No hay tiempo para más dilaciones. Ni para andarse por las ramas. La primera frase es el título del documento con el que Julio Anguita ha abierto la caja de Pandora en IU tras el batacazo electoral. La segunda es el espíritu que porta el histórico dirigente, que visita el viernes Huelva para participar en […]
No hay tiempo para más dilaciones. Ni para andarse por las ramas. La primera frase es el título del documento con el que Julio Anguita ha abierto la caja de Pandora en IU tras el batacazo electoral. La segunda es el espíritu que porta el histórico dirigente, que visita el viernes Huelva para participar en una charla-coloquio en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Empresariales. Sin pelos en la lengua, apela a la valentía de sus camaradas para debatir el futuro de la izquierda en España y salvar a la coalición.
«La izquierda ideológica española para el siglo XXI». El tema no da para una charla-coloquio, da para cientos de ellas…
Realmente se trata de explicar la propuesta que llevé al Comité Federal del PCE sobre la crisis de IU. Naturalmente, al proponer soluciones, lo que estoy haciendo es insertar el concepto de izquierda en el siglo XXI, pero lo que voy a explicar es ese documento.
¿Esperaba las reacciones que ha habido tras salir a la luz pública?
No. Yo esperaba que, por lo menos, iba a ser discutido serenamente. Lo que ocurre es que ha levantado polvo como consecuencia de que unos entienden que es una especie de ataque a IU -que yo no sé dónde está-; otros que, como estamos siempre en la teoría conspiratoria, puede haber determinadas maniobras no sé para qué; y hay una parte -desde luego, afortunadamente, la más importante- que está dándose cuenta de que se trata de una propuesta que espera que sea discutida y que haya otras que se le opongan con contenidos tan concretos como la mía. Es decir, donde yo digo a, que alguien diga b -no hable en plan de humo-. Por tanto, se trata de una apuesta política, ideológica, teórica… la propuesta de un proyecto político, en esta hora de la izquierda unida de España.
Hay quien piensa en su partido, sin embargo, que usted crea un problema cuando menos lo necesita IU.
La gente es muy hipócrita y, si son algunos militantes de mi partido, todavía peor porque un comunista no puede ser hipócrita. Yo no he creado ningún problema. Yo he dicho dónde están los problemas. Lo que pasa es que la gente quiere callar, prefiere vivir soñando a conocer la verdad. Pasa como con el famoso niño que dijo «el rey está desnudo». Hay personas que quieren callar u ocultar una tremenda crisis, una situación prácticamente final, y no quieren que se hable. Pero claro, estas hipocresías son las que han ido conduciendo a IU, y también al PCE, a la situación en que se encuentra, cuando lo que yo he intentado es airear que se abra un debate, que no lo he conseguido en tres años y medio como coordinador del proyecto del manifiesto-programa porque ha habido escalones de las direcciones que no han querido debatir. Tienen miedo a entrar en debate, producto muchas veces de la ignorancia y de determinadas prebendas -muy pocas, pequeñas-, y que es el que hace que la gente le tenga miedo a algo que ha sido tan importante en la cultura comunista: el debate abierto, limpio y entre camaradas.
¿Por qué si hace tres años no dio resultado cree que lo puede dar ahora?
Porque hay que insistir. Hace tres años iniciamos -todavía estamos en ello- lo que podía haber sido el debate para el manifiesto-programa del PCE. Esto una propuesta para IU, aunque naturalmente todo está indisolublemente ligado. Espero que ante la situación que ha ocurrido tras las últimas elecciones, ante la caída libre en picado en que está planteada IU, la gente, en vez de morir en la extinción, de morir callando, abra las puertas y ventanas, abra los oídos, piense con su cabeza y debata para ver cómo salimos de esta situación. Creo que eso es lo honesto y lo correcto. Y, además, lo revolucionario.
Qué personas son las que, según dice, no favorecen este debate.
Yo nunca doy nombres, ¿sabe usted por qué?
¿Por qué?
Porque sí los doy en el debate de mi organización. Una de mis características es que yo nunca he debatido a través de los medios de comunicación, sino en la cara de los demás, escuchando sus opiniones, sus argumentos y dando los míos.
Al menos dígame por qué no quieren generar ese debate.
Repito. Hay un miedo a toda innovación, un miedo a debatir. Pero eso no es exclusivo de nuestra organización, pasa en todas. Lo que pasa es que en esta España nuestra, en la que se ha impuesto durante siglos que hay que tener un pensamiento uniformado, después se ha ido metiendo en las distintas organizaciones y cuando hay crisis se prefiere ir tapando para que no se sepa. Esto es una actitud muy propia de esas familias del siglo XIX que no querían que nadie se enterase de lo que le había pasado a la niña ¿no? Era algo que estaba mal visto.
Sí, y al final, todo el mundo se acaba enterando.
