Guadalajara, Jal., 30 de noviembre. En el escenario de la industria editorial mundial nuevos protagonistas han aparecido en los recientes años: los sellos independientes cuyos intereses, al contrario de las grandes empresas, no son hacer dinero sino publicar lo que merece la pena ser leído, expresa el editor André Schiffrin, autor de La edición sin […]
Guadalajara, Jal., 30 de noviembre. En el escenario de la industria editorial mundial nuevos protagonistas han aparecido en los recientes años: los sellos independientes cuyos intereses, al contrario de las grandes empresas, no son hacer dinero sino publicar lo que merece la pena ser leído, expresa el editor André Schiffrin, autor de La edición sin editores. Las grandes corporaciones y la cultura (Era) y director de la casa The New Press.
»Desafortunadamente una de las principales características de la edición actual es que sólo se busca ganar dinero. La edición, como todas las profesiones -derecho o arquitectura- solía ser para la gente que quería hacer algo, pero ahora las grandes corporaciones han cambiado todo.
»Se trata de obtener las mayores ganancias y eso cambia completamente la naturaleza de la edición», señala en entrevista el director general del sello The New Press, que acaba de publicar en Francia su más reciente libro El control de la palabra en el que toca el tema de la relación entre los medios de comunicación masiva y las editoriales.
Lo que vemos, dice, es que la globalización ha dominado los medios de comunicación. Son los grandes grupos los que controlan más y más; y no se trata sólo del control que han adquirido, sino lo que hacen con las empresas.
Sin embargo, las pequeñas editoriales adquieren cada vez más importancia porque se atreven a publicar lo que no publicarían los grandes sellos. Por ejemplo, añade, en Estados Unidos con los atentados del 11 de septiembre y la guerra en Irak los gigantes editoriales se abstuvieron de publicar cosas contra el gobierno de George W. Bush y son los mismos que tienen el control de los periódicos y de la televisión.
»Fueron las pequeñas editoriales las que levantaron la voz y gente interesada en escucharlas. Como con el libro que publicamos de Noam Chomsky acerca del 11 de septiembre. Ahí vemos la importancia de las pequeñas editoriales.»
Otro fenómeno que se vive es el de las escasas traducciones que se realizan en Estados Unidos. »Es hablar acerca del aislacionismo que vivimos, el gobierno no quiere saber lo que otra gente piensa. Antes los grandes periódicos tenían reseñas de lo que se publicaba en otros países, pero eso ya no lo hacen.»
Para Schiffrin también quedó superado el debate sobre la desaparición del libro en formato tradicional frente al e-book o libro electrónico. »Eso no funciona. El libro es esto (dice mientras toma un ejemplar en sus manos), es algo que se puede ojear y leer en el baño.»
(Schiffrin ofrecerá una conferencia magistral este miércoles en la apertura del tercer Foro Internacional de Editores, actividad paralela en el contexto de la FIL.)