El asalto estatal a la autonomía catalana tiene un nuevo jalón con la orden judicial a los Mossos para que se sitúen bajo el mando de la Guardia Civil, poniendo además en la coordinación a un mando juzgado por torturas a Kepa Urra. El Govern asegura que no acata la situación, aunque una circular interna […]
El asalto estatal a la autonomía catalana tiene un nuevo jalón con la orden judicial a los Mossos para que se sitúen bajo el mando de la Guardia Civil, poniendo además en la coordinación a un mando juzgado por torturas a Kepa Urra. El Govern asegura que no acata la situación, aunque una circular interna de los Mossos resulta ambigua.
El frente policial es definitivo para el desenlace del pulso catalán al Estado, y ayer se consumó el desembarco de Madrid también en este ámbito. En una breve reunión a mediodía instada por la Fiscalía, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya anunció a todos los cuerpos policiales la imposición de un órgano de coordinación nuevo liderado por la Guardia Civil. Un eufemismo que lo que significa en la práctica es que los Mossos d’Esquadra quedan privados de sus funciones, o aún peor, conminados a obedecer a la legalidad ajena (estatal) y no a la suya natural (la catalana).