La huelga de la EHU del próximo miércoles 11 de octubre es una llamada de socorro a la sociedad vasca ante la precarización de la universidad pública, infrafinanciada por el Gobierno de Urkullu.
El próximo miércoles 11 de octubre el personal docente e investigador de la universidad pública vasca, la UPV/EHU, está llamado a la huelga. No es habitual que un colectivo tan poco unido como el profesorado universitario se una para proteger los derechos laborales o la calidad de nuestra institución, lo que da cuenta de la gravedad de la situación actual.
La UPV/EHU es la única universidad vasca que sirve a toda la ciudadanía y que, además, tiene una calificación de excelente en algunos ámbitos y clasificaciones. Esto se ha logrado gracias al ingente esfuerzo del personal de nuestra institución: un personal de administración y servicios insuficiente que cubre, con un impresionante esfuerzo individual, las carencias estructurales; un personal de limpieza, subcontratado, mal pagado y feminizado, que garantiza la higiene de las instalaciones pese a sus condiciones laborales; y, por fin, un profesorado maltratado que afronta tanto la docencia a miles de personas, como la investigación y la gestión.
Pese al esfuerzo del personal, la UPV/EHU sufre dos ataques concatenados: los recortes de Gobierno Vasco y la incapacidad del propio rectorado para gestionar la plantilla.
El Gobierno Vasco se empeña en infrafinanciar la universidad pública vasca. Los presupuestos vascos deben, en cumplimiento de la diferente legislación en vigor, garantizar la financiación de la UPV/EHU. Sin embargo, las prioridades del Gobierno de Urkullu siempre han sido otras y la universidad vasca se ve en una situación financiera crítica, según reconoce el propio Rectorado cada final de año. Mientras, regalan dinero público a universidades privadas o, incluso, a inventos como Euniz (proyecto personalista y elitista de Josean Querejeta). Los recortes van por barrios. Y la universidad pública siempre pierde. Es el barrio pobre de la educación vasca.
La sociedad vasca no sabe, porque los medios tradicionales no lo explican, que un número muy importante de los puestos docentes son cubiertos por investigadoras con contratos a dedicación parcial que cobran 400 euros mensuales por media jornada, o 790 euros por tres cuartos de jornada. La universidad pública vasca lleva años manteniéndose sobre este fondo de contratos basura con el que se explota al profesorado más joven y precario.
Este año el actual equipo rectoral, fiel colaborador del Gobierno Vasco en cada recorte, ha decidido forzar más las cosas, confiando en la tradicional falta de movilización del profesorado, e interpretando de forma absurda, y contraria a derecho, la nueva ley de universidades (un desastre de norma conocida como LOSU). Entre otras cuestiones, ha decidido:
1. Generalizar los contratos basura. Si se aprueban sustituciones, el contrato ofertado no se corresponderá con la plaza a cubrir. Así, a pesar de que la LOSU obliga a cubrir el 100% de la docencia del profesorado ausente, una plaza a dedicación completa pasa a cubrirse mediante un contrato a dedicación parcial. De esta manera, el profesor sustituto se hace cargo del 80% de la docencia del ausente, pero su sueldo, 800 € mensuales (un 55% del sueldo a completa), es considerablemente inferior al que le correspondería por un contrato a dedicación completa.
2. Prohibir al profesorado sustituto cobrar por sus investigaciones. Quienes asumen la sustitución son normalmente personas en la primera etapa de su carrera académica y, para consolidarla, son fundamentales los trabajos de investigación. La UPV/EHU lo sabe, y sabe también que esa necesidad lleva a continuar investigando, con la obligación de seguir firmando con el nombre de nuestra universidad. Simplemente no les va a pagar por ese mérito.
3. No sustituir al profesorado de baja o de permiso de maternidad o paternidad violando diferentes normativas, incluida la propia, sobre igualdad y conciliación. Las clases de las personas de baja o de permiso deben ser asumidas, bajo amenaza, por el resto del profesorado ya contratado, incluso aunque superen sus horas contratadas. Así, las bajas y permisos de maternidad se van a condicionar a que tus compañeras de trabajo “te hagan el favor de cubrirte”.
4. Atacar el derecho a la docencia del alumnado matriculado. Son innumerables las asignaturas que van a quedar sin sustituciones y, por tanto, van a dejar de ser impartidas.
Ofrecer contratos basura al profesorado no es nuevo en nuestra universidad. Pero esta práctica de “recortar/ahorrar” a costa de los servicios públicos nos ha traído hasta este incremento de la precarización: se niega el derecho del personal más joven, y excepcionalmente preparado, de desarrollar con dignidad una carrera académica dura y larga, como se niega el derecho a la conciliación del resto de la plantilla.
Ni la Dirección para la Igualdad de la UPV/EHU, ni el Consejero de Educación, ni la propia Rectora han dado su opinión sobre esta precariedad sostenida en la vulneración de derechos. Se esconden, se niegan a dialogar con la comunidad universitaria o la sociedad vasca. Negar el debate en una universidad es como quitar los lápices en las escuelas. Absurdo y contraproducente.
La UPV/EHU de la excelencia no se muere, la están matando. La matan los recortes de PNV y PSE-EE. La rematan las rectoras Goirizelaia, Balluerka y Ferreira, siempre prestas a obedecer los designios de Gobierno Vasco. Siempre con miedo a las consecuencias si elevan la voz, han ido empequeñeciendo nuestra universidad.
No existe ninguna justificación jurídica para ofrecer contratos basura a las personas sustitutas. Tampoco para negar las sustituciones en los permisos de maternidad o por enfermedad. Es una cuestión de financiación y de falta de voluntad. La financiación que el Gobierno Vasco destina a lugares que considera más próximos a sus intereses, pues una universidad bien financiada es origen de pensamiento crítico y una amenaza para el poder establecido.
Decía la Rectora Ferreira en el acto de inauguración del curso 23/24 que aspira a que desde la UPV/EHU se creen varias empresas cada año. Si lo que va a plantear como modelo empresarial es la explotación del personal como hace la universidad, la amenaza para la sociedad vasca es aún mayor. Si el modelo UPV/EHU es el de los contratos basura, mejor decir que no.
La huelga del profesorado de la UPV/EHU es una llamada de socorro a la sociedad vasca. Necesitamos que se unan detrás de nuestra universidad, una joya infravalorada, para garantizar una educación universitaria excelente, crítica, bilingüe y al alcance de todas.
No vamos a la huelga por nosotros y nosotras. Vamos a la huelga por las jóvenes investigadoras e investigadores. Por todas las alumnas y alumnos. Por el derecho de la sociedad vasca a una universidad propia de la que sentirse orgullosa. Para actuar antes de que sea tarde.
Ander Gutiérrez-Solana Journoud es profesor de Derecho Internacional Público (UPV/EHU).
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/euskal-herria/upv-ehu-recortes-gobierno-vasco-contratos-basura-huelga