El Colectivo de Presos Políticos Vascos ha dado un salto en la protesta rotatoria que mantenía desde enero y ha anunciado el inicio de una huelga de hambre indefinida en las prisiones, desde hoy mismo. En el comunicado en el que dan cuenta de esta iniciativa instan a los gobiernos español y francés a «poner […]
El Colectivo de Presos Políticos Vascos ha dado un salto en la protesta rotatoria que mantenía desde enero y ha anunciado el inicio de una huelga de hambre indefinida en las prisiones, desde hoy mismo. En el comunicado en el que dan cuenta de esta iniciativa instan a los gobiernos español y francés a «poner su política carcelaria en clave de solución» y a dejar de utilizar a los prisioneros vascos como «secuestrados». Recuerdan que EPPK tiene cuatro interlocutores designados.
El Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK) ha comenzado esta pasada medianoche una huelga de hambre indefinida que se enmarca en la dinámica de «lucha permanente» que inició a principios de enero con el objetivo de exigir su repatriación y el respeto a sus derechos fundamentales, así como el reconocimiento del estatus político de cara a garantizar su participación en el proceso político.
En un comunicado, el Colectivo recuerda que, dentro de esa dinámica, durante estas últimas semanas se han llevado a cabo plantes, encierros y actos de propaganda en las prisiones. «Por contra, en los gobiernos [español y francés] sólo hemos observado una actitud punitiva; nos han abierto expedientes disciplinarios y nos han denegado las comunicaciones, además de vulnerar otros derechos», denuncia.
«Por tanto, damos un nuevo paso con esta huelga de hambre indefinida. Y nos reafirmamos en nuestra disposición a seguir con esta dinámica de lucha indefinida hasta que nos sean aplicados todos y cada uno de nuestros derechos, así como nuestro estatus político», prosigue el texto de los prisioneros, que agregan que «sólo así nos haremos con unas condiciones de vida dignas; sólo así ocuparemos el espacio natural que nos corresponde en el proceso político vasco».
Demanda de cambio
Es en ese punto cuando EPPK hace llamamientos a los ejecutivos liderados por José Luis Rodríguez Zapatero y Jean-Pierre Raffarin: «Les emplazamos a que nos repatríen y respeten todos nuestros derechos; a que sitúen sus políticas penitenciarias en clave de solución del conflicto político vasco; y, finalmente, a que se pongan en contacto directo con la interlocución, que es la única voz y representación de nuestro Colectivo, para dar un vuelco a la política penitenciaria y terminar con el aislamiento político».
De hecho, en el texto EPPK se reafirma en el reconocimiento a la figura de la interlocución y de sus integrantes: Juan Lorenzo Lasa, Anabel Egues, Daniel Dergi y Argi Perurena. «Andarán en vano todos aquellos que pretendan actuar maliciosamente y con el objetivo de enredar con compañeros que no son interlocutores y sobre cuestiones que no son relativas a nuestros interlocutores. Será mejor que ni emprendan ese camino, ya que nuestro Colectivo no claudicará en la lucha en favor de Euskal Herria ni en la que llevamos a cabo por el estatus político», advierte.
El comunicado continúa con el agradecimiento del Colectivo a «todas aquellas personas que han tomado parte en las movilizaciones populares celebradas en el contexto de la lucha que llevamos a cabo por nuestro derechos», y es que, a su entender, «el respaldo popular y amplio es la mejor garantía para seguir dando pasos adelante».
Es por ello que, en la parte final del texto, EPPK emplaza al conjunto de la ciudadanía vasca a «reforzar la dinámica en favor de los presos, tal y como lo estamos haciendo nosotros. ¡Lo conseguiremos!», asevera.
«Razones sobradas»
En una entrevista publicada la pasada semana, Argi Perurena ya recordaba que esta dinámica de movilizaciones se presentó desde un principio con carácter permanente y que se prolongará en el tiempo hasta que no se reconozcan los derechos del Colectivo de Presos.
«Tenemos razones sobradas y más que suficientes para estar hartos, por lo que estamos preparados para dar sin dudas nuevos pasos en nuestra lucha. Si no cambian la situación carcelaria, endureceremos nuestra lucha», adelantó la representante de los prisioneros.
Perurena, encarcelada desde 1999 y actualmente en la prisión parisina de Fleury-Merogis, subrayaba que, entre sus demandas, se hallaban exigencias como «terminar con las torturas y los malos tratos, con las palizas y con el aislamiento». También hacía referencia a la excarcelación de los presos enfermos, o a derechos como estudiar y vivir en euskara.
Además, reclamaba derechos políticos como los de reunión y organización, a fin de poder tomar parte, en calidad de agentes, en un eventual proceso de resolución del conflicto en Euskal Herria.
Antecedentes
Tal y como resalta EPPK en su comunicado de ayer, los estados han respondido con castigos a esta dinámica de movilizaciones. Sin ir más lejos, Askatasuna indicó ayer mismo que en el módulo rojo de Brieva se llevaron a cabo registros en los que los funcionarios arrojaban al suelo y rompían las pertenencias de los presos.
En setiembre del año pasado, el Colectivo de Presos Políticos Vascos ya puso en marcha un encierro en todas las cárceles para «denunciar el estado de excepción que sufre EuskalHerria» y para exigir su repatriación y su derecho a tomar parte en el proceso político del país.
Durante el primer fin de semana de octubre, los presos realizaron una huelga de comunicaciones.
Las protestas se intensificaron con la llegada de 2005. El 4 de enero comenzó una serie de encierros rotativos de diez días, que ha alcanzado a todas las cárceles donde hay presos políticos vascos. Durante más de dos meses, la movilización de los encarcelados también ha tenido reflejo en las calles, donde se han celebrado numerosas concentraciones y manifestaciones, y en las que han participado miles de personas.
La demanda de los presos ha llegado a las instituciones con diferente resultado. Como dato más revelador, en el Parlamento de Gasteiz, frente a la propuesta de SA, se aprobó un texto del tripartito formado por PNV, EA y EB en el que no se mencionaba de manera expresa el derecho de los presos a participar en el proceso político. En numerosos ayuntamientos se han aprobado mociones centradas en la repatriación.