.
En tiempos en que los políticos son simples intermediarios del poder económico, cualquier demanda social está condenada al fracaso. El protagonismo de lo participativo, de lo colectivo es cosa de tiempos pasados, es demagogia, cuando no es calificado de antisistema, incluso nazismo y terrorismo. Así que a callar, silencio que lo han dicho los sabios y si alguien no está de acuerdo debe esperar al próximo proceso electoral en el que controlando los medios de comunicación se puede votar entre dos propuestas casi idénticas, debido, entre otras razones, a una transición «modélica» que nos trasladó de un sistema basado en un partido único a otro de dos partidos únicos.
Los sabios nos sacarán de esta a través de más poder al poderoso, de más capitalismo sin control, salvo que digamos, ¡basta ya!, hasta aquí hemos llegado.
Señores sabios, estimado compañero sabio: ante el drama que estamos viviendo millones de trabajadores y ciudadanos no cabe la independencia, no se puede ser neutral. O estáis en el campo de los indignos o en el de los indignados. Estáis obligados a elegir.
[1] Ángel Cárcoba.- Sociólogo, activista sindical, promotor y responsable del departamento de Salud Laboral en CCOO (1977-2006). Autor de varios libros y trabajos publicados: «Democracia, desigualdad y salud», «El amianto en España», «La Salud no se vende ni se delega, se defiende». «Las estadísticas del sufrimiento», «La culpabilización de la víctima», «La salud de los trabajadores tutelada por el mercado», «Costes sociales de la crisis», entre otros.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.