Sí, y mandaban callar, callar y callar. Bueno, pues hay que procurar que esa mentalidad se extinga, que la gente tenga la valentía de debatir. Todos apostamos por un proyecto de transformación de la sociedad, pero con miedo… con miedo no vamos a ningún sitio.
Para aquellos que aún no conozcan su documento, ¿me lo puede resumir?, ¿cuáles son los puntos más importantes?
Hay una primera parte digo que IU está prácticamente acabada pero que todavía hay un resquicio y ese resquicio está en la situación en la que están los trabajadores. No tenemos derecho a dilapidar la herencia de la izquierda, siguiendo metidos en la cápsula en la que nos hemos metido, en la cápsula de miedos, cuando los trabajadores están sufriendo las consecuencias de esta desaceleración del capitalismo y la crisis económica. Y después hay ocho puntos de propuesta: IU como movimiento político y social, que tenga una democracia radical, que haya una legalidad interna que se respete, unos estatutos totalmente acatados, la elaboración colectiva como la seña de identidad más importante de lo que es IU y después trabajar para ir construyendo el espíritu republicano que desemboque en la III República Española.
Llamazares, tras trascender el documento, negó que en IU haya seguidismo al PSOE. ¿Usted lo comparte?
La idea de que ha habido seguidismo al PSOE no ha sido sólo mía ni he sido el primero. Ha habido desde documentos como el del comité central del PSUC viu -los comunistas de Cataluña- a otros documentos que han aparecido: un documento del PCA que está en fase de discusión; un documento del compañero Manuel Moreteo; otro del compañero Enrique Santiago, otro de Javier Navascues, otro de Diosdado Toledano y de Pedro Montes… y así un largo etcétera. Y, qué cosa más curiosa: en la inmensa mayoría todos dicen que IU ha pecado de hacer el seguidismo al PSOE. El mío es uno más, pero yo no lo vengo diciendo ahora. Incluso recuerdo hace ya sus cinco o seis años haberle escrito al compañero Llamazares un largo documento dándole mis puntos de vista sobre la situación de IU, cosa que nunca hemos sacado a la luz ni tampoco tengo interés. Es decir, que en mí no es un ninguna cosa producto de la improvisación, sino de lo que hemos ido viendo tanto en los debates y en las votaciones de la Cámara como en las actitudes de encontrarse siempre ante el dilema de que viene la derecha. Y ya hemos visto lo que pasa con la derecha. Fíjese también en lo que le ha ocurrido a la izquierda italiana: todos contra Berlusconi, Berlusconi ganó.
Lo de la renovación de los cargos parece que sí ha inquietado bastante.
ueno, no tenía por qué. Porque yo hace ya ocho años que dejé todo tipo de cargo -bueno, soy dirigente del PCE, de IU soy militante de base- no soy concejal, no soy diputado, no soy nada y estoy políticamente muy activo, en una segunda línea. Hago escritos, intervengo en asambleas, hemos creado colectivos para el debate, estoy como coordinador del debate del manifiesto-programa y más cosas. Recuerdo que cuando la campaña por el referéndum de la llamada constitución europea IU de Córdoba nos encargó al colectivo Prometeo, que somos gente de IU, la preparación de los debates, de los discursos y de las propuestas que teníamos que hacer. Es decir, yo estoy en segunda línea y creo que sigo siendo una persona muy activa en política. Creo que si los demás dirigentes, que llevan tanto tiempo, dieran un paso atrás y se colocaran en segunda fila podríamos aprovechar sus aportaciones sin que estuviesen ya tan desgastados en primera línea.
¿Qué le gustaría que pasara el próximo 19 de junio, que es la Conferencia Política del PCA y el 28 y 29 con la Conferencia Política Federal del PCE?
Me gustaría que los puntos, no mis valoraciones, sino las propuestas que yo hago en los documentos (que por otra parte, ya las conocía el partido, y en una segunda reunión el partido valoró que eran aportaciones que podían incluso en algún momento presentarse ante IU como alternativa -eso fue el 8 de mayo-, y que yo he explicado en el congreso del PSUC con el secretario general delante), como hay tanta gente que las comparte, que fuesen asumidos como los puntos que estructuren a la nueva IU.
Se lo pregunta de otra forma: ¿es usted optimista, le augura un futuro mejor a IU o al partido después de esta crisis?
Si la gente quiere, soy optimista. Si no quiere, seré pesimista. No depende de ningún hado ni de ninguna estrella, sino de que la gente asuma que estamos en un momento difícil, pero que diga «tiramos para adelante» y entonces ganamos. Pero es una cuestión de voluntad, incluso de subjetividad y confianza en la propia ideología. Los que estamos seguros o creemos en las ideas que portamos tenemos el miedo justo. Solamente cuando tenemos dudas que afectan a nuestra propia ideología no nos gusta debatir sobre ellas porque a veces son poco consistentes.