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Los talibanes colombianos

Fuentes: Rebelión

Abordar el tema de la situación actual en Afganistán no se circunscribe a aspectos conclusos sobre el fracaso de la intervención norteamericana en ese país asiático. Mas bien nos proponemos hacer un símil o comparación entre lo sucedido en ese país y el decurso del conflicto armado interno colombiano.

Siendo que en Afganistán se desarrolló una guerra de intervención e invasión por tropas extranjeras; en Colombia, el prolongado conflicto armado, permite asumir la intervención de tropas de la misma potencia imperial invasora, en forma vedada, bajo la denominación de instructores, a un ejercito hecho a su imagen y semejanza,al que contribuyen aportando iniciativas, ayudas y enseñanzas en cómo combatir el “terrorismo”; sin participar- por el momento- en acciones de guerra o en operaciones de combate, a darse con las fuerzas insurgentes colombianas, en particular o las del narcotráfico en general.

DE LAS CARACTERISTICAS DEL TEMA TALIBAN

Los Talibanes son un movimiento político-militar, relativamente nuevo en Afganistán. Fue cofundado en 1994, como grupo fundamentalista. Su denominación proviene de seminaristas o estudiantes preparados por el emir o caudillo árabe Omar; quien pregono la creación de un movimiento político-religioso, de carácter militar islamita y quienes gobernaron el Emirato Islámico de Afganistán. La ideología de los Talibanes es un conjunto de principio ortodoxos tomados de la sharia o ley islámica y el fundamentalismo interpretativo, acerca de cómo debe ser la vida de un musulmán a fin de combatir lo licencioso, conforme a lo habitual en las sociedades occidentales. Resalta una doble problemática: asimilar la lucha contra una fuerza militar invasora y la apreciación de una corriente del Islam, con mentalidad religiosa atrasada, de carácter conservadora, que lesiona a la población e impide el ejercicio de derechos fundamentales de la población.

Los Talibanes, como movimiento que vierte o combina lo religioso (conciencia) y lo político ( intervención en asuntos de gobierno y dirección del Estado) basados en el islam; enfrentan lo contradictorio de un sistema educativo universal que pudieren garantizar y la protección integra de los Derechos Humanos a aplicar. Cómo garantizarlos bajo la orientación de un gobierno, inspirado en lo religioso y político de una manera estricta y literal. Los Talibanes dominaron a Afganistán entre 1.996 y 2.001, bajo la denominación del Emirato Islámico de Afganistán, como régimen totalitario fundamentalista islámico, hasta cuando fueron derrotados y destituidos por la fuerza de invasión, instalando,estas, un gobierno y Estado-cliente del amo imperial estadounidense. Luego, durante la guerra de invasión, se creó la República Islámica de Afganistán, entre los años 2.004 a 2.021, fecha en que nos situamos hoy, luego de la salida negociada de las tropas norteamericanas con los Talibanes, quienes en menos de diez días llegaron a Kabul y se la tomaron, controlaron la totalidad del territorio afgano e instalaron un gobierno provisional talibán, desde el cual ejercen el control del país.

BREVE RECUENTO HISTORICO

En tratándose del Siglo XX a inicios del Siglo XXI se desarrollan tres guerras en Afganistán. El Estado Islámico de Afganistán era el régimen afgano desde la derrota soviética y sus aliados afganos. Sin embargo, el objetivo final de los talibanes era establecer un gobierno islámico a través de la ley y orden junto a la implementación de la «Sharia», siguiendo la escuela de jurisprudencia islámica Hanafí y los edictos religiosos del Mullah Omar, en todo el territorio de Afganistán.

Entre los años 1.996 a 2.001, se estableció el Emirato Islámico de Afganistán, regido por Abdur Rahman (conocido como «el Emir de Hierro»), asegurando el control de las áreas norte del país.

La mayor parte del país había estado gobernada por los talibanes fundamentalistas islámicos, que gobernaban como un régimen totalitario y ultraconservador; aplicando la sharía –o ley islámica– en su forma más violenta, entre lapidaciones, latigazos y ejecuciones, y condenando a las mujeres y a las niñas a la pérdida de todos sus derechos, incluyendo el de ir a la escuela. Ese período terminó cuando fueron destituidos del poder, después de la invasión estadounidense.

