Recomiendo:
0

Los colectivos sociales auguran un giro a la derecha durante la próxima legislatura

Los movimientos frente a la derechización

Fuentes: Diagonal

Activistas del movimiento por el derecho a la vivienda, el ecologismo, el feminismo y los derechos humanos interpretan el escenario resultante de las elecciones generales desde el prisma de su lucha y los retos para la próxima legislatura. Con más del 80% de voto concentrado en los dos partidos mayoritarios, el resultado de las elecciones […]

Activistas del movimiento por el derecho a la vivienda, el ecologismo, el feminismo y los derechos humanos interpretan el escenario resultante de las elecciones generales desde el prisma de su lucha y los retos para la próxima legislatura.

Con más del 80% de voto concentrado en los dos partidos mayoritarios, el resultado de las elecciones generales ilustra la consolidación del bipartidismo en el sistema político español, una realidad que se viene afianzando desde la Transición. Un bipartidismo que deviene monopartidismo, ya que, como señalan diversas voces, el PSOE ha pasado a monopolizar el espacio de la izquierda parlamentaria. Las razones son diversas: de un lado, el ‘voto útil’, marcado por el miedo «a que vuelva el PP», que el PSOE ha azuzado y rentabilizado en la campaña. Del otro, una ley electoral que favorece a los grandes partidos y a las formaciones concentradas en un territorio. De fondo, el estrepitoso declive de Izquierda Unida que no se explica únicamente por la Ley d’Hondt. La abstención crítica, enraizada en el descontento de la izquierda y en la no representación de la izquierda abertzale tras su ilegalización, dista de ser representativa.

En cuanto al escenario resultante, activistas de diversos movimientos sociales hablan de la creciente derechización del panorama político y de las pocas diferencias entre PP y PSOE en cuanto a políticas económicas, medioambientales, igualdad de género real, noción de Estado, derechos humanos… La agenda de los movimientos sociales no parece caber en la de los partidos.

VIVIENDA
Alda Colau (V de Vivienda – Barcelona)

La victoria socialista plantea en materia de vivienda un escenario parecido al de la legislatura anterior. La mala noticia es que el PSOE ya ha demostrado que no tiene intención de enfrentarse a los grandes intereses financieros ligados al mercado de la vivienda y aún lo estará menos si finalmente pacta con CiU. La buena noticia es que el mismo PSOE, por el electorado del que depende, no puede mostrarse insensible a las demandas sociales. Así, hemos visto cómo en los dos últimos años las movilizaciones masivas por el derecho a la vivienda han obligado a los socialistas a empezar a proponer medidas. Estas actuaciones han sido en el mejor de los casos insuficientes, en la mayor parte continuistas y cómplices del sector constructor y financiero: construir un millón y medio de VPO en lugar de obligar a las más de tres millones de viviendas vacías a cumplir su función social o la «renta de emancipación» de 210 euros, que irá a engrosar las cuentas de los propietarios en lugar de regular el mercado de alquiler para garantizar una oferta masiva, accesible y estable. En varios países europeos multan y expropian pisos vacíos o regulan el precio de los alquileres. La clave seguirá siendo la misma: avanzar en derechos sociales como el de la vivienda no estará en manos de ningún partido, sino de que la sociedad civil decida ser protagonista y se movilice para hacer efectivos sus derechos.

ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE

Luis González (Ecologistas en Acción)

Definitivamente las elecciones han arrojado un mal resultado: el PP ha subido con una campaña de claros tintes fascistas, y hemos avanzado hacia el bipartidismo entre dos propuestas iguales en el fondo. Con el derrumbe de IU y del resto de la izquierda parlamentaria, el PSOE es muy posible que pacte con los nacionalismos de derechas para gobernar durante el próximo cuatrienio. Sin duda es una mala noticia que reforzará las políticas más desarrollistas frente al necesario decrecimiento. Por ejemplo el PEIT, con su apuesta por las autovías y el AVE, tendrá eco en CiU y el PNV, como lo atestigua la ‘Y vasca’. En política hidráulica es previsible que ganen más peso las políticas de aumento de la oferta. A nivel energético ni el PSOE ni CiU ni el PNV pasan de las palabras a los hechos en la imprescindible reducción del consumo energético. Además las políticas neoliberal- globalizadoras, con la defensa de las transnacionales «españolas» y la liberalización del comercio internacional, seguirán siendo norma. Todo ello va a redundar en que no habrá una lucha real contra el cambio climático, y algo similar podemos decir del resto de problemas ambientales y sociales.

Pero el campo de juego no será sólo el Parlamento. El especulador Soros ya dijo que «la ciudadanía vota cada cuatro años, pero los mercados lo hacen todos los días». Y nuestras luchas también son todos los días así que, en parte, de nosotr@s depende qué políticas terminen emergiendo del próximo Gobierno.

MOVIMIENTO FEMINISTA

Justa Montero (Feminista)

El resultado de las elecciones deja, desde mi punto de vista, un complicado panorama. Más allá del alivio que representa la derrota del PP, la situación es preocupante, en primer lugar por el mayor apoyo social a un PP integrista y ultraconservador que reflejan los resultados; en segundo lugar por la menor presencia de la izquierda más receptiva, en términos generales, a las propuestas de un feminismo independiente y crítico. El bipartidismo resultante simplifica la realidad de la sociedad y augura una derechización del panorama político, que es una amenaza para las demandas de los movimientos sociales y del feminismo en particular. Son muchas las exigencias feministas pendientes que se tienen que resolver en estos próximos cuatro años. De entrada quiero aclarar que para ello es necesario que exista un compromiso claro y una política decidida, y no declaraciones de buenas intenciones, de defensa de los derechos de las mujeres. Esto es contradictorio con realizar concesiones a quienes, desde la judicatura, el empresariado, la clase médica ¡y ni qué decir de la jerarquía eclesiástica! tratan de obstaculizar el desarrollo de los derechos adquiridos y frenar cualquier avance.

