«Teniendo en cuenta la actual correlación de fuerzas, la salida más probable a la actual crisis económica es una nueva crisis, que fuerce a las clases dominantes a adoptar medidas correctoras dentro del sistema, tal como ocurrió tras el crack de 1929». De este modo se ha expresado el economista y escritor Juan Francisco Martín […]
«Teniendo en cuenta la actual correlación de fuerzas, la salida más probable a la actual crisis económica es una nueva crisis, que fuerce a las clases dominantes a adoptar medidas correctoras dentro del sistema, tal como ocurrió tras el crack de 1929».
De este modo se ha expresado el economista y escritor Juan Francisco Martín Seco, durante la presentación de su libro «La trastienda de la crisis», invitado por la Fundació d’Estudis Polítics de Esquerra Unida del País Valencià.
La hegemonía del pensamiento y la práctica neoliberal permite albergar pocas esperanzas de un giro a la izquierda. Según Martín Seco, «hay más posibilidades de que los cambios, que no supondrán un final del capitalismo, procedan de las contradicciones internas del sistema», y que estas obliguen a los poderosos a implementar reformas. Incluso un consumado especulador como Soros, ha reconocido que el vigente statu quo es una «locura».
El colaborador de Público y República.es ha añadido que es previsible otra crisis sistémica dentro de cinco o seis años. «Marx ya predijo que el liberalismo económico se destruiría víctima de sus contradicciones, y esto ocurrió en 1929. Tras la Segunda Guerra Mundial empezó a plantearse un sistema distinto, hasta que llegaron al poder Reagan y Thatcher. Ahora hay una tendencia muy clara de volver al XIX. De hecho, según muchos autores, existen claras semejanzas entre la crisis actual y la del 29», ha explicado el economista.
¿Cuál es el origen último de la crisis actual? La respuesta es muy clara. Según el autor de «La farsa neoliberal» y «¿Para qué servimos los economistas?», el origen radica en el neoliberalismo económico, que conduce a la desregulación de unos mercados y sistemas financieros que actúan al margen del control de los estados.
La desregulación del flujo de capitales, continúa explicando el economista, conduce a fuertes desequilibrios en las balanzas de pagos y, en consecuencia, a la división entre unos países acreedores y otros que se endeudan para resolver su déficit. Esto es lo que ocurre entre China y Estados Unidos y, en Europa, entre países como Alemania y Holanda (que actúan como prestatarios) y la endeudada periferia, formada por España, Portugal o Grecia. «Los desequilibrios entre países constituyen el problema mayor y la génesis de la crisis», ha apuntado Juan Francisco Martín Seco.
El estado español no es inmune a los problemas con la balanza de pagos, pero con la singularidad de que la causa radica sobre todo en el endeudamiento privado (la deuda pública continúa siendo comparativamente baja). Pero lo peor es que cuando Europa y los mercados han exigido reformas al gobierno español, «éste ha priorizado la reducción del gasto en lugar de perseguir un aumento de los ingresos». Al contrario, el tipo marginal del IRPF para las rentas más altas ha pasado del 65% en 1985 al 45% en la actualidad y se ha eliminado el impuesto del patrimonio, entre otras medidas que han mermado la recaudación de la hacienda pública.
Ante la coyuntura de crisis y ofensiva neoliberal, sin apenas respuesta de la izquierda, el que fuera secretario General de Hacienda entre 1984 y 1987 se ha preguntado «¿Dónde están los economistas?» Y ha respondido de manera contundente: «La mayoría están condicionados o se condicionan; si quieres que te den la condición de experto, escribir artículos o se te abran las puertas del servicio de estudios de un banco, has de repetir el discurso oficial». Además, «la economía no es una ciencia neutral y aséptica, sino que implica tomar decisiones. Por supuesto, existen los intereses. Estos empiezan por favorecer a las rentas del capital o a las del trabajo».
También la reforma de las pensiones en España responde a una decisión política. Frente a los argumentos de los economistas instalados en la corrección política, Martín Seco subraya que la renta per cápita es el criterio que debe seguirse para saber si es o no sostenible el sistema de pensiones; si ésta aumenta, y no tiene por qué ocurrir lo contrario, «¿Por qué hay que decirle al colectivo de mayores que no se le puede mantener su poder adquisitivo?». Además, «las pensiones pueden abonarse con los ingresos generales del estado; todo depende de la voluntad del gobierno de aplicar políticas redistributivas», ha apuntado Juan Francisco Martín Seco.
Por último, interrogado por el acuerdo alcanzado en las últimas fechas por el gobierno, la patronal y los sindicatos, el que fuera secretario de Economía de Izquierda Unida en tiempos de Julio Anguita ha mostrado su rechazo. «Yo no lo hubiera firmado pero los sindicatos han hecho lo que creían conveniente. Estaban en una situación muy difícil. La gente no secundó en masa la última huelga general y el poder de los medios de comunicación, con su campaña de deslegitimación sindical, no puede menospreciarse».
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.