La República Islámica de Afganistán, gobernó la mayor parte de Afganistán entre 2004 y 2021 durante la Guerra de Afganistán. Se estableció después de la caída de Kabul en 2001 y la retirada del Emirato Islámico de Afganistán tras la intervención estadounidense. Se podría catalogar a ese periodo como de un Estado-cliente estadounidense.

Entre los años de 1973 a 1978, imperó la llamada República de Afganistán, también conocida como Republica de Daud, en honor a Mohamed DaoudKan, quien dio el golpe al monarca, su tío, cuando este disfrutaba de vacaciones en Italia, resultando derrocada la monarquía. El Partido Democrático del Pueblo (PDPA), de tendencia soviética, participó en la burocracia gubernamental, desarrollando una política nacionalista. Los planes de desarrollo económico impulsados por tecnócratas, generó en fracaso. En tanto la oficialidad del ejercito, que simpatizaban con los comunistas planeaban un movimiento contra el gobierno, que concluyo con la toma del poder, el desalojo de M. DaudKan y su ejecución. Sobrevino el periodo de la llamada Revolución de Saur, de orientación socialista e inspiración soviética, ocurrida el 27 de abril de 1.978, dirigida por el Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA) contra el mandato del citado presidente Mohamed Daud Khan

De 1978 a 1992, fue un periodo de guerra civil en Afganistán. Por efecto de la escisión del movimiento socialista internacional, desde 1963; la China maoísta, no era del agrado de la existencia de un gobierno prosoviético en Afganistán. Se conformaron guerrillas islámicas, que recibieron el apoyo de Estados Unidos, Arabia Saudita, Pakistán, otras naciones musulmanas y occidentales. La intervención de la Unión Soviética actúa así en esa guerra. Los soviéticos se retiraron de Afganistán en el año de 1.989; pero la guerra civil en Afganistán continúo hasta 1.996, fecha en que triunfan los Talibanes e instalan el Emirato Islámico de Afganistán, basado en la concepción teocrática de interpretación de la sharia o ley islámica. El dominio Talibán rige de 1996 a 2.001, cuando son derrocados por la invasión estadounidense. Se dio así inicio a una nueva guerra civil. Este hilo conductor histórico concluye con la retirada de las tropas del imperio estadounidense y el control del país, nuevamente, por parte de los Talibanes, con la toma de la capital Kabul, el 15 de agosto de 2.021.

DE LA SITUACIÓN DE LA MUJER EN AFGANISTAN

No se trata de calificar de misoginia, como aversión a las mujeres, al régimen Talibán; puesto que aversión es un rechazo u odio repugnante a ellas. Sociológicamente sería comprenderlo como una sobrestimación a su naturaleza humana, que redunda en sobre protección y minusvalía hacia ellas, lo cual encuadra en una apreciación de prejuicios totalmente reaccionarios y recalcitrante bajo el estigma de un conservadurismo enervante. En la apreciación política de un régimen teocrático, cual forma de gobierno en que la autoridad política se considera provenir de Dios y es ejercida directamente por un poder religioso, como una casta sacerdotal o un monarca: “todo emana de Alá y Mahoma es su profeta”, conforme a la sentencia islámica; tan distante del proverbio occidental o católico. “Al Cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios”.

En Afganistán se impone a la mujer una serie de comportamientos sumisos en el ejercicio de la vida publica atinentes a su presentación física: modo de vestir (uso obligatorio de la burca, que no le permites mostrar sus rostros, ni sus tobillos); prestableciendo unas normas de conducta, disimiles a las del comportamiento de los hombres y que les impiden, mínimo, el libre desarrollo de sus personalidades.