Las exigencias feministas chocan con mantener los acuerdos con la Santa Sede, con seguir financiando a la Iglesia, con la ley de Extranjería, con un «diálogo social» que no ponga encima de la mesa lo que establece la propia ley de igualdad, en general con una política que deja fuera las necesidades y derechos de muchas mujeres, de las trabajadoras precarias, de las cuidadoras, de las empleadas de hogar, de las trabajadoras del sexo. Otras cuestiones pendientes, no resueltas en la anterior legislatura y que requieren abordajes integrales y urgentes son el aborto y la violencia sexista. Dos temas que dejan claro que las leyes vigentes plantean serios problemas y que éstos no se resuelven sólo con leyes sino que requieren muchas otras medidas (sociales, educativas, económicas), y un compromiso social real de respeto a la libertad y autonomía de las mujeres.

ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

Juan Ibarrondo (Periodista y escritor)

Desde el punto de vista de la ordenación del territorio hay límites que no se pueden traspasar, que quedan fuera del juego electoral, como hemos visto con el rechazo del Plan Ibarretxe o del Estatuto catalán. El derecho a decidir, el sujeto de decisión, sigue residiendo en la nación española, es decir en las élites que gobiernan el chiringuito español. Otra cosa es que la práctica social del independentismo, o soberanismo, sea tan pujante que obligue al Estado a negociar. Desde mi punto de vista eso sólo sería posible desde un movimiento social fuerte que, desde la izquierda sociológica, seduzca a los sectores españolistas del País Vasco o Cataluña conformando mayorías incontestables. La derecha regionalista ya ha demostrado su incapacidad para hacerlo, más atenta a sus intereses económicos y partidistas. Sin embargo, el fracaso del intento de negociación de la izquierda abertzale y ERC con el PSOE, desde distintos parámetros, da lugar al hundimiento electoral de los catalanes y la ilegalización de los vascos; también, aparentemente, al fortalecimiento de los socialistas. Habrá que ver entonces cómo reacciona el soberanismo en Euskal Herria y Cataluña ante ese fracaso. Mirando a una Europa en pleno proceso de reestructuración y a un Estado español anclado en el más rancio españolismo.

LO QUE NOS PREOCUPA

Gerardo Márquez (Coordinadora de inmigrantes)

Desde la Coordinadora de inmigrantes de Málaga nos preocupa que los partidos mayoritarios se refirieran a los inmigrantes en clave de expulsión, jactándose de quién regularizó menos y/o quién nos visualizo con más vehemencia únicamente cómo fuerza de trabajo. Que se nos criminalice, que se responsabilice a la inmigración de las deficiencias en la seguridad social o la educación. Quieren que trabajemos en las obras, que cosechemos, que seamos cuidadores y realicemos aquellos trabajos que los trabajadores autóctonos han abandonado. Y a la vez que seamos invisibles, fácilmente deportables, sumisos, y no tengamos derecho ni a salud ni educación ni vivienda, sin ningún tipo de seguridad social. Nos preocupa que no se hable de que han dejado sin posibilidad de participación a mas de un 10% de la población, sabemos que sólo podremos hablar de integración con los mismos derechos y obligaciones. Por todo esto, esperamos que se nos escuche y se nos de la posibilidad de opinar y participar, y que el Gobierno entrante rectifique sus pasos, y cese en la persecución a los inmigrantes.

POLICÍA BUENO Y POLICÍA MALO

Jorge del Cura (Coordinadora Contra la Tortura)

Ambos partidos mayoritarios han defendido, en materia de represión, los mismos métodos: mantenimiento de la Ley de Partidos, negativa a plantear modificaciones en la legislación antiterrorista (recomendaciones del Comité Europeo para la Prevención de la Tortura y del Comité Contra la Tortura de la ONU), endurecimiento y ampliación del Código Penal… Es cierto que el ‘talante’ a la hora de plantear estas cuestiones ha sido diferente: mientras el PSOE interpretaba el papel del ‘policía bueno’, el PP asumía el papel del ‘policía malo’. Pero, al mismo tiempo, en ocasiones, los responsables del PSOE han ‘presumido’ de ser ‘más malos’ que los del PP.

Así Zapatero llegó a manifestar su satisfacción porque el actual Código Penal, elaborado cuando el PSOE gobernaba en 1995, era más duro que el código penal franquista, o porque, durante la última tregua de ETA, su Gobierno había acercado a menos presos a Euskadi que el Gobierno del PP durante la tregua anterior… Los resultados de las elecciones del 9-M, y el análisis de la campaña previa, no hacen prever ningún avance para los DD HH y en la lucha contra la represión. Al contrario, esta pretensión de ser más duro que el otro partido, de ser el «mayor defensor de la tolerancia cero», podría arrastrarnos en una escalada de medidas represivas y de violencia institucional a cargo de los futuros gobiernos. Uno de los puntos básicos que serán claves en la próxima legislatura ya ha sido avanzado, y es cómo afrontar el aumento de las legislaciones represivas y criminalización de más y nuevos sectores sociales. Hasta la fecha nos hemos topado con una falta de voluntad política de poner en marcha un mecanismo realmente eficaz para prevenir y ayudar a erradicar la tortura en el Estado español.