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Los supuestos de las tonterías ferroviarias

Fuentes: Berria

Traducido para Rebelión por Daniel Escribano

No es una tontería. Es una burrada que tendrá consecuencias profundas.

Se ha puesto supuestamente en marcha el proyecto que supuestamente será un hito en el desarrollo del País Vasco. El tren que supuestamente dará vía rápida al crecimiento de nuestro país. Para los países desarrollados como el nuestro es supuestamente imprescindible proveerse de recursos punteros. Es supuesto desarrollo no tener en cuenta en el diseño de un país el impacto ecológico, social y cultural, no tener en cuenta la opinión de la ciudadanía, que no ha recibido información transparente, sobre proyectos de gran significación, no tener en cuenta los derechos legales que tienen quienes soportarán el impacto perjudicial del proyecto.

Hay también otros elementos que sirven supuestamente para entender el desarrollo: los ciudadanos recibiremos supuestamente el beneficio de los resultados económicos que supuestamente traerá a diversas empresas la ejecución del tren de alta velocidad (TAV). Nuestra comunidad recibirá supuestamente por diferentes vías los beneficios del proyecto: porque supuestamente aumentará el empleo; porque las empresas supuestamente invertirán directamente los supuestos beneficios en el desarrollo de la comunidad y porque las haciendas invertirán supuestamente en la sociedad el dinero que supuestamente recibirán mediante impuestos, de manera que, supuestamente, también la comunidad se beneficiará. Eso es lo que supuestamente nos quieren hacer pensar. ¿De dónde sacar las justificaciones si no?

A decir de la supuesta representante de toda la ciudadanía López de Gereñu,1 que supuestamente tiene noticia de la opinión de todos, el momento del debate pasó. Yo no tuve noticia del momento ni del lugar.

En este proyecto todo está bajo supuestos. Los supuestos mantienen el proyecto. Pero ¿a qué supuesto responde este proyecto? Al desarrollismo y la avidez del dinero y los adinerados. He aquí datos no supuestos que, sin embargo, son considerados como tales: la falta de información por parte de los administración y la inadecuación de las vías de participación, que en modo alguno hemos tenido; el coste de la construcción: 10 000 millones de euros (1.667.000.000.000 pesetas); la longitud del recorrido: 426 kilómetros; el máximo coste d explotación (el autobús, 3,9 pesetas por plaza-km; el avión, 11,5 y el TAV, 22,6), y la cantidad de municipios perjudicados: 112.

En estos tiempos en que la consulta popular va de boca en boca hemos perdido una bella oportunidad, como pocas en política, para actuar de manera coherente. El gobierno de Ibarretxe se ha plantado de manera obstinada y cobarde. No quiere perder la oportunidad de subir al tren; ¿porque tenemos supuestamente mucho que perder o porque tienen mucho que perder? Algunos el beneficio económico a corto plazo. Los demás, la oportunidad para una red ferroviaria adecuada para el país en que vivimos y, a cambio, el pago de deudas a largo plazo.

Berria, 10 de mayo de 2008

http://www.berria.info/testua_ikusi.php?saila=harian&data=2008-05-10&orria=012&kont=008

Nota:

1 Consejera de Transportes y Movilidad del gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca. (N. del t.)