«El lunes 17 de julio amanecieron selladas 97 inmobiliarias en Madrid y su periferia. En ellas aparecieron plantillas, pintadas contra la especulación y pegatinas en las que se podía leer: «Este local ha sido cerrado por servir de herramienta para traficar con los derechos de los ciudadanxs. ¡La vivienda es un derecho, no un privilegio!» […]
«El lunes 17 de julio amanecieron selladas 97 inmobiliarias en Madrid y su periferia. En ellas aparecieron plantillas, pintadas contra la especulación y pegatinas en las que se podía leer: «Este local ha sido cerrado por servir de herramienta para traficar con los derechos de los ciudadanxs. ¡La vivienda es un derecho, no un privilegio!» La acción se hace en solidaridad con los miles de compañeros condenados a más de medio siglo de hipoteca.
El precio desorbitado de la vivienda es consecuencia del capitalismo y la solución pasa por el enfrentamiento entre los que tienen y los que no tenemos. Este enfrentamiento sólo es posible plantando cara a lxs déspotas que día a día nos hacen la existencia un poco más jodida y haciendo de la acción directa y la autoorganización los métodos para transformar desde ya nuestras vidas.
Debemos desconfiar de aquellxs que desde «nuestro lado» traten de convencernos de que esta no es la manera, de que en «democracia» las cosas se solucionan dialogando y respetando su legalidad y sus instituciones. No queremos que ningún partido, sindicato o asociación gestione nuestra rabia y nos quite la alegría de luchar por nuestra libertad.