La Ley Sharia es la base del derecho, no solo en Afganistán, sino en los países islámicos; aunque no todos la interpretan igual tomando las fuentes en el Corán, como fundamento de la religión musulmana. Impone un “modo de vida” en la toma de decisión personales, que aunado a la cultura y la religión musulmana,engrana en un control de carácter político y partiendo de la base que las decisiones políticas son tomadas por los líderes religiosos. Esa normas de conducta impuesta, abstraigámoslas sobre el contenido de “delitos” o “pecados. Así, los delitos “hadd”, se consideran como graves (pecados mortales) y tiene penas establecidas. Los delitos “tazir” (pecados veniales), en las que los castigos se dejan a la sensatez o discreción del juez. Digamos que en Afganistán no se da la apreciación de “infracciones”, sino de pecados, como delitos. En lo académico, organizaciones islamitas se esfuerzan en explicar que existen muchas salvaguardas en la aplicación de sanciones y en la carga de la prueba para la aplicación de las mismas. Resaltan que existen escuelas jurídicas en lo de interpretación y aplicación y en desacuerdo conque se apliquen penas o sanciones tan severas y anti humanitarias, abogando que nunca deben aplicarse penas así. La ONU se ha manifestado en contra de las lapidaciones y no puede ocultar las declaraciones sobre la pena de muerte, en occidente. Estos episodios de lo humanitario no encaja en el Derecho Internacional Humanitario; pero en modo alguno pretendo un artículo de condena, sin miramientos ni presupuestos objetivos. Este último episodio de lo humanitario no encaja en el DIH.

A manera de colación, o de confrontación o comparación, analicemos que en lo de estructura familiar, allá se permite que el hombre se case hasta con 4 mujeres (poligamia), siempre y cuando pueda sostenerlas. En ello no habrá violación alguna de los Derechos Humanos, salvo que alguna de ellas fueren hermanas y se tipificaría un delito “hadd”. En el supuesto que una de las cuatro mujeres se lograra sostener por recursos y/o capacidades propias, tipificaría(por ella) un delito “tazir” y corresponde al juez la sanción o no. Eso que al marido le es permitido la lapidación y el maltrato familiar, es falso. La complejidad el aspecto de aplicación judicial es complejo y diverso al nuestro u occidental. Lo propugnan como respuesta en que como nación musulmana “en evolución” las mujeres son parte activa dentro de la sociedad. Tema aparte seria comparar estadísticas sobre violencia familiar, ataques misóginos, asesinatos, feminicidios. En esos países no se registra ni habla sobre eso, estadísticamente. Podría concluirse, que en Afganistán las mujeres son superprotegidas y por ende subestimadas y el dicho popular “nada debe salir de casa” o “en casa se lavan los paños”, aplica con total rigurosidad. Ese “para nada debe salir de casa”, es ley sagrada, en un cuerpo normativo y de conducta, que establece deberes religiosos, privados y públicos. Se rige por la costumbre, aunque se combina con normativas expresas, variables, cambiables. A nuestra concepción del mundo algo arcaico, feudal, machista, inaceptable.

No pretendo escoger por la salvaguarda de la ley islámica, que contiene vertientes fundamentalistas. Solo aportar al criterio calificado de sus aplicación y existencia. Esa Ley Sharia del Islam, incluye como graves faltas la homosexualidad. La desobediencia de las mujeres hacia la autoridad del padre o del esposo. Las relaciones con infieles (“kafir”, los pertenecientes al mundo no islámico). El incumplimiento de las normas de vestimenta de las mujeres, a las que en ese caso, se consideran inmorales y culpables, en caso de violación, por parte de hombre o de mujer, como si hubieren contribuido o invitado a ese delito… En fin, ha significado abordar un desconocido mundo de afectaciones como investigador y analista jurídico de esa leyes y el embrujo que me causa en el contenido de una sociedad como la nuestra, en la fuente de invocación e inspiración de la novela negra; o de los casos pasionales que la crónica roja y de asesinatos y misterios sexuales, envenena nuestro entorno.

Ya instalados los Talibanes en el poder, la inquietud en occidente, circula respecto a si los derechos de la mujer y de las niñas- en todos los campos- serán respetados. “No sabemos si las dejarán seguir trabajando como hasta ahora”, replican en medios. Si continuarán trabajando en medicina, hospitales, etc. Existe una corriente ortodoxa, el salafismo, que impone a las mujeres una serie de sacrificios, total sumisión, alejándolas de lo público; desplazándolas de lo cultural, educativo, profesional y lo superable, no arribismo, como pretensión de ser algo que nos se es. De todas maneras, el anterior gobierno que cayó, tampoco aplicaba garantías totales. A hoy, por presión internacional y el juego diplomático que conviene al reciente gobierno talibán instalado, ellos aseguran que les darán todas las garantías al respecto. Igualmente los medios informan de protestas y manifestaciones de las mujeres en defensa de sus derechos; algo no frecuente en la sociedad afgana, pero tampoco inexistente.

