Valencia se convirtió durante 11 meses –entre el 7 de noviembre de 1936 y el 30 de octubre de 1937- en capital de la II República española; por ejemplo la ciudad acogió durante tres días –en octubre de 1937- la segunda Conferencia Nacional de Mujeres Antifascistas, presidida por la diputada del PCE Dolores Ibárruri (pasionaria); “el predominio (en la conferencia) de las mujeres comunistas fue ya casi absoluto, aunque la organización seguía apelando a la unidad de las distintas organizaciones femeninas”, escriben las historiadoras Ana Aguado y Vicenta Verdugo en Dones i resistència. València, 1931-1939 (Ed. Universitat de València y Diputació de València, 2021).
Junto a la Asociación de Mujeres Antifascistas (AMA), que reivindicó el derecho de las mujeres a la cultura, la participación política y la capacitación técnico-profesional, durante la guerra de 1936 destacó el movimiento Mujeres Libres, de ideario libertario y feminista, fundado en abril (en 1937 contaba con cerca de 30 agrupaciones en el País Valenciano); en agosto de 1937 se celebró en Valencia el primer Congreso Nacional de Mujeres Libres,
Las anarcosindicalistas de Mujeres Libres, subrayan Aguado y Verdugo, “realizaron campañas educativas, sobre libertad sexual y maternidad consciente, luchando contra la prostitución y creando los llamados liberatorios de prostitución (…)”, entre otras iniciativas.
En el citado volumen Carlos López Olano, profesor en la Universitat de València (UV), y Luis Vidal Ayala, del Archivo Luis Vidal, publican un artículo sobre el fotógrafo Luis Vidal Corella (1900-1959) y sus retratos de las mujeres en la Valencia republicana; detallan que Vidal Corella se inició en el fotoperiodismo a los 14 años –con una vieja cámara Zeiss Ernemann de placas de cristal- y colaboró con el periódico El Mercantil Valenciano, además de ejercer como corresponsal en el ABC, El Ruedo o la Agencia Efe.
Luis Vidal Corella desarrolló el oficio durante toda su vida en Valencia; en la época de la II República española, el fotógrafo estaba en plena madurez profesional, remarcan López Olano y Vidal Ayala.
Hay una imagen que permite observar al fotoperiodista local trabajando con Gerda Taro (periodista gráfica alemana, que murió cubriendo la guerra civil en el frente), en el hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia, donde tenía lugar el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (julio de 1937).
Entre el 4 de mayo y el 15 de julio, la Sala Municipal de Exposiciones del Casino Liberal de Algemesí (Valencia) acoge la muestra Dones i resistència. València, 1931-1939. Fotografies de Luis Vidal, organizada por el Vicerectorat de Cultura de la Universitat de València.
Los paneles de la Exposición informan que, según la familia de Luis Vidal Corella, el archivo fotográfico conservado es una “pequeña parte” de las instantáneas tomadas en la época; “antes que entraran los sublevados en la ciudad, el propio fotógrafo destruyó la mayoría de los negativos para evitar represalias”; y destacan que Vidal Corella “trabajó siempre pegado al terreno” (un “fotoperiodista local”).
Según los recuadros informativos, el desplazamiento de los hombres al frente de guerra hizo posible que las mujeres se hicieran cargo –por primera vez- de determinadas ocupaciones en la retaguardia republicana: ferroviarias, en el mantenimiento de las unidades o como revisoras en los vagones, entre otras.
Y los empleos asociados tradicionalmente a las mujeres cobraron -a menudo- mayor importancia; por ejemplo las cuidadoras sanitarias de los heridos de guerra y las costureras que confeccionaban ropa de abrigo para las tropas; pero también las vendedoras de los mercados, las artistas falleras y las ceramistas; la cámara de Luis Vidal retrató a estas mujeres obreras para remitir las fotos a los periódicos.
Una de las primeras imágenes de la muestra es un cartel propagandístico, de grandes dimensiones, visible en la fachada del Ateneo Popular de la plaza de Emilio Castelar (actual plaza del Ayuntamiento) de Valencia; el cartel, fechado en enero de 1937, propone colaborar con los hospitales de sangre y está firmado por los cartelistas de la CNT-AIT.
El visitante puede detenerse ante las fotografías de una revisora en un vagón descubierto del tranvía (mayo de 1938); enfermeras atendiendo a combatientes extranjeros (junio de 1938); una vendedora de cebollas dando el pecho a su hijo en un puesto callejero (junio de 1935); o laborando en un almacén de naranjas en el municipio de Carcaixent (marzo de 1935); también empleadas liando puros en la fábrica de tabacos de Valencia (junio de 1932); o una mujer perchando en una barca de L’Albufera (julio de 1932).
Según los paneles, “la incorporación activa de las mujeres a la guerra fue un hecho que, salvo excepciones, duró sólo los primeros meses de la contienda; la miliciana se convirtió en un icono (…), a cuya fijación Vidal también contribuyó con la portada que publicó el ABC: una miliciana con mono y alpargatas, gorro cuartelero y con el fusil en las manos que retrató en el campanario de un pueblo que podría ser Sarrión (Teruel)”.
El texto está adjunto a fotografías como la de un festival taurino –en la Plaza de Toros de Valencia- en apoyo de las milicias antifascistas, de 1936 (participan en el acto mujeres, algunas con indumentaria de milicianas); y otra –tomada en marzo de 1937- en que aparece una miliciana realizando el saque de honor de un partido de fútbol a favor de los niños huérfanos, organizado por el partido Izquierda Republicana (IR).
La cuestación (petición de recursos para una causa) formaba parte de la vida cotidiana; a menudo la llevaban a término mujeres del Frente Popular valenciano, para el mantenimiento de niños enviados desde zonas de guerra del centro de España (imagen tomada en octubre de 1936); en una de las cuestaciones fotografiadas por Luis Vidal participa la dirigente de la Asociación de Mujeres Antifascistas (AMA), Consuelo Barber.
Asimismo hizo fotografías de Dolores Ibárruri (noviembre de 1937); de la maestra Enriqueta Agut Armer (septiembre de 1936), durante el mitin de constitución del Frente de la Juventud Antifascista, en el cine Tyris de Valencia; o de la militante de la CNT, escritora y ministra de Sanidad durante la II República, Federica Montseny (diciembre 1936): discurso en el Teatro Apolo de Valencia.
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