Alrededor del 90% del calentamiento del planeta queda acumulado en los océanos. El estudio de las temperaturas en el mar es clave. ¿Cómo se mide la temperatura de los océanos? Con un sistema llamado «Argos», que consiste en una flota de bollas automatizadas. Hay unas 3.500 de estas boyas repartidas por todos los océanos del […]
Alrededor del 90% del calentamiento del planeta queda acumulado en los océanos. El estudio de las temperaturas en el mar es clave.
¿Cómo se mide la temperatura de los océanos?
Con un sistema llamado «Argos», que consiste en una flota de bollas automatizadas. Hay unas 3.500 de estas boyas repartidas por todos los océanos del mundo. Se hunden hasta unos 2.000 metros de profundidad y cuando vuelven a la superficie envían por satélite los datos de temperatura que han recogido.
¿Cuáles son las conclusiones del nuevo estudio publicado?
Que los océanos se están calentando un 13% más rápido de lo que hasta ahora pensábamos, y que el fenómeno está acelerando.
«Este estudio muestra que, durante los últimos 50 años, los océanos han absorbido más calor de lo que la comunidad científica creía hasta ahora. La sensibilidad de los océanos frente al dióxido de carbono en la atmósfera es aún mayor.»
Los océanos contienen la memoria del cambio climático. Las altas temperaturas en la superficie se ven amplificadas por el calor acumulado en el agua más profunda. Este proceso es una de las razones por las que 2016 fuese el año más caluroso en los registros, superando a 2015, que también supuso un record a su vez. Eso provoca que cada vez haya más huracanes, más olas de calor, más sequías y más incendios forestales en el planeta.
Que aumenten las temperaturas del océano no sólo afecta a la vida marina (por ejemplo, matando a los corales). Las altas temperaturas en la superficie hacen que se produzca más vapor de agua, aumentando así los riesgos de eventos climáticos extremos.