Contemporáneamente la historia del país afgano ha registrado conquistas y alcances, sobre reconocimiento a los derechos de la mujer. El despeje o superación a lo feudal se dio con el reconocimiento del derecho al voto en el año 1.964. Obtuvieron la educación obligatoria y la garantía al trabajo fuera de sus casas. Desde siempre se han impuesto matrices, condiciones,formalidades, cual actos de fe notariales y dada la conformación de la nación afgana, con mayoría de tribu y de clanes, no se puede comprender una uniformidad en los desempeños, como el lograr vestir a la manera occidental, compartir espacios con los hombres; todo esto en forma aleatoria. Indiscutiblemente, durante el periodo en que los talibanes estuvieron bajo el control del país (1996-2.001) se dio un cambio involutivo en lo político, cultural, económico y en la vida social para ellas. Repito, no obstante, durante los veinte años de invasión del imperio, tampoco se dieron las garantías totales para ellas. El problema es de un doble fondo más profundo. Pesa lo tribal bajo original referencia étnica. Se impone una concepción y ejercicio de poder bajo el liderazgo religioso.

PD. En consideración a los lectores, para próxima entrega desarrollaré lo referente a la Caracterización de los Talibanes y cómo asimilarlos con sus pares colombianos y el efecto comparativo de la “guerra” contra los narcóticos en Afganistán y la llamada “guerra” intervencionista “contra las drogas”, en Colombia.

CARACTERIZACIÓN DE LOS TALIBANES Y CÓMO ASIMILARLOS CON SUS PARES COLOMBIANOS.

Se trata de resaltar elementos básicos para comprender el porqué los Talibanes reciben la venia de quienes los atacaban y buscaban desaparecer.

Cuando se conoció la decisión del presidente Biden de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán y de la colaboración con los Talibanes en la evacuación, salida del país y control del neurálgico aeropuerto de Kabul, le preguntaron al jefe del Estado Mayor de EE UU, el general Mark Milley, por la colaboración con los talibanes en la evacuación y contestó: “En la guerra, para reducir riesgos haces lo que tienes que hacer, no necesariamente lo que quieres”. Toda una lección y preocupante plantear que los estrategas del imperio gringo se vieron obligados a escoger como aliados a los menos malos y refractarios, así como a su vez, si se equivocaron en escoger como aliados afganos a los políticos mas corruptos y en contraria a los intereses de esa población. Comprender si aquí jugó o de “aliarse hasta con el diablo” con tal de hacerle daño a su contra parte o contrario u odiado contradictor. Conviene partir del enfoque que una cosa son los Talibanes y otra el Islamismo. Que con la salida de las tropas USA de Afganistán, ni el Islamismo, como tampoco los Talibanes, fueron derrotados. ¿Entonces, que queda?

EN LO CONCERNIENTE AL TEMA DE LOS TALIBANES Y SUS PARES COLOMBIANOS, PRECISEMOS. En Colombia, como resultado del prolongado conflicto armado interno, se ha llegado a la bajeza de unión y armonía de lo institucional, bajo un estado de cosas inconstitucional(eci), con lo ilegal. Pero esto no se supera con el carácter de supremacía de lo legal frente a lo ilegal. Se requiere asumir la labor de un vuelco total, radical, en lo institucional. Cuando se afirma que no existe gobernabilidad en Colombia y que rige un mandato subpresidencial, se está ante un sistema político que rige a la nación en forma irregular e inconstitucional. Al calificarse al Estado colombiano como un narcoestado,redunda en que su origen, funcionamiento y efectividad, tenga como antecedente el apoyo directo del narcotráfico. A l afirmarse la ilegitimidad del gobierno colombiano, por estar inmerso en el resultado electoral por intervención de la llamada “ñeñe política”, la impunidad al respecto genera peso político especifico de afrenta, descrédito y deshonor, en cabeza del gobernante aludido. Por ello incursionar en un parangón, en el estado actual de cosas en Afganistán y en Colombia, no resulta un desacierto.

