Se hacen eco en El Confidencial de un relato de la prensa mexicana sobre los trapicheos de CAF para conseguir un contrato en el país azteca. Al parecer, Juan Carlos de Borbón trató de convencer al presidente mexicano Vicente Fox para que adjudicara unos trenes suburbanos a la firma vasca. El contrato había ido inicialmente […]
Se hacen eco en El Confidencial de un relato de la prensa mexicana sobre los trapicheos de CAF para conseguir un contrato en el país azteca. Al parecer, Juan Carlos de Borbón trató de convencer al presidente mexicano Vicente Fox para que adjudicara unos trenes suburbanos a la firma vasca.
El contrato había ido inicialmente a parar a la compañía francesa Alstom, tras descartarse la oferta de CAF por insolvencia técnica. Sin embargo, tras la intervención del monarca y de Zapatero, se encontró un fallo en la documentación de Alstom y los trenes se volvieron a licitar, con lo que CAF pudo bajar el precio y llevarse finalmente el ferrocarril.
Utilizar los amiguismos y otras triquiñuelas para ganar contratos no es lo apropiado. La propia Alstom ha hecho lo propio en otros casos, como el AVE sevillano.
La monarquía es una activa gestora de negocios de particulares. Hace unos días, los príncipes de Asturias visitaron China (ABC, página13, martes 13) con el «objetivo de apoyar a las empresas españolas que intentan abrirse camino en este país lleno de oportunidad».
Cuando Juan Carlos de Borbón se involucra en la defensa de intereses económicos, corre el peligro de enfrentamientos que mucha gente no entiende y atribuye, con la ingenuidad propia de la ignorancia, a un mal momento de su majestad, reacción en favor de Aznar, respuesta a interrupciones imprudentes o a otras faltas mutuas de respeto.