Luís Súller, portavoz de Ecologistas en Acción de la Serranía, reside y trabaja en Villar del Arzobispo, a cinco kilómetros del punto de inicio de uno de los dos grandes fuegos que en las últimas fechas han calcinado unas 50.000 hectáreas del interior del País Valenciano. Conoce, por tanto, el terreno y las causas profundas […]
Luís Súller, portavoz de Ecologistas en Acción de la Serranía, reside y trabaja en Villar del Arzobispo, a cinco kilómetros del punto de inicio de uno de los dos grandes fuegos que en las últimas fechas han calcinado unas 50.000 hectáreas del interior del País Valenciano. Conoce, por tanto, el terreno y las causas profundas de los incendios, que van más allá de las negligencias de particulares y los factores meteorológicos a los que aluden las explicaciones oficiales. Según Súller, los recortes de las inversiones en los medios de prevención y extinción, y el abandono de los montes así como del mundo rural en general, son las claves que subyacen al desastre. Además, «los incendios se han cebado con las comarcas más pobres del País Valenciano».
Fuentes oficiales calculan que 50.000 hectáreas han resultado calcinadas en los últimos incendios del País Valenciano. ¿Cuál ha sido el impacto ambiental y económico?
No disponemos aún de cifras. Preferimos esperar a que la gente de la comarca (los Serranos) nos confirme el número de hectáreas devastadas. Pero puede que sólo el de Andilla (uno de los dos grandes focos) supere las 28.000. En cuanto al valor ambiental de la zona, los montes de Andilla constituyen una de las grandes muestras de bosque Mediterráneo según uno de los grandes expertos en la materia, Millán Millán, director del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM). Resulta inexplicable que, por sus endemismos, no cuente con la catalogación de «Parque Natural». El incendio ha arrasado zonas de monte adulto, de nidificación de aves y también áreas de notable valor agrícola. En el entorno de Andilla se desarrollan cultivos muy valiosos de secano (almendro, vid y olivo) y además tiene gran interés la carrasca trufera. Otra cuestión es el impacto paisajístico. Cuando los vecinos abren las ventanas de sus casas el panorama resulta desolador.
El incendio se ha cebado con comarcas de interior. ¿Qué características estructurales presentan estas comarcas?
Los incendios han castigado con furia a dos de las comarcas más pobres del País Valenciano, los Serranos (la más depauperada) y el Alto Palencia. Ambas figuran con los niveles de renta per cápita más bajos. La agricultura de secano tiene un valor capital en la Serranía. Pero fíjate que el hecho de ir a recoger olivas o almendras nos cuesta dinero. De hecho, vivimos años de mínimos históricos en los precios de los productos agrícolas. Otro elemento relevante para la economía de estas comarcas es el turismo rural, y también en este punto se harán sentir los efectos del incendio. Los montes arrasados retraen a senderistas, moteros y ciclistas.
La Generalitat Valenciana ha atribuido el incendio a factores meteorológicos: invierno muy seco, vientos de poniente, entre otros. ¿Compartes este criterio?
El Gobierno Valenciano afirma que los incendios de Cortes de Pallás y Andilla responden sobre todo a negligencias de particulares, que en el primer caso colocaban placas solares en una finca y, en el segundo, quemaban rastrojos dentro de una propiedad privada. Pero con ello tratan de eludir su responsabilidad en la cuestión. Si en los bosques se realizaran trabajos de conservación y mantenimiento adecuados, un conato de incendio podría propagarse entre 2 y 20 hectáreas, pero en ningún caso afectar a 50.000. Lo cierto es que hace décadas que se ha abandonado la política seria de prevención y limpieza del monte bajo y se ha retirado la ganadería, que previene los incendios de modo natural. Este son algunos de los motivos reales del fuego devastador de estos días, además de los recortes.
Precisamente los sindicatos que trabajan en el medio forestal han denunciado acusados recortes en los últimos años
Te pongo un ejemplo. Andilla, el municipio con mayor superficie forestal de la provincia de Valencia, no cuenta durante el año con Brigada de Emergencia. Además, la motobomba se retiró hace dos años. Se ha derivado a los trabajadores que operaban en Andilla las brigadas de otros municipios, en concreto, Higueruelas y Alcublas. Está claro que así los tiempos de respuesta para la extinción de un incendio se multiplican. La realidad es dramática. La Serranía, la comarca con mayor superficie forestal del País Valenciano (80.000 hectáreas), dispone sólo de dos Brigadas de Emergencia para todo el año.
Las críticas han sido muy numerosas: vecinos que conocen el terreno y a los que no se les permite colabora; tardanza, lentitud de los operativos y descoordinación. ¿Son críticas acertadas?