En Afganistán rige un poder teocrático emanado cual forma de gobierno en que la autoridad política se considera emanada de Dios y es ejercida directa o indirectamente por un poder religioso, como una casta sacerdotal o un monarca. Al afirmarse, en Colombia, que el Centro Democrático -que no partido- actúa como una secta; centra en un funcionamiento de colectividad cerrada, en los que aparenta proveer fines de carácter político; pero que en la practica funciona bajo la égida de un mesías, que ejerce un poder absoluto sobre sus adeptos.

Si conforme a lo analizado en el presente articulo los Talibanes reconfortan un narcoestado en la actualidad; el fuero político atribuye en Colombia que la entredicha legitimidad del gobierno de turno en Colombia asimila a un desgobierno producto del narcotráfico y por ende existen presupuestos que lo califican como un caracterizado narcoestado.

Así, puntualmente tenemos:

– Se acusa en Afganistán que a las mujeres se les impone la burka. En Barranquilla se denuncia que a una acudiente le negaron el ingreso al colegio de su hijo por su forma de vestir (se presentó con pantalones ceñidos, tacones sin medias y una blusa escotada, por encima del ombligo). La reacción de ella fue: “visto moderna y gracias a dios Alá, nada me quita ni me pone”.

– Comprendamos y asimilemos que el sistema colombiano (no solo en lo electoral) está amenazado por las economías ilegales. Esas mismas fuentes poderosas que le dieron capacidad de negociación con el imperio a los talibanes.

– En Afganistán penalizan a la homosexualidad y la escogencia o elección de genero públicamente.

Desde el púlpito de una iglesia en el Departamento del Tolima, un cura católico, reprochó el hecho que feligreses no asistieran a misa por asistir a un evento LGTBI. Arengó: “En tanto que los maricas asisten a un Festival, al que nos obligan…”

– Denuncian en Bogotá. DC, que a dos jóvenes de sexo femenino no les arrendaron un apartamento, cuando indicaron que eran pareja…

– A la directora del Festival de Poesía en Calí, poeta, escritora y fotógrafa, Betsimar Sepúlveda, la discriminaron y fue objeto de vejámenes porque no era oriunda de Cali. Qué entenderán, por poesía, esos guaches talibanes criollos?

– Con relación al aborto, según la opinión de un congresista de la secta de gobierno CD (que no partido) aludir a “el falaz argumento de que (sic) la mujer es dueña de su cuerpo”. Este talibán criollo argumenta la doble moral del discurso pro vida en Colombia. Desconoce los avances sobre el tema en diferentes países y el mas reciente de la Corte mexicana que despenaliza el aborto. Desconoce las luchas de la mujer y la reivindicación bajo su lema: “Ni presas por abortar; ni muertas por intentar”.

– La columnista Olga Gayón, señala que Colombia impone la Burka institucional a su mejores escritores en la Feria Internacional del Libro en Madrid. Como país invitado elaboró una Lista Negra de escritores colombianos que no sean “neutros”; es decir, que opinen en oposición al gobierno narco paramilitar del sub presidente Duque.

LO FALSARIO DE LA GUERRA CONTRA LOS NARCOTICOS

Para comprender la situación del Afganistán de hoy, corresponde acudir a las llamadas guerras contra el narcotráfico o narcóticos. El escenario de guerra de esa región del oriente obedece a la dinámica de las economías ilegales y su pertenencia en cuanto a la multiplicación de sus brazos armados.

Al exponer elementos para comprender la situación de Afganistán y de Colombia ante el mundo, resalta la consideración de abordar la influencia de la lucha contra el narcotráfico y contra los narcóticos,en ambos países y en relación con el escenario geopolítico de sus actuaciones.

En relación con Afganistán atisbar que en el periodo anterior a la guerra de invasión estadounidense, el cultivo del opio estaba prácticamente, controlado, extinguido o erradicado. Con posterioridad a esa guerra, o sea actualmente, el 80% de la heroína en el mundo se produce en Afganistán.

