No hace falta explicar en qué consisten: los mercados de intercambio o de trueque son más antiguos que el dinero y, probablemente, una de las primeras actividades humanas. Sin embargo, en el modelo económico actual los objetos se tiran a la basura cuando no se necesitan y, por tanto, se pierde la oportunidad de reutilizarlos […]
No hace falta explicar en qué consisten: los mercados de intercambio o de trueque son más antiguos que el dinero y, probablemente, una de las primeras actividades humanas. Sin embargo, en el modelo económico actual los objetos se tiran a la basura cuando no se necesitan y, por tanto, se pierde la oportunidad de reutilizarlos y de evitar los residuos que generan. ¿Por qué tirar algo que todavía tiene vida útil? Ante esta realidad (re)nacen los mercados de intercambio -promovidos fundamentalmente por ayuntamientos, redes sociales y/o asociaciones de vecinos- como medio para dar salida a multitud de objetos que ya no se quieren o no se necesitan, a cambio de otros útiles y sin que el dinero intervenga en la operación. Esta idea está haciendo que vuelva el hábito del trueque y que cada vez haya más municipios que se sumen a ella.
La finalidad de los mercados de intercambio es satisfacer las necesidades materiales o de servicios de los ciudadanos al margen del sistema de mercado convencional. Existen distintas variantes según el tamaño, el ámbito geográfico o el modo de funcionamiento, pero los objetivos son siempre los mismos: recuperar la cercanía y establecer relaciones de confianza entre las personas, y reflexionar sobre el consumo responsable y el modelo actual de «comprar, usar y tirar». En este sentido, una meta alcanzable es conseguir mejorar la cultura de la reutilización e incidir, en cierta medida, en la reducción de los residuos -aunque no sea numéricamente significativa- sobre todo de objetos voluminosos o de reciclaje complejo, como son los aparatos electrónicos -con elementos muy contaminantes-, ya que en el mercado se puede intercambiar cualquier objeto o aparato que esté en condiciones de ser usado.
Estas experiencias pueden ser interpretadas como una respuesta de la ciudadanía frente a la crisis y una búsqueda de nuevas maneras de vivir de forma independiente al mercado. Pero «también se puede considerar que todo esto se inserta en corrientes que entroncan con prácticas de vida en comunidad que se remontan a los años sesenta y setenta, sobre todo en Alemania, y en las que se preconizaba un modo de vida regido por principios ecologistas», dice Joan Martínez Alier, profesor de Economía de la UAB. Martínez Alier estima que en los últimos años se han asentado nuevos valores sociales, ha crecido la convicción de que los recursos naturales son limitados, hay una crisis climática y estamos ante «el pico del petróleo que ya anunció en 1950 el geólogo Hubbert». Y ante todos estos hechos cobra importancia la conciencia de que existen límites ecológicos al consumo.
El blog «Ecosistema urbano, conocimiento para ciudades sostenibles» hace un análisis de este fenómeno explicando las claves del proyecto, los objetivos, las actuaciones, los instrumentos…, con experiencias centradas en el caso de Cataluña, pionera en España en este tipo de iniciativas y donde existen actualmente muchos mercados de intercambio.
Un instrumento clave para potenciar el funcionamiento de estos mercados es su difusión, especialmente a través de internet (aunque a nivel local se siguen publicitando por otros medios como carteles o anuncios). Este es el caso de la web «yonolotiro», un mercado virtual que cumple cuatro meses en la red y que se ha convertido en un lugar donde encontrar todo tipo de objetos diferentes, de forma accesible y sencilla. Se fomenta el trueque, el regalo de productos de segundo mano, la venta e incluso el alquiler de aquellos enseres que sólo se utilizan en alguna ocasión y no se necesitan en propiedad.
Iniciativa del Gobierno de Navarra y la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, forma parte de uno de los ejes de actuación del Plan Integrado de Gestión de Residuos de Navarra (PIGRN), y se ha convertido, además, en un recurso económico para muchos sectores, tanto para quienes recogen, clasifican, limpian, reparan y venden los objetos de segunda mano -como es el caso de la reutilización de voluminosos que hace Traperos de Emaús-, como para quienes pueden comprar a precios baratos. La reutilización hace accesible el consumo a personas que de otra forma no podrían disfrutar de ciertos productos y, por otra parte, genera empleo.
Yonolotiro.es pretende ser una herramienta para fomentar el consumo responsable; reducir y prevenir la generación de residuos; reutilizar, compartir e intercambiar enseres; transmitir hábitos de prevención y ofrecer una oportunidad práctica de reutilización; además de fomentar la solidaridad y crear espacios de encuentro entre los ciudadanos.
En el ámbito de la provincia de Segovia hay dos iniciativas de este tipo: El Mercadillo de La Losa, un sábado al mes en esta localidad, y el Mercadillo del Trueque en la plaza de José Zorrilla de Segovia, el último domingo de cada mes.
Información y fuente:
Ecosistema urbano «Mercados de intercambio»
La Vanguardia «Mercados de intercambio y bienes compartidos abren nuevos modelos de consumo»
Intercambis «Mercados de intercambio de Cataluña»
Mercado de intercambio «yonolotiro»
Fuente: http://economiasolidaria.org/noticias/los_mercados_de_intercambio_en_auge