La dedocracia mandará en el jugoso pastel de los espacios de la Expo y la gestión de los mismos. Aún no ha empezado a andar y ya se habla de cargos a dedo, comisiones por decreto y otras lindezas. Y lo dicen hasta los propios políticos, no crean. El Ayuntamiento de Zaragoza ha dado los […]
La dedocracia mandará en el jugoso pastel de los espacios de la Expo y la gestión de los mismos.
Aún no ha empezado a andar y ya se habla de cargos a dedo, comisiones por decreto y otras lindezas. Y lo dicen hasta los propios políticos, no crean.
El Ayuntamiento de Zaragoza ha dado los primeros pasos para constituir una sociedad municipal que gestione los proyectos pos-Expo de la ciudad, tanto los que atañen a la reconversión del meandro de Ranillas a partir del 15 de septiembre como los grandes planes para otras zonas como la Milla Digital. Esta amplitud de objetivos y la inconcreción de las funciones de esa sociedad municipal son como para preocupar, teniendo en cuenta que parten de los que directamente son los gastadores de pasta, o sea la comisión de Economía y Hacienda del ayuntamiento.
El PP votó en contra y CHA e IU se abstuvieron a la espera de que esta semana el teniente de alcalde de Economía y Hacienda concrete la función de esta sociedad. En el caso de IU, el concejal, José Manuel Alonso, sí lanzó una advertencia en el sentido de que el apoyo de su partido pasará por que el ámbito de competencia de la sociedad se ciña al futuro del recinto Expo y, como mucho, a las riberas de la ciudad. No a otros grandes proyectos como, por ejemplo, la Milla Digital.
Se presentaron el 22 de julio los estatutos de esta nueva institución, en los que figura como objetivo el desarrollo de la sociedad del conocimiento de Zaragoza y el del recinto Expo una vez finalizada la muestra. Sociedad pública, pero que se gestionará como una empresa privada con todo lo que ello conlleva. Ejemplos de cargos puestos a dedo y gestión poco clara no faltan en casos de otras sociedades como las encargadas de la gestión ambiental o ganadera en Aragón (Inaga, Sirasa, Sodemasa), que se han convertido en ejemplos del cachondeo y amiguismo más absoluto. Ello por no hablar de sociedad mixtas de capital público y privado como Aramón.
De momento queda claro que el consistorio prevé nombrar personas que no son concejales y que las competencias son tan amplias que pueden incluso anular las de la Gerencia de Urbanismo. Lo que apunta a recolocar a toda una serie de vividores Expo que bien podéis buscar entre los altos cargos del engendro. Ya suenan nombres en las quinielas como el jefe de área del Plan de Acompañamiento del Consorcio Expo, Javier Monclús, o el director general de Operaciones de la Sociedad Expo, Jerónimo Blasco.
Además la actividad de esa sociedad quedará exenta del cumplimiento de plazos y controles que sí se exigen en el ayuntamiento, contando con fondos de libre disposición y cargos a los que no se eligen en las urnas y que, siendo de libre designación, pueden tener el salario que la sociedad considere oportuno y el tiempo y tipo de contrato que le apetezca a los que les coloquen en tan apetecible plaza.
Además conviene no olvidar que se está metiendo en un mismo paquete Ranillas y el extraño barrio de la Milla Digital, un conglomerado de edificios ultramodernos en el que están especialmente interesadas algunas empresas como Acciona, una de las grandes beneficiarias del evento o la constructora Nozar, en situación económica más que delicada en estos momentos, con lo que el poder que acumularía esa sociedad en la gestión urbanística de Zaragoza sería realmente inmenso.