En relación con Colombia, la llamada guerra contra el narcotráfico ha incidido en el crecimiento, la comercialización y agudizado el factor interno del conflicto armado colombiano.

En lugar de una lucha para acabar con el narcotráfico y erradicarlo, la guerra contra el mismo no ha hecho mas que alimentarlo, nutrirlo; aplicando a la extensión del intervencionismo en los asuntos internos de ambos países, conforme a sus caracterizadoras: con invasión directa en Afganistán y con invasión vedada- hasta ahora- en Colombia.

De manera que la lucha contra los narcóticos en Afganistán, fue otro proyecto fallido de los Estados Unidos de América. Resultó inocultable el aumento y crecimiento del cultivo de la adormidera, base para la producción del opio y otros derivados estupefacientes. Una inversión de 8.000 millones de dólares, prácticamente botados al cesto, al igual que ocurrió con los fondos destinados al Plan Colombia, que no fue otro que la concepción de un plan de invasión e involucramiento en el conflicto armado interno colombiano.

Señalan que el principal objetivo del imperio estadounidense para invadir a Afganistán, fue el petroleo, como un territorio álgido en el paso de hidrocarburos y comercialización del gas a Asia. Conocían del enorme potencial en yacimientos de hierro cobre y oro y sobre todo de litio, que con probabilidades estudiadas durante el periodo de invasión, confirman a Afganistán, como el país de mayores reservas de litio en el mundo y estiman sus yacimientos de oro en un valor de 1.000 billones de dólares. En cuanto a control geopolítico habían logrado introducir “un Vietnam” en el ámbito de manejo de la antigua unión soviética y que concluyo con la caída de la llamada República Democrática Popular de Afganistán (RDPA), periodo de mayor logro de conquistas políticas, sociales, culturales, en ganancias hacia preferencias a la mujer y en el plano económico al pueblo afgano.

Una segunda razón importante es el ascenso de China, tras la caída del Muro de Berlín y el desmantelamiento de la Unión Soviética.

Como tercera razón para invadir destacan la existencia de mas de 20 millones de uigures, perteneciente al grupo túrquico de las lenguas altaicas, de concepción filo conservadora.

Hoy en día, existe incluso la amenaza de un nuevo e importante frente: una nueva Guerra Fría contra China, alentado por Pakistán, los Emiratos del Golfo Pérsico, el régimen misógino y represivo de Arabia Saudita. Los intereses de Rusia y Turquía, por otro lado. En el caso de Pakistán, todo gira en torno a la imposibilidad de cerrar una frontera, tan activa como la existente con Afganistán.

No obstante, el desarrollo de los acontecimientos, luego de la salida de USA, apunta a una estabilidad política de acuerdos con los Talibanes interna e internacionalmente, sin que por debajo de la mesa se incite a una nueva guerra civil que mantendría el control geopolítico de Pakistán, Israel y sus aliados de los emiratos árabes y los estadounidenses.

Afganistán vivió un momento de gran esperanza con el gobierno del Partido Democrático Popular de orientación comunista y tendencia soviética, que sí hizo grandes esfuerzos por hacer avanzar los derechos democráticos de toda la población, incluyendo los de las mujeres. Desde entonces tropezó con los intereses de los traficantes de opio y con sectores retardatorios en el seno mismo del pueblo, que no alcanzaron a comprender, ni a estar preparados para asimilar las ventajas de un Estado democrático y laico radical. No asimilaron lo de estadio cultural ante la concepción sobre la mujer, como tampoco el deslinde laico de lo religioso, que finalmente concluyó en la trágica, equivoca y contraproducente invasión soviética. Esta invasión trajo consigo la llamada Segunda Guerra y el afianzamiento del uso del trafico de narcóticos. La actividad de la CIA resultó desenfrenada. Luego de la salida de los soviéticos, surgen los Talibanes, como lo hemos reseñado, que como amos y señores del control del opio y narcóticos acumulan control político y toman el poder en el transcurso de los años de 1996 a 2001, cuando son desalojados por las tropas invasoras yanquis y su aliados de occidente. Se da inicio así a la Tercera Guerra en suelo afgano. Los Talibanes fueron derrotados; pero no acabados. Imprescindibles en encauzar el negocio de los narcóticos, también se fortalecieron en lo económico. Tuvieron fabricas de heroína para el consumo y comercialización; de tal manera que pasaron del 10% del control del mercado de narcóticos durante su primer periodo de gobierno al control del 100% de lo mismo, al día de hoy.

