La participación registrada en la marcha de Bilbo rompió todas las marcas de los últimos años. Los convocantes abogaron por un diálogo entre todos los agentes y sin ningún tipo de exclusión. «El proceso debe contar con la ayuda de los ciudadanos para poder avanzar por encima de obstáculos». Rompiendo todos los registros de los […]
La participación registrada en la marcha de Bilbo rompió todas las marcas de los últimos años. Los convocantes abogaron por un diálogo entre todos los agentes y sin ningún tipo de exclusión. «El proceso debe contar con la ayuda de los ciudadanos para poder avanzar por encima de obstáculos».
Rompiendo todos los registros de los últimos cinco años al menos, decenas de miles de ciudadanos vascos respaldaron ayer en Bilbo la manifestación a favor de una solución basada en la decisión y el acuerdo convocada de manera conjunta por Batasuna, EA, Aralar, AB, ANV, Zutik y los sindicatos ELA, LAB, EHNE, ELB, ESK, STEE-EILAS e HIRU, y que, además, contaba con el apoyo de casi 50 agentes sociales. La marcha, encabezada por una parcarta en la que se leía «Konponbide garaia da. Euskal Herria. Erabakia. Adostasuna», partió de la plaza Aita Donostia sobre las 17.30 entre aplausos y ante una enorme expectación mediática.
A lo largo de todo el recorrido, los participantes corearon lemas a favor de la independencia y en apoyo a los prisioneros políticos vascos. Banderas catalanas, castellanas, bretonas y navarras se encargaron de poner el punto de color y unas enormes letras que formaban la palabra «Konponbide» cerraban la marcha, junto a una enorme bandera por la repatriación de los presos. En la parte final estuvieron representantes de la dirección de EGI, las juventudes del PNV, que por la mañana lanzó un llamamiento expreso a no acudir.
La cabeza de la manifestación llegó al Ayuntamiento pasadas las 18.40. Allí se dio lectura al comunicado acordado entre los convocantes. El bertsolari Andoni Egaña, el jurista Didier Rouget e Itziar Fernández, de la Mesa para el Acuerdo, tomaron la palabra en euskara, francés y castellano, respectivamente. Tras constatar que «se están creando las condiciones para situarnos en el camino de la resolución del conflicto», los firmantes del texto recordaron que les une la defensa de los derechos humanos, civiles y políticos para todos los vascos.
«Nuestra prioridad es aunar y sumar esfuerzos en favor de una solución democrática. Por tanto, con esta iniciativa pretendemos solicitar y ofrecer un compromiso popular que propicie dicho objetivo», explicaron.
Los convocantes de la marcha reivindicaron un proceso de resolución democrática para Euskal Herria. «Pensamos que ante el conflicto y la negación del derecho a decidir que padece Euskal Herria debemos responder a través de un proceso de resolución», señalaron. En ese camino solicitaron el compromiso de la ciudadanía vasca «para poder avanzar firmemente, por encima de todas las agresiones sufridas y de todos los obstáculos» e incidieron en la necesidad de lograr una dinámica de conversaciones entre todos los agentes. «Ese es el llamamiento que hacemos a todos ellos», aclararon.
El texto recoge además los principios que deberán regir el proceso de resolución y subraya la necesidad de que sea «abierto, sin ningún tipo de exclusiones» y que englobe a todos los territorios de Euskal Herria, así como a todos sus habitantes. «En la medida en que el conflicto político afecta a todas las personas que vivimos en Euskal Herria, todas debemos tener la oportunidad de manifestarnos en su resolución», indica el documento. Además, el proceso de resolución deberá reconocer y garantizar «todos los derechos de todos las ciudadanas y ciuda- danos vascos».
Derecho de decisión
Los firmantes del texto también subrayaron la necesidad de que se respete el derecho a decidir de la sociedad vasca. «La última palabra corresponde a todos los vascos y se deberán trabajar y consensuar las fórmulas para que todos puedan manifestar su opinión».
Tras remarcar que el objetivo es lograr un acuerdo amplio «que reúna los diferentes puntos de vista», subrayaron que la participación de observadores internacionales «contribuirá a proteger el proceso de posibles rivalidades políticas y del día a día del conflicto».