El periodista Pascual Serrano presentó la pasada semana en Canarias su libro Perlas 2, patrañas, mentiras y trapacerías de la prensa española. En sus charlas, celebradas en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, Serrano quiso dejar claro que los medios de comunicación mayoritarios en el Estado Español no son plurales ni […]
El periodista Pascual Serrano presentó la pasada semana en Canarias su libro Perlas 2, patrañas, mentiras y trapacerías de la prensa española. En sus charlas, celebradas en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, Serrano quiso dejar claro que los medios de comunicación mayoritarios en el Estado Español no son plurales ni garantizan la veracidad que cabría esperar de ellos.
Muy al contrario -dijo en Las Palmas- «aquí, tanto en la prensa escrita, como en las radios y en las televisiones, se miente con total impunidad».
Para Serrano «en estos medios, la información se manipula sin ningún tipo de escrúpulos con tal de favorecer los intereses de las empresas que los sustentan. Desde los titulares que se dan sobre un determinado tema hasta los editoriales que se dedican a él, cualquier fórmula es válida si el objetivo es crear un estado de opinión que vaya en sintonía con esos intereses».
En este sentido, el cofundador de Rebelión destacó el caso de Venezuela, «un país que, en los últimos años (esto es, desde que Hugo Chávez fue elegido presidente) ha sido blanco de la tergiversación informativa más feroz por parte de la prensa española».
La reforma constitucional, que fue votada por el pueblo venezolano el pasado 2 de diciembre, fue el ejemplo al que más se refirió Serrano. «Los medios españoles no dejaron de repetir una y otra vez el término vitalicio (referido a la posibilidad planteada en la reforma de que el presidente del país pudiera postularse a más de dos legislaturas consecutivas), pero nada dijeron sobre la prohibición del latifundio o de las horas extras obligatorias para los trabajadores»
A propósito del referéndum, Serrano habló del caso del único muerto que se produjo en medio de ese proceso. «Se trataba del trabajador de una de las cooperativas que hay en el país, quien, además, en el momento en que le dispararon llevaba una camiseta roja (signo inequívoco del chavismo en Venezuela). Desde el primer momento, se supo que fueron los participantes en una manifestación opositora los que habían disparado, pero aquí, ni El Mundo, ni El País, ni ningún otro medio de los llamados mayoritarios presentaron los hechos tal como habían sucedido. Al revés, intencionadamente envolvieron la noticia en una nube de ambigüedad que impidió a la gente saber lo que de verdad había ocurrido».
Frente a fenómenos como este, Pascual Serrano habló de la ocultación y el silencio que se cierne sobre los países y los dirigentes que encarnan las políticas neoliberales en América Latina. «Cabría preguntarse -apuntó- porqué no hay noticias sobre Méjico o Perú, dos naciones en las que, por cierto, ha habido conflictos sociales muy duros en estos tiempos y, en cambio, porqué siempre las balas se dirigen contra Cuba, Venezuela, Bolivia o Ecuador».
Alternativas a una lata de atún
Coincidiendo con el ejemplo peruano, la foto de las supuestas latas de atún con las caras de Chávez y el candidato Ollanta Humala, que se dijo que habían aparecido en la zona del terremoto de Cuzco, fue otro de los nudos de la argumentación del periodista. Para Serrano, «la demagogia electoral de la que los medios, en España y en mundo, acusaron a Chávez y a Humala se basó sólo en la existencia de una sola foto, el primerísimo plano de una única lata sostenida por la mano de un desconocido en no se sabe dónde. De nada sirvió el desmentido que hicieron testigos presenciales como los miembros de la Cruz Roja en la región del desastre (que nunca vieron ninguna lata de atún) o el que hizo la propia embajada venezolana. Nadie, por supuesto tampoco El País, El Mundo o la SER, se hizo eco de ello. Así es cómo se construyen las realidades mediáticas».
En palabras de Pascual Serrano, lo peor de esta práctica, de estas «mentiras repetidas una y cien veces» es que consiguen el efecto que se pretende de ellas. «Al final, la manipulación informativa es la culpable de que Fidel o Chávez sean los líderes peor valorados en las encuestas de opinión, aunque luego se sepa que los encuestados han respondido que España sí es miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, que sí tiene armas atómicas, o que todavía hay tropas españolas en Irak».
La necesidad, pues, de fortalecer los medios alternativos de información centraron la parte final de las charlas del cofundador de Rebelión, quien afirmó que «detrás de los medios no hay ideología, sólo hay dinero» y que, por eso «en el marco capitalista no hay posibilidad de contar con medios plurales. Pese a todo la gente lo que pide es decencia, equilibrio y veracidad. Los medios alternativos somos mejores porque no dependemos de empresas y eso nos hace menos perversos y más democráticos. Ahora bien, hacer que esta tendencia se convierta en un modelo depende de la implicación de los Estados. Habrá que convencer a la ciudadanía y también a los Estados de que crear un marco comunicacional no privado es una urgencia y también una responsabilidad».