El Pentágono organizó el traslado de miles de combatientes de Al Qaeda, con juego de los talibanes, a Bosnia, para intervenir a favor de los musulmanes en ese país, en 1999. Este es uno de los peligros latentes que asoma la llegada de aftianos migrantes a Colombia, con pasaporte USA.

Las tres guerras citadas de Afganistán, han sido guerras por y contra el opio. Fueron los Estados Unidos y el Reino Unido, con el apoyo de Pakistán, quienes para esos años patrocinaron la creación de bandas de extremistas religiosos que el resto de la población afgana denominó muyahidines, término similar a bandidos.

Durante el desarrollo de la tercera guerra de invasión, en el años 2.014, el Daesh, creo la conformación del Califato Islámico. En Irak apareció el Estado Islámico (EI o ISIS), que destruyó valiosos monumentos budistas en Palmira. Hacia el año de 2.015, se fundó el llamado Estado Islámico de Afganistán o ISK, obviamente apoyado, entre otras fuerzas, por los Al Qaeda y por los Talibanes. En su control territorial se dedicaron la prostitución y trata de blancas, al trafico de órganos y al comercio del opio. Aquí desplazaron los ideales de milicia islamita y centraron en lo de narcotraficantes. Esto ratifica que el escenario de guerra en Afganistán ha sido el escenario de una guerra del opio. Al igual que en Colombia, ha sido una guerra de intervención. El 90% de la heroína mundial ha sido producida en Afganistán. Esto conlleva a la lectura que los Talibanes hoy en el poder, con el control de 100% de narcóticos, son frente a los narcotraficantes latinoamericanos, incluidos los de Colombia (en el poder) los narcotraficantes mas potentes del mundo. Ambos países, a hoy, califican como narcoestados. En el caso de Colombia, se estima que los narco paramilitares en el poder, representan el mayor productor y exportador de cocaína del mundo.

Al igual que durante la guerra de invasión, las tropas yanquis se congraciaban con los “señores del opio” para mantenerlos enfrentados con las guerrillas islamitas; los Talibanes pasaron a reclamar un 10% de impuesto sobre la producción del opio, a controlar ellos mismos el 100% de la totalidad de cultivos, producción y trafico. Los intereses de las multinacionales de la guerra, entre ellas las farmacéuticas, requieren de la materia prima del opio para elaborar múltiples fármacos, como la morfina y la codeina. Allí radica la explicación. Se afirma que gracias a los Talibanes, occidente cuenta con anestésicos y sicofármacos.

Resumiendo, recordemos, que en 1978 en Afganistán tuvo lugar una revolución socialista, conocida como Revolución Saur o Revolución de Abril. La revolución promovió una importante reforma agraria, distribuyendo las tierras confiscadas a los oligarcas que huyeron entre los campesinos sin tierra; legalizó los sindicatos, estableció un salario mínimo; fijó un impuesto progresivo a la renta; redujo el precio de alimentos de primera necesidad; prohibió el cultivo del opio (materia prima para elaborar heroína, de la que es principal consumidor mundial Estados Unidos): promovió cooperativas campesinas, inició una campaña de alfabetización proyectando desarrollar las industrias pesada y ligera. En ese marco se creó el Consejo de Mujeres Afganas, emitiéndose un decreto para “garantizar la igualdad de derechos entre mujeres y hombres en el ámbito del derecho civil y eliminar las injustas relaciones feudales patriarcales entre esposa y marido”. Este gobierno gobierno socialista criminalizó los matrimonios por dinero o forzados, permitiendo que las mujeres eligieran libremente su esposo y su profesión, y de ningún modo, nunca jamás obligó al burka. Por el contrario, elevó considerablemente la situación de las mujeres, ayudando a su desarrollo personal y social, tal como hace siempre el socialismo en cualquier país. Teniendo como consecuencia el final del proceso socialista y el retroceso de los derechos de las mujeres, en Afganistán, será hora de replantearlo.