El informe que Oxfam Intermón publica este lunes destaca que la pandemia ha provocado que el número de personas que viven con menos de 16 euros al día se incremente en casi 790.000. La pobreza severa en España afecta ya a más de cinco millones de personas.
En lo peor de la pandemia, allá por finales del mes de marzo y principios de abril, mientras medio mundo se confinaba para evitar un reguero de muertos que nueve meses después supera ya los dos millones, un pequeño porcentaje de la población miraba con inquietud el hundimiento de los mercados y los parqués bursátiles. No obstante, este revés fue transitorio y, a estas alturas de la partida, las mil personas más ricas del mundo han recuperado toda la riqueza perdida. En España, a 31 de diciembre de 2020, el número de superricos españoles ha aumentado de 24 a 26 y su riqueza lo ha hecho en 32.500 millones de dólares, unos 26.700 millones de euros al cambio actual, según el informe anual de desigualdad que publica la ONG Oxfam Intermón con motivo del Foro de Davos que empieza este mismo lunes en la localidad suiza [puedes consultar el texto íntegro aquí].
Estas fortunas han conseguido durante estos nueve meses de pandemia recuperar más de la mitad de lo perdido. Aunque entre febrero y marzo vieron cómo sus ‘cuentas corrientes’ adelgazaban en 57.900 millones de dólares, entre marzo y diciembre ganaron sobre 32.500 millones. «En medio de la peor recesión económica en España en décadas, con una caída prevista del PIB superior al 11%, resulta inquietante observar cómo los milmillonarios españoles ven crecer el valor de su patrimonio, mientras la fragilidad de las cuentas públicas aumenta de manera crítica como resultado del notable incremento de los gastos para paliar los efectos de la crisis sanitaria, económica y social», admite la ONG.
Para ponerlo en perspectiva, el informe explica que «este aumento en el valor de la riqueza de los milmillonarios españoles desde que se declaró la pandemia en marzo es superior al coste de una de las principales medidas de contención de la pandemia: los ERTE«. Es más, esta ganancia supone «más de tres veces el aumento en gasto sanitario público experimentado durante este ejercicio 2020 respecto a 2019″, que fue, según la ONG, de 8.076 millones adicionales.
Evolución de la riqueza en manos de los milmillonarios españoles de la lista Forbes, de 19 de febrero a 31 de diciembre de 2020. Oxfam Intermón.
La cosa no cambia si dejamos España y miramos fuera de nuestras fronteras. Desde el inicio de la pandemia, la fortuna de los diez hombres más ricos del mundo se ha visto incrementada en medio billón de dólares. Con esta cantidad, y según reconoce la ONG en el informe internacional El virus de la desigualdad que también presenta este lunes, se financiaría una vacuna universal contra el covid-19 y se podría evitar que nadie cayese en la pobreza a causa de la pandemia. Como ejemplo, Jeff Bezos, propietario de Amazon, podría haber pagado en septiembre de 2020 a cada uno de sus 876.000 empleados una bonificación de 105.000 dólares y seguir siendo igual de rico que antes de la pandemia.
5,1 millones de españoles viven con menos de 16 euros al día
Y mientras los más ricos se hacen más ricos, en la otra cara de la moneda, los más pobres se han vuelto aún más pobres. La tasa de pobreza severa, es decir aquellas personas con una renta inferior a los 5.826 euros anuales, habría aumentado en España del 9,2% al 10,86%, según Oxfam. Más de un punto y medio que se traduce en casi 790.000 personas adicionales. «Los datos demuestran cómo la pandemia se ha cebado con las personas más vulnerables», reconoce Franc Cortada, director de la ONG.
Esto eleva el total hasta los 5,1 millones de personas que viven ahora con menos de 16 euros al día. Por comunidades, Andalucía es la autonomía que más ha visto crecer el número de personas por debajo de la línea de la pobreza, con más de 270.000 personas. Le siguen la Comunidad de Madrid, Cataluña y la Comunitat Valenciana con casi 120.000 personas cada una. A nivel mundial, al menos 200 millones de personas podrían haber caído en la pobreza por la pandemia y necesitarían «más de una década para recuperarse de los impactos económicos de la crisis».
A este 10% de la población española, hay que añadirle la situación de millones de personas que han visto cómo la pandemia ha reducido sus ingresos por la pérdida de sus empleos o de sus negocios debido a los cierres totales de primavera y los sucedidos durante el otoño elevando el desempleo hasta el 17%. Así, la tasa de pobreza relativa, es decir aquellas personas con una renta media anual de 8.739 euros, ha aumentado del 20,7% hasta el 22,95%. Más de dos puntos que se traducen en un millón de personas adicionales. Esto eleva el total hasta los 10,9 millones de personas que viven con menos de 24 euros al día.