En la zona de Alcublas-Andilla hemos vivido en «estado de excepción». A los civiles se nos ha tratado como a delincuentes. Y a las pruebas me remito. Hay gente a la que se ha denunciado y retirado puntos del carné de conducir por el hecho de ir a cuidar casetas, granjas y cultivos por el hecho de ir a cuidar casetas, granjas y cultivos. Y eso que es a los agricultores a quienes hemos de agradecer que los daños materiales no hayan sido mayores. Porque las terrazas y los cultivos en pleno rendimiento son los verdaderos cortafuegos. Otra cuestión. En Alcublas y Andilla, desde que se llamó a los medios de extinción hasta que hicieron acto de presencia, pasaron cuatro horas.
Tres ministros llegaron al País Valenciano movidos por la gravedad del incendio. El Consell acaba de aprobar un Decreto con ayudas para los afectados, pero los damnificados por el incendio de l’Alcalatén (2007), no han visto un euro de los 6 millones comprometidos. ¿Propaganda o realidad?
En este punto hay que ser muy claro. Mientras Obama visitó a los afectados por un incendio en Colorado que carbonizó 8.000 hectáreas, ante circunstancias más graves, Mariano Rajoy se va al fútbol. Siguiendo con el símil futbolístico, el marcador final arroja un 4-0. Cuatro horas en personarse los medios de extinción, y un cero rotundo en eficacia de los mismos. Sin duda, el medio ambiente ha perdido por goleada. En cuanto a la cuestión de las ayudas, no seamos ingenuos. En Lorca aún las esperan. El consorcio de compensación de los seguros está afrontando actualmente las ayudas.
Un tópico muy repetido estos días: «los incendios se apagan en invierno». ¿Consideras un error el hecho de priorizar las políticas de extinción sobre las de prevención?
Por supuesto. La prevención pasa por invertir en el mantenimiento de cultivos, la introducción de la ganadería en el monte, sobre todo cabras; la creación de pequeñas plantas de biomasa a escala comarcal; y la implantación de brigadas forestales permanentes en los núcleos de más de 5.000 hectáreas, entre otras cuestiones. Además, hay comparaciones que claman contra el sentido común. Una hora de vuelo de un pequeño helicóptero de extinción cuesta 9.000 euros, el equivalente al salario medio de un trabajador durante un año. Hay que apostar por la prevención.
En Andilla fue detenido un hombre de 57 años, ahora en libertad con cargos, como responsable del incendio por una quema de rastrojos en su finca. Has denunciado las sombras que rodean esta detención. ¿Por qué?
Porque en ningún momento la Conselleria de Gobernación ha investigado los testimonios que aseguraban haber visto varios focos al inicio del fuego. Estas versiones exculparían al detenido, pero los políticos han preferido no indagar. El detenido se declara inocente. Los cargos que se le imputan, de hecho, se basan en un informe realizado bajo presiones de la Conselleria de Gobernación. El alto mando de la Guardia Civil de Valencia quería detenido al dueño de la finca. Y esto es así por una razón: necesitaban un chivo expiatorio para desviar la atención de la opinión pública. Porque pretenden ocultar su negligencia e inoperancia en la prevención y extinción de los incendios forestales.
¿Habría que cambiar globalmente la prioridad en las inversiones?
Las inversiones se ordenan con criterios disparatados. El programa Previfoc de la Generalitat Valenciana para la extinción de incendios forestales cuenta con una partida para este verano de 96 millones de euros. Pero el Gran Premio de Europa de Fórmula 1 -en definitiva, unos bólidos quemando gasolina- ha costado a las arcas públicas unos 300 millones de euros desde que Valencia empezó a acoger las carreras. ¿Tendremos que pedir un circuito de Fórmula 1 para Andilla o Alpuente con el fin de que nos pongan medios de prevención y extinción? Otro problema es que el 95% de la población vive en el 15% del territorio. Por eso no les interesa invertir en el mundo rural. No supone rédito electoral para los partidos políticos.
Por último, ¿Qué hacer para que no suceda de nuevo un incendio de tal magnitud?
Cosas muy básicas. Que se reconozca de una vez el valor añadido del monte, y del medio ambiente en general; que se le considere un bien social que repercute positivamente entre la población. Y se destinen inversiones a tal efecto. También hay que impulsar con urgencia redes de custodia del territorio para vigilar los trabajos en las zonas quemadas; y la rápida actuación en las zonas calcinadas por los incendios de la década de los 90, que en estos momentos constituyen un gran polvorín. Y, por supuesto, la conciencia crítica de la gente y la movilización ciudadana. Trabajamos para que en breve tenga lugar una gran manifestación en Valencia.
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