Es decir, los más pobres llegan a perder, proporcionalmente, hasta siete veces lo que pierden las redes más altas. «Se trata del mayor incremento de la desigualdad en un único año en toda la década, por encima de los alcanzados en los años de la crisis de 2008-2014″, explica el informe, ya que el índice de Gini, coeficiente que mide la desigualdad, podría ascender hasta el 34,15 desde el actual 33.
Las restricciones afectan más a las rentas más bajas
Asimismo, las medidas restrictivas activadas para contener el coronavirus han afectado más a los sectores con salarios más bajos como la hostelería y el comercio aunque el informe matiza que «todos los sectores, salvo el agroalimentario y las actividades de las administraciones públicas, la sanidad y la educación, han experimentado notables descensos». Y también se ha cebado más con las personas más jóvenes y con las mujeres. Otro de los grupos con mayor impacto ha sido el de las personas migrantes, particularmente aquellas en situación administrativa irregular. «Mujer joven, migrante, con bajos estudios y perteneciente a un colectivo racializado. Ese sería el perfil más vulnerable ante los efectos de la pandemia”, explica Franc Cortada.
Estos patrones de desigualdad laboral y social han tenido un efecto directo en la exposición diferente al riesgo de contagio. Sobre todo, apunta el informe, si se observa lo ocurrido en las ciudades. Por ejemplo, en Madrid, » los habitantes de Villa de Vallecas, con una renta per cápita de un 36% del promedio del distrito de Chamartín, han tenido durante el año 2020 una incidencia acumulada total de 8.547 casos por cada 100.000 habitantes, un 68% más de probabilidades de contraer la enfermedad que sus vecinos de los distritos más ricos, con una incidencia total acumulada de 5.066 casos por cada 100.000 habitantes».
La importancia de los ERTE y el IMV
A pesar de la difícil situación en la que la pandemia ha dejado a la mayoría de la población, la situación podría haber sido mucho peor. «Desde que en el mes de marzo el Gobierno decretase el primer estado de alarma se han puesto en marcha toda una serie de medidas económicas, sociales y financieras para tratar de hacer frente a los graves efectos socioeconómicos que la pandemia ya estaba generando», explica el informe. Oxfam destaca, sobre todo, la importancia de los ERTE y del Ingreso Mínimo Vital. «Sin una respuesta adecuada, hay un grave riesgo de que la salida de la crisis profundice y eternice las desigualdades en España, empobreciendo a las personas más pobres mientras las más ricas se recuperan a paso firme», reconoce Franc Cortada.
«Una de las medidas que se ha demostrado más eficaz a lo largo de la pandemia en la prevención de un incremento excesivo de las cifras de desempleo es la reforma de los ERTE a través del diálogo social entre el Gobierno y los agentes sociales», admite la ONG, ya que su puesta en marcha ha ayudado a que » el desempleo en 2020 no ha alcanzado cotas similares a las de la anterior crisis». «De no haber existido este colchón de políticas públicas, la situación en materia de pobreza y desigualdad habría sido sustancialmente peor», explica Oxfam, que cifra en 710.000 personas las que esta política de protección de empleo ha salvado de la pobreza. No obstante, también advierte que este mecanismo de protección «no proporciona cobertura a algunos colectivos, como las personas asalariadas con contratos temporales y las personas que trabajan por cuenta propia».
Con respecto al Ingreso Mínimo Vital, que oscila entre los 462 y los 1.015 euros, ha tenido un impacto limitado, ya que sólo ha llegado a 160.000 hogares de los 850.000 previstos, en la reducción de la desigualdad. «De haberse desarrollado en su totalidad durante el segundo semestre del año, habría salvado de la pobreza a 277.000 personas, y habría reducido la pobreza severa en 230.000 personas», explica Oxfam en su informe.
La aplicación de estas dos medidas, junto a otras, ha resultado «excepcional y crítica» y ha contribuido a «paliar algunas situaciones de extrema necesidad». No obstante, Oxfam alerta de que siguen existiendo «colectivos ampliamente desprotegidos», como las personas en situación administrativa irregular que «por motivos obvios no pueden acceder a ayudas y prestaciones públicas y trabajan mayoritariamente en actividades de la economía sumergida que también se han visto paralizadas».
La ONG propone una serie de medidas para evitar este enraizamiento de la desigualdad en España. Entre ellas, políticas de empleo alternativas para sustituir a los ERTES, ampliar la cobertura del IMV, una reforma fiscal que «recaude de forma más progresiva y que luche contra la evasión y la elusión fiscales» y un uso de los fondos europeos para «la recuperación con mirada transformadora y enfocada a reducir